La curva del Siglo XXI

Y se agota la intuición.
Y muero un poco por eso.

Me da lacha.
Me da lacha pensar en ti.

Me siento camionero perdido
en el centro de una
ciudad perdida.

(Buscando prostíbulos).

Ese azul de foco de policía me toca la fibra.
Recorro calles que nada significaron,
calles que simplemente fueron
y que ahora significan
tanto…

Escucho
el sonido de
una guitarra eléctrica.
Los tarados tienen ojos en la espalda.
El viento nocturno, la noche nublada lo derriba todo.

Y se agota la intuición.
Y muero un poco por eso.

Donde todos los tontos son felicísimos
imagino un cielo azul a través
de las cortinas.

(Con cara de tonto).

Y yo que pensaba que lo de los gatos
que cazan ratones era sólo de
los dibujos animados…

Donde todos los tontos son felicísimos
imagino un cielo azul a través
de las cortinas.

(Con cara de tonto).

Y yo que quería partir los
morros al sistema…

Freno un poco y no atropello el erizo.

Un coche me adelanta
y atropella el
erizo.

-También es tu mente la que no te deja disfrutar.

-También es mi mente la que me tiene que dejar.

Es
la tercera
vez que vengo a Pamplona.

Es
la tercera
vez que parado
en medio de la acera,
con un cuchillo en la mano,
intento hablar contigo,
con tono amistoso.

(Agito mi cuchillo con cara de loco).

Sólo intento hablar las cosas.
Sólo intento hablar claro.
Y tú eres una columna seca.
Y tú sólo desoyes mis
palabras.

He sorteado tres controles policiales.
He conducido borracho y bajo
los efectos de cinco
drogas.

Es
la tercera
vez que vengo a
Pamplona y tú ni caso.

Llevar gafas.
Ser de pocas palabras.
Equivocarte poco y bien.

Eso
no te hace
ser más inteligente.

Poco
importa el debate.
Poco importa el poema.
Casi todo cambia, casi todo
se pierde si se dice
con letras.

¿Queréis saber algo que nunca se pierde?
Un jamón de jabugo no se pierde.
Un jamón de jabugo
se come.

A veces me siento
jodidamente
superficial.

A veces sólo pienso
en mi felicidad
material.

A veces compro el Hola.
A veces compro droga.
A veces ropa limpia.
A veces compro
droga.

Y entonces se me pasa.
Y entonces Chábeli habla,
por primera vez,
de todos los momentos
importantes de
su vida.

¡Oh Shon Shack!
Somos una sociedad
hermética y disciplinada.

¡Qué horror!

Mamá
está en la cárcel.
Son las anguilas chillonas las
encargadas de velar por
nuestra seguridad.

Y todo
se dispara.
Y nadie sale de casa.
Y se ha caído la planta del tomate.
Y nadie la recoge del
suelo.

Cuando
feo y hortera
nadie te quiera.

Ni por feo ni por hortera.

Cuando guapo y destrozado
nadie te quiera.

Ni por guapo ni por destrozado.

Cuando el desfile diario y las mentiras
te sepan a tierra, échate a un lado.
Como un peregrino, respira
y sigue caminando.

El director
de Datalab Research
siente todo el rato que lo único
que ha hecho en su vida es ser guapo.

Hace un par de años, en medio
de una carrera de burros
se tiró un pedo
y gritó:

¡Hacer yogures con leche fresca es Navarrear!

Y tenía razón.
Nadie le llevaba la contraria.
Pero es que era un poco obsesivo…

No como la gente de Villava.
Ay… La gente de Villava
y su templanza…