DENTRO de una semana podremos volver a encontrarnos con Twin Peaks una serie cuya emisión del primer capítulo dejó estupefactos a buena parte de los espectadores. Después de más de veinte años vuelve a la Fox el caso el relato audiovisual de David Lynch sobre el asesinato de Laura Palmer y la música hipnótica Badalamendi. Pura nostalgia porque seguramente los que la volvamos a ver no sintamos la misma emoción y a los nuevos no les parecerá el no va más después de experiencias tan fuertes como Perdidos por ejemplo y además en plena moda de vampiros, licántropos u muertos vivientes, Los espectadores evolucionamos sin darnos cuenta. Eso no quiere decir que todo lo que suene a antiguo pierda valor. El lunes a las nueve de la noche con su consecuente repetición el martes al mediodía pudimos ver en Documentales culturales un reportaje sobre el cine hecho durante la guerra civil. Nos trajo una realidad oculta en las cinematecas y la mala memoria que caracteriza a los responsables de estos archivos de la misma manera que desde TVE no se alcanza a valorar, o sacar a la luz, el potencial del archivo que poseen. El documental nos presentó varios títulos que si hicieron mientras el conflicto se extendía a cada rincón. Emocionante documento. Comprobar la calidad y la entereza con la que fueron realizados mientras a la sociedad le arrebataban la libertad fue una experiencia muy fuerte. Después de más de tres décadas con libertad absoluta para haber puesto en valor, como se dice ahora, este material y haberlo expuesto en televisión, resulta que seguimos con la fórmula de Cine de Barrio revisando lo ya visto porque ha tenido varias reposiciones. No se trata ahora de ignorar a Paco Martínez Soria si no de apartarlo un poco para hacer justicia con los que llevan 70 años marginados. ¿O esperan a que no quede nadie vivo?.