
Era
como si notara
la presencia de dos fantasmas.
Uno feo y otro su gemelo igual de feo.
Me dijeron el vacío existencial de una patraña.
Me dijeron la sombra de una señal.
Yo no dije nada.
Me limité a esperar el vacío existencial,
la sombra de una señal.
Pero no pasaba nada y los dos fantasmas estiraban
su sábana sucia por la zona donde
supuestamente estaba
su polla.