Por fin
lo he conseguido.
Por fin he conseguido hacer todo lo que quería.
Puedo vivir sin objetivos, disfrutar de una vida insulsa.
Me rompo sin quererlo y me fundo con el suelo que piso.
Mi cerebro es de papel celofán y mi corazón
un globo que se desinfla
en la nevera.
COMO EL CASTILLO DE TIEBAS
Eres
muy yo
en ese aspecto.
Maduro y gracioso.
Un caballo desbocado a la fuga.
Bastante friolero cuando tienes que serlo.
Un sinvergüenza con mucha sinvergüencería.
Eres muy yo cuando miro al ser humano.
Ves brazos y manos.
Ves rostros plagados de ojos y bocas.
Ves culos feos y culos bonitos.
Culos grandes y culos
castillo.
Todos los culos son culos y todos los rostros
se parecen, y un buen día
desaparecen.
Algunos se mantienen.
Como el castillo
de Tiebas.
LO QUESCRIBO
Le mandé un poema a un amigo:
El viento me acariciaba la cara. Me hacía cosquillas la lluvia en las orejas. Caminé y caminé, y llegué a un descampado. Me tumbé cerca de un charco y fundido en el barro me sentí la persona más dichosa del planeta tierra.
Y mi amigo contestó:
Eso es lo que yo vengo haciendo siempre. Gracias.
Y entonces me di cuenta de que lo quescribía
no hablaba tanto de mí como
de los demás.
Ayúdame
con la mudanza.
Ayúdame a trasladarme.
Ayúdame a trasladarme a no sé dónde.
Me dijo mi amigo. Y se largó con los brazos colgando.
PALOMITAS Y BANDERILLAS
Tus
llamadas de socorro
se han convertido en el
marcapáginas
de
los demás.
No
te sientes
especialmente feo.
No te hace caso ni el joyero
jotero.
Te gustaría poder como un pájaro,
construirte
un nido en las alturas,
y poder ver la vida desde arriba,
y comer palomitas
y banderillas.
LOS VIEJOS DEL FUTURO
Los
viejos del futuro
ya no se miran a hurtadillas
en los espejos.
Lo hacen sin disimulo, con desparpajo.
Deambulan por la calle sin rumbo.
Pinchan sus venas hinchables
con punzones oxidados.
Y se desinflan.
LO VERDADERAMENTE INFERNAL
Encontré una seta
venenosa en un bosque y me la zampé.
Y cuando me desplomé intoxicado entre los árboles,
a excepción de unos pocos pájaros,
no había allí nadie para verlo
y llevarme a un hospital.
Te lo cuento muerto y flotando en el espacio.
Porque como tú y yo sabemos, cuando nos morimos,
todos acabamos flotando
en el espacio.
No es tan malo flotar.
Lo verdaderamente infernal es acabar flotando
lejos de las personas que quisimos en vida,
por toda la eternidad.
LA PERSONA MÁS FELIZ DEL PLANETA TIERRA
Todas las mañanas besos de madera,
caricias de corcho, abrazos
de plástico quemado.
Todas las mañanas cariño seco de primera calidad.
Intentando arrancar su coche
su coche parecía que
le decía:
¡No me toques!
¡No me toques los cojones!
Entonces lo abandonó todo y caminó a la deriva.
Y le cayó encima una tormenta
eterna y sagrada.
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El viento le acariciaba la cara.
Le hacía cosquillas la lluvia en las orejas.
Caminó y caminó y llegó a un descampado.
Se tumbó cerca de un charco y fundido
en el barro se sintió la persona
más feliz del planeta
tierra.
MENTIRA
Un
tobillo roto,
un labio partido,
tres puntos de sutura
en la rodilla.
No lo sé.
Se ha caído
un peregrino en el camino.
Dicen que se ha tropezado con la rama
de un rosal.
Un esqueje han dicho.
Mientras tanto en la playa, la gente se cansa.
Se cansa la gente nadando en la piscina.
Se cansa la gente y yo nunca
me cansaba de ti.
LOS LOCOS Y AGRESIVOS
Los locos
y agresivos fuimos nosotros.
Fue un acto de sana contrición.
No teníamos entre los dientes lagartijas
ni oropeles.
Me dijiste sentado en tu pelotita de trabajo
y con las manos pegadas en el teclado
de tu ordenador portátil…
UN ACTO DE SANA CONTRICIÓN
No soporto las etiquetas,
ni en las camisas,
ni en
las camisetas.
Me
acusaron
de pegar un moco en
el gotelé.
Y la pared estaba llena de mocos.
Y no todos los mocos
eran míos.