
¿Que Dios me oiga?
Pues sí.
Dios me oye.
Siempre me hace caso
pero no siempre hace lo que yo le pido.
Son descabelladas mis plegarias.
Camino despistado.
Me saco un moco y lo pego
en un edificio de mi
barrio.
No tengo miedo caminando de noche.
Me gusta el bosque y todo
lo que intuyo.
(Bañado de luz de luna y espejos).
Ojos rojos
en los huecos de los árboles.
Gusanos blancos en el suelo de barro.
Murciélagos en la cabeza y bichos verdes en los brazos.
Y por eso ahora tengo miedo, porque veo
cómo se cuela entre los arboles
un primer rayo de sol.
Como un bebé que llora cuando nace.
Empiezo a ver una salida
y el comienzo de un
nuevo amanecer.
Y no
me gusta lo que veo.
Y no me gusta lo que acontece.
Odio las cosas a la luz
del día.
Prefiero la noche.
Prefiero la oscuridad y la profundidad del bosque.