
Me dio lo
mismo
que
lo mismo me dio.
Ella se fue borracha con una botella de agua
llena de agua en la
mochila.
Yo estaba, era, una sombra en la pared.
Era una paloma muerta en el suelo.
Morí caminando.
Era
como si notara
la presencia de dos fantasmas.
Uno feo y otro su gemelo igual de feo.
Me dijeron el vacío existencial de una patraña.
Me dijeron la sombra de una señal.
Yo no dije nada.
Me limité a esperar el vacío existencial,
la sombra de una señal.
Pero no pasaba nada y los dos fantasmas estiraban
su sábana sucia por la zona donde
supuestamente estaba
su polla.