La venganza de Torrente en los Goya

Nunca la gala de los Goya había contado con una promoción tan destacada. Claro, TVE cuenta con tanto tiempo entre espacios que eso de que no pueda poner un anuncio le da para dedicarlo a abrasarnos con las loas constantes de sus propias producciones. Pero aunque queda ya un poco lejos, no me resisto a hablar de la Gala de los Goya. Para empezar de su presentadora. Eva H estuvo tan bien que debería hacérselo mirar. Ni un fallo reseñable, ni un tartamudeo, ni sentada entre las rodillas de Almodóvar y Banderas. No le tembló el pulso ni siquiera en su frase «vamos a hacer caso a los que nos mandan: Sarkozy y Merkel«. Buen momento al que le siguió las críticas al ladrillo institucional que metió el nuevo presidente acompañado de las dos vicepresidentas de la Academia de Cine. Con todo, el momento más espectacular fue la aparición de Santiago Segura. Este hombre, además de hacer el cine más taquillero y menos premiado de la historia está cogiendo tablas en televisión. Se ha convertido en uno de los grandes del Club de la Comedia. Su radiografía sobre sus compañeros que le habían apartado de todas las nominaciones fue clarísima. Sobre todo cuando vaticinó que el Goya se los llevaría Coronado en lugar de Antonio Banderas y que la estrellas internacional (Salma Hayek) se iría de vació con «una mana delante y la otra detrás». Vale que Eva H lo bordó hasta en el tema de la coreografía con cuerpo de baile, pero hubo algo que le impedía alcanzar el nivel de comunicación y de comedia de Buenafuente el año pasado. Ahora que, visto el nivel de Segura, que la academia le proponga presentar a él la gala del año que viene, ya que quedó claro que lo que más le gusta a Eva es ser chica Almodóvar. Que nos ahorren la nueva versión de Torrente y su estrella Kiko Ribera.

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