Has empezado a ver cómo a través de tus gafas
polarizadas la luz del sol desgasta
los botones de un
parquímetro.
Has descubierto que los muros traseros
de las casas no se pintan
de colores.
Has visto crecer la hierba oscura
cerca de la misma papelera
roja.
Y cómo ese campo de fútbol que te recuerda
otro campo de fútbol sin patinadora
de fuertes muslos mirando su
cronómetro de pulsera
desaparece poco a
poco.