Sería
maravilloso
que la tierra entera explotara,
y que todas las montañas reventaran
como volcanes de la Palma, y quel suelo seco
se abriera en grietas kilométricas, y que todos acabáramos
ahogados en
lava.
Mes: octubre 2021
MÚSICA Y ROBOTS
Todavía camino
con globazo de pepa rosa.
En mi cabeza un montón de cajas de cartón
llenas de herramientas que no sé
para que sirven, que no sé
para qué son.
Cerca, muy cerca de mi oreja,
el zumbido de una mosca me parece una voz lejana.
En la televisión se celebran los veinte años de Operación Triunfo.
Pero a mí me da igual.
A mí sólo me importa la música y los robots.
Mato a la mosca y luego escribo.
Así soy yo.
Mujeres
de mediana edad
con chaquetas guerreras con
parches invertidos Flip de lentejuelas de colores
me miran de reojo, supongo que hoy tampoco me he peinado.
Supongo
que no me aceptan porque
cuando intento hacer fuego, hago sólo humo.
Pero a mí me da igual.
A mí sólo me importa la música y los robots.
Mato a la mosca y luego escribo.
Así soy yo.
PAYASO DE PROFESIÓN
Sólo he conocido
un payaso de profesión en toda
mi vida.
Lo conocí en Portugal.
Reunía
en su forma de ser
la forma de ser de todos mis amigos artistas.
Músicos, pintores, escritores, juerguistas.
Lo contenía TODO ese cuerpo
y esa cara de payaso
de profesión.
CINÉFILA, BUENA E INTELIGENTE
Hoy
te he llevado
por primera vez del brazo.
Y ha sido raro,
porque hasta ese momento
habías sido tú
la que me llevaba del brazo.
Y lo más raro es que lo harás siempre.
Cuando yo sea un cuerpo viejo,
tú serás un cuerpo joven.
Siempre me llevarás del brazo,
si necesito ayuda,
si me canso.
Siempre me ayudarás.
No te preocupes mamá, te dejaré descansar.
Siempre sabes de lo que hablo.
Eres tan cinéfila, buena
e inteligente…
UN BOSQUE CON OLOR A LÁPIZ
Todos los caminos son iguales.
Todos los caminos son importantes.
El mundo está lleno de caminos importantes.
Caminos que recorremos desde que nacemos.
El camino no cambia, la situación sí.
Posibilidad y probabilidad tienden a ser lo mismo.
Envidio al pájaro que se adentra en el bosque.
Un bosque con olor a lápiz.
Me matará un árbol del bosque.
Me caerá encima.
EN LA MENTE DEMENTE DE UN MÉDICO EMINENTE
He visto
líneas en el cielo.
Están fumigando Ibuprofeno.
Lo he leído en la mente demente de
un médico eminente.
LO SIENTO GATITO
Sólo te vi un día.
Te acercabas y me arañabas la rodilla.
Parecía como si quisieras ser adoptado por mí,
o quizás, sólo querías comida.
Algo de comida te cayó, eso te salió bien.
Lo que no te salió bien fue lo de ser adoptado por mí.
En seguida me metí en casa y
seguí bebiendo y fumando
con mis fantasmas,
olvidándome
totalmente
de ti.
No estoy hecho para cuidar de nadie.
Sólo puedo cuidar de mí, y a veces lo hago mal.
Lo siento gatito.
Hoy por la mañana te he llamado
y ya te habías ido a no
sé dónde.
Espero
que te vaya bien
y que por lo menos aprendas
a cuidar de ti, ya que puede que nunca
nadie que no seas tú,
cuide de ti.
Esto es
así.
BUENA LITERATURA
Ahora
que me alejo de mis padres
y crece mi sensación
de no saber si los voy a volver a ver
(siempre me pasa cuando salgo de su casa),
voy a hablar de su fe,
mi fe.
Lo bueno de su fe:
Me ayuda
a entender quexiste algo que trasciende
lo puramente material.
Vuestra fe.
Mi fe.
Se trata de algo inmaterial.
Como la buena literatura si se lee bien.
Creo en vuestro amor.
Creo en el amor.
Os quiero tanto a los dos.
Os agradezco tanto a los dos.
Gracias por hacerme creer en algo.
(En vosotros).
DESPUÉS DE UN TERREMOTO
Después
de un terremoto
suelo sentir lo mismo que
sentía cuando era
pequeño.
Una sensación de nostalgia que todo lo baña,
como si de pronto recordara
una vida pasada.
Y entonces
la luz cambia, el pelo brilla,
los motores andan,
todo gira del
revés,
y tú me vuelves a querer.
LA ECUACIÓN (EN EL TREN)
Delante de mi confortable asiento está ella.
Estudiante de medicina de diez
y nueve años.
Nerviosa,
delgada, infantil,
pero con una serenidad inusitada en su mirar.
Pienso que quizás será ella, dentro de unos pocos años,
la que me atenderá en el hospital, cuando yo esté
jodido por alguna enfermedad,
aún por determinar.
A su lado una chica guapa, zafia y alejada de toda
imaginada participación futura en mi vida,
se hurga la boca con el dedo índice,
tratando de zafarse de un trozo
de Dorito pegado en su
preciosa muela
blanca.
A mi derecha, un niño gordo juega
a cartas con su hermana,
grita y senfada.
Y pienso
que la vida (mi vida)
se desliza dentro de una cabina de aluminio
a trescientos kilómetros
por hora.
Y pienso en la ecuación.