UN REFLEJO EN MI VENTANA

¿Cómo de grande tiene que ser un charco
para que pueda nadar un pato,
para que sea un lago?

¿Cuándo empieza y termina de ser un lugar
donde los animales juegan?

¿Cuánto pesa un rebeco muerto
relleno de papel?

¿Lo consigue levantar
un ave rapaz?

Todas estas preguntas y muchas más me hago
cuando un reflejo en mi ventana consigue
lo que yo no puedo conseguir con
un espejo en la mano,

que de pronto el sol
se contemple a sí
mismo.

Publicado por

Txema Maraví Artieda

Soy de mi pueblo de toda la vida.

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