He visto a José Mota comprando helado de fresa
en La Rochelle, he visto a José Mota en plena
batalla, he visto a José Mota cerca de la
carretera, he visto a José Mota
cerca de una casa hecha de
bizcochos y crema.
He visto a José Mota dibujando mandalas
en un cuartucho alquilado, he visto
a José Mota tocando la guitarra,
he visto a José Mota mirando
tres minutos seguidos un
cochinillo envasado
al vacío.
He visto la sombra, he visto el reflejo
de José Mota en un charco y he
visto en los ojos de José Mota
la locura de un hombre que
no conoce la receta
del chorizo de
Pamplona.