UN SUSURRO

Ha
llegado
sin avisar y no
se piensa marchar.

Espera en tu pasillo, cerca del baño,
cogido
de la mano de
un medallista olímpico.

No te atreves a salir de tu cuarto ni para mear.

En tu espalda,
una mosca que no puedes matar con tu matamoscas.
En tu cama, un desconocido duerme
profundamente.

Se oye un susurro a través de la puerta:

La todopoderosa Noruega.
Hay que intentar
evitar
a Noruega.

NO SE GUISA

Voy a pasear en soledad por
mi antiguo barrio, quiero
hablar con los
edificios.

Quiero
recorrer los lugares
que me pertenecen por nostalgia.

Las luces cálidas de los salones sin cortinas
se han convertido en bombillas
ecológicas blancas.

La cebolla de guisar no se guisa.

No se guisa
la zanahoria ni tampoco la patata.
En estas casas no se
cocina.

NECESITO NO ESTAR

Necesito no estar.

En Pamplona,
un viejo feo de Tudela
roba un tomate feo de Tudela
en un Covirán.

Necesito no estar.

En mi casa, un economista Premio Nobel de La Paz
me quema el culo con una vela.

Necesito no estar.

En la playa, una niña gorda tostada por el sol,
una niña que parece una bola de barro,
hace la croqueta en la arena y
luego llora exigiendo un
helado.

Necesito no estar.

En mis sueños conduzco todo el rato,
y me choco todo el rato contra
la misma pared.

Hoy suenan las campanas de todas las iglesias.
Hoy suenan todas las campanas.
Y tú me preguntas si
soy feliz.

SIEMPRE HAS SIDO UNA PERSONA EXTRAÑA PARA MÍ

Qué pronto se me ha olvidado
que por dar patadas a una
pared me rompí
un pie.

Y mientras tanto aquí sigo, de fiestón,
con los abuelos, con hijos
y todo el copón.

Las luces
de los ojos de los demás
no me dejan pensar con claridad.
Una seta venenosa crece en la copa de un
platanero cercano.

Y me pica el culo sentada en mi silla.
Y me pica la vida contigo
a mi lado.

Creo que una cámara de vigilancia nos vigila.
Creo que nos vigilan, a mí y a toda
tu
familia.

Ay por dios, la policía.

Vámonos de aquí mi amor.
Luego en casita seguiré dando patadas
y contándote mi vida.

Cariño, qué quieres que te diga.

Siempre has sido una
persona extraña
para mí.

CREO QUE ME QUEDA UN TIEMPO

Mi
retirada
se antoja complicada.

Creo que me quedo.
Creo que me queda un tiempo.

He visto una nube en Sarriguren
que parecía una montaña
milenaria.

He visto la isla de cemento más bella de todas,
con sus flores secas pero vivas, mecidas
por el viento de una cálida
tarde de verano.

He olido la sangre y el barro de la cuneta
contra la que me puedo estampar
con el coche si voy muy rápido
y me despisto.

Mi retirada se antoja complicada.

Creo que me quedo.
Creo que me queda un
tiempo.