Recuerdo una estampa casi navideña,
recuerdo que cuando me robó
ese yonki empapado en
sudor toda la pasta
yo
te observaba a través del
marco de la ventana
cerrada
distante
y sentada en
tu despacho mirando
el ordenador sin enterarte
de nada.
Recuerdo una estampa casi navideña,
recuerdo que cuando me robó
ese yonki empapado en
sudor toda la pasta
yo
te observaba a través del
marco de la ventana
cerrada
distante
y sentada en
tu despacho mirando
el ordenador sin enterarte
de nada.
Aceptas la muerte,
no te importa conectar
cuatro neveras viejas con los
pies mojados.
Un taco cerrado de quinientos folios
debajo de la pantalla de tu ordenador personal
es muy de oficina pero no te importa,
tu bello facial también lo es.
Se supone que tu color favorito es el azul,
no te importa que lo sepan, no te importan
las fresas de Huelva
en llamas.
Ensucian las calles tus flores, ensucian las
calles de colores pero eso tampoco
te importa.
Cuando apareces de repente se marchan
aterrados todos los pájaros y siempre
que lanzas un escupitajo al suelo
te arrepientes.
Dejad lo que estéis haciendo ahora
mismo y soltad la pasta que
quiero un puto helado
de coco.
Dejad lo que estéis haciendo
ahora mismo y soltad
la pasta, el no ya
lo tengo.
Calor mucho calor.
Mosca mucha mosca.
Cansado muy cansado.
La ropa se seca muy rápido
y lloras viendo
la televisión.
Si colocas un trozo de hielo sobre tu cama
tu cama se queda helada, si caminas
de noche se oyen
las casas.
Calor mucho calor.
Mosca mucha mosca.
Cansado muy cansado.
Sabes por las noticias que
la charca de Pegalajar sigue llena,
te tumbas en la cama y te conformas
cuando me tocas un dedo de
la mano.
Perdón soy feo, pillo cacho.
Odio infinito a la de los perros.
Retiro animales muertos de la carretera,
el olor es insoportable pero para
compensar el hedor acabo
de comprarme una pala
de segunda mano.
Me gusta observar la basura,
me gusta lo que se oculta,
me gusta lo que se
refleja en los
charcos.
Me gustan de Saturno sus anillos
y me gustan mucho
los patos.
Canta un grillo dentro del coche,
mientras tanto una pequeña
dos alas atraviesa el cielo
despejado.
Se oculta lo que nunca tendré,
se oculta ignorante
detrás de las
montañas.
En la foto no parece
que haga
tanto calor.
Camión el viento a tu paso,
cerca del polígono
unos arbustos.
Cuando el tiempo apremia,
¿procede la poesía?
Camión el viento a tu paso,
cerca del polígono
unos arbustos.
Me gusta tu llavero,
no puede molar
más.
Me gusta piernas de zanahoria,
cuerpo de lágrima, cabeza
de canica y pelo de
remolacha.
Se chocaba de frente, giró el volante
hacia la izquierda y tiró del freno
de mano.
Pudo lavarse los dientes tumbado
en la cama mirando el
techo,
pudo palmarla montado
en su flamenco,
pudo llegar vivo a la casa de inabonos
y observar las calles impregnadas
de magnesio y las fundas grises
de los coches pero
no hizo nada.
El calvo, el de las gafas de sol
y el de la moto se toman algo muy tontos
en un bar de la esquina.
Una chica sentada en un banco dice
que le llovió
en Roma.
Alguien grita entre dos coches
¡Dame un euro!
¡Oye!
Así es mi barrio.