QUÉ DECIR, EL QUÉ DIRÁN, CÓMO REACCIONAR

Tumbado en la cama,
medio dormido,
con las manos apretadas,
hechas un puño,
debajo de la almohada.

A veces me preocupa
un
poco
qué decir,
el qué dirán,
cómo reaccionar.

Luego me relaja pensar
que nunca
me ha preocupado demasiado
qué decir,
el qué dirán,
cómo reaccionar,
y mira lo bien que me
va.

Tumbado en la cama,
medio dormido,
con las manos apretadas,
hechas un puño,
debajo de la almohada.

ACTOS PRETÉRITOS

Le has dado una patada
a la basura para comprobar
si contiene algo de valor.

Pero no es basura.
Pero es una persona como tú.

Pero es un viejo a lo lejos
cerca de la carretera
que se zafa poco a poco
de una mierda de perro
pegada en la suela
de su zapato derecho.

Y tu eres un niñato con coche nuevo.
Un enano mental con piernas de oro.

Y tienes que respetar a esa persona
que ha vivido como ha querido
sin pensar demasiado en
las consecuencias
de sus actos.

UN SUSURRO

Ha
llegado
sin avisar y no
se piensa marchar.

Espera en tu pasillo, cerca del baño,
cogido
de la mano de
un medallista olímpico.

No te atreves a salir de tu cuarto ni para mear.

En tu espalda,
una mosca que no puedes matar con tu matamoscas.
En tu cama, un desconocido duerme
profundamente.

Se oye un susurro a través de la puerta:

La todopoderosa Noruega.
Hay que intentar
evitar
a Noruega.