Cuando
entendí que
respetar a los demás
era respetarme a mí mismo
empecé a respetar a los demás y a
respetarme a mí
mismo.
¡Y qué feliz me sentía!
¡Volvía a estar en mi elemento!
Era de nuevo YO con todos mis defectos.
Cuando
entendí que
respetar a los demás
era respetarme a mí mismo
empecé a respetar a los demás y a
respetarme a mí
mismo.
¡Y qué feliz me sentía!
¡Volvía a estar en mi elemento!
Era de nuevo YO con todos mis defectos.
El Corte Inglés de cada ciudad de España visita obligada.
El Zara de cada ciudad del mundo visita obligada.
El Zara de cada ciudad de España visita obligada.
Ha bajado de su platillo volante, es un alienígena rollizo.
Tiene pinta de enrollado, no le hacemos caso.
Lo matamos para luego hacer
un guiso con su
carne.
Tenía algo importante que decirnos.
Nunca sabremos esa cosa tan importante que tenía que decirnos.
¿Que cómo sé que tenía algo importante que decirnos?
No lo sé, qué pasa.
¿Me vais a cocinar a mí también?
Perdona,
no me funciona
el contactless de la tarjeta,
tengo que meterla.
¿El qué? ¿La tarjeta?
No, la polla.
(Y lo intenta)
(Y no le cabe en la ranura del datáfono).
No me gusta quen mi habitación
huela a salsa de tomate.
Por muy buena questé esa salsa,
por favor.
¡Fuera de mi habitación ese olor!
Puedes ser feliz toda tu vida
pero no todo el rato
feliz.
Liberade
es el nuevo nombre de moda.
Nombre que predica todo lo contrario
a cómo Liberade se siente
en realidad.
No pasaba lo mismo con Angustias.
Ella nunca se quejó de nada
y fue feliz toda
su vida.
Hacerse mayor son palabras mayores.
Transformémonos.
Tenemos que transformarnos.
Mirémonos en ese espejo en el que nos vemos más guapos.
Mirémonos y preguntémonos:
¿Zanahorias?
¿Te gustan las zanahorias?
Hacerse mayor son palabras mayores.
Organicémonos.
Tenemos que organizarnos.
Mirémonos en ese espejo en el que nos vemos más guapos.
Mirémonos y preguntémonos:
¿Zanahorias?
¿Te gustan las zanahorias?
A Floralys le gustaba pasear con un látigo.
Llevaba medias de vinilo, botas rojas largas y una gorra con visera.
Un buen día, cerca de una tienda de mascotas,
una poli pelirroja y pecosa le pegó
una paliza brutal.
La mandó al hospital con seis costillas rotas y rota la nariz.
Cuando fui a verla a la unidad
de cuidados intensivos
Floralys estaba
dormida.
Me dijeron
que respiraba con dificultad,
que amaba la violencia y que agradecían mucho mi visita.
De pronto Floralys se despertó y me dijo:
Únete al movimiento STOP PARÁSITOS.
Únete al SINDICATO DEL CRIMEN ORGANIZADO.
También me dijo con los labios estirados,
con lo que parecía ser una sonrisa
estampada en su rostro.
Te
regalan el látigo,
las medias de vinilo y un par
de botas rojas
como las
mías.
Un viejo profesor de literatura
que tiene edad de dar de comer a las palomas,
que tiene edad de mirar obras,
que le cuelgan demasiado
las pelotas.