Mala suerte

AL final del partido contra Argentina, los de La Sexta lo celebraron con vino cuyo corcho tuvieron que meter hacia dentro -con las prisas, se les había olvidado el sacacorchos- y unos paquetes de jamón que habían recibido a última hora. Seguramente la situación lo requería. Después de 22 años se repetía la historia del pase a la final de la selección de baloncesto. Los comentaristas se zamparon sin miramientos la botella y las lonchas. Al parecer, estamos ante una nueva manera. A partir de ahora, también ellos desenvolverán los bocadillos como lo hacen los aficionados en las gradas y darán cuenta, en directo, de las tortillas mezcladas con las estadísticas y el comentario de las jugadas. Claro que lo harán con la boca llena. Y es que con la llegada de Montes y compañía ha llegado la verdadera revolución. Un cambio global consistente en poner motes a los jugadores -Catering Calderón,La bomba Navarro- y meterse con los analistas -Salinas, Salinas, qué paaaasa Salinas-. Y ahora lo mismo con el pelota Iturriaga. Vamos, que de la carencia estos tíos están sacando petróleo. Sus comentarios no valen un pimiento, desde luego, pero Montes tiene un sentido del espectáculo y lo lleva hasta el final. Espero, por el bien del público, que se vayan puliendo estos aspectos. Que no recaiga todo el peso en los comentarios del presentador calvo y de pajarita. El mundial de baloncesto ha pasado desapercibido por el horario en el que se celebraban los partido en Japón y, también, por la escasa cobertura que tiene La Sexta. Hoy puede ser un gran día para el baloncesto si finalmente se recupera Gasol y los demás tienen un buen día ante Grecia. Pedro Barthe se estará tirando de los pelos ante esta oportunidad. Toda una vida retransmitiendo el baloncesto y, para una vez que no lo hace, va y estos tíos puede que se traigan una medalla. Esto sí es mala suerte.