HA QUEMADO SU CEPILLO ELÉCTRICO

Ese hombre cansado que sale de su oficina
de tres metros cuadrados con sus
vaqueros gastados y su perilla

de hombre cansado

ha dicho que la venta de parcelas
en el extrarradio cierra con un
descenso del dieciocho

por ciento.

Ese hombre cansado que siempre
mira de reojo cuando tiene
que sacar dinero

del cajero

ha visto una explosión en el cielo
camuflada entre las nubes,
ha visto fuego, ha visto

azules.

Ese hombre cansado que todavía
tiene la marca de un cigarro
que hace años apagó en

su brazo

ha descubierto una paloma muerta
en el motor de su coche y ha
quemado esta mañana

su cepillo eléctrico.

HOY NO SÉ QUÉ HARÉ

He caminado del garaje a casa sin pisar la calle,
he sentido el azul eléctrico de los bosques

cerca del río.

He visto caídas en asadores, he soñado
animales gachas y cofradías

rodes.

He descrito una piscina desmontada sobre la hierba,
he descrito una piscina sucia y llena de

trozos de ladrillo.

He intuido la sombra de una manera de ser
y descubierto una mosca debajo de un

plato.

He recordado todo eso y más
y todo eso y más recordaré
mañana,

hoy no sé qué haré.

¡HASTA MAÑANA!

Escupes cada tres metros,
cansada te reflejas en la superficie del agua,
cansada te conviertes en un trozo

de madera.

Sombra de una silla,
cansada te concibes alargada,
cansada te proyectas en la rama que baila
empujada por el viento de

una montaña.

Vista plana que no sientes nada, que tiñes de luz
las tardes ociosas y te marchas cansada
entre las nubes,

¡Hasta mañana!

CÓMO TODO DESAPARECE POCO A POCO

Has empezado a ver cómo a través de tus gafas
polarizadas la luz del sol desgasta
los botones de un

parquímetro.

Has descubierto que los muros traseros
de las casas no se pintan

de colores.

Has visto crecer la hierba oscura
cerca de la misma papelera

roja.

Y cómo ese campo de fútbol que te recuerda
otro campo de fútbol sin patinadora
de fuertes muslos mirando su
cronómetro de pulsera
desaparece poco a

poco.