LA PASCALINA

No confío
en una sociedad
que se desnuda y se
abriga a la primera de
cambio.

Una sociedad que no es hermana
del individuo, que sólo es
hija del mismo padre.

Una sociedad que sólo suma y resta como
sólo sumaba y restaba la calculadora de Pascal.

Menos mal que todavía nos queda
la poesía, la pintura,
la lírica…

¡Exponencial!

¡Qué pena que sean las artes un cerezo alto
a cuyas altas cerezas sólo acceden
algunos privilegiados!

MÁS GUAPO QUE LA CHUSMA

Un hueso de
aceituna encima de una silla,
y en el suelo de la calle una sombra
de muerte.

Lo veo todo claro, me siento lúcido
antes de la migraña.

No puedo conciliar el sueño.

Puede ser debido a que sólo pienso en que
soy más guapo que la chusma.
O puede ser debido a que tú a mi lado
sólo fuiste un edredón
arrugado.

Y es que accediste a mi patética vida
entre dos contenedores.

Y por eso no te pude ver.
Y por eso te atropellé
con el coche.

PERDONA MI TRAJÍN

Te voy a fangar esa voz.

Esa voz que remueve la tierra
y planta flores entre
las baldosas.

Esa voz que se lleva un trozo
de todo lo que toca y se
impregna en mi
rodilla.

En el tiovivo
siempre me pasa lo mismo.

¡Ay!

Perdona que onomatopeye.
Perdona mi trajín.

Las
abejas
transportando
el polen también
tienen que cruzar la
carretera.