Ahora que soy un peruano con tendinitis,
ahora que soy un africano tumbado
a la sombra de una palmera,
puedo decir y digo,
quel sol lleva gafas de sol.
Ahora que soy un peruano con tendinitis,
ahora que soy un africano tumbado
a la sombra de una palmera,
puedo decir y digo,
quel sol lleva gafas de sol.
Mi vida me mantiene con vida.
Me riega todos los días.
Mi
toalla
ha pasado
toda la noche
solita colgada en
el
tendedero.
¿Habrá sido una noche triste para ella?
¿O por el contrario preferirá la oscuridad de un patio
de vecinos a la oscuridad
de mi cuarto?
A
veces soy feliz despierto.
A
veces soy feliz dormido.
A
veces soy infeliz dormido.
A
veces soy infeliz despierto.
¿Cuál es la diferencia entre ser y estar?
Estoy contento.
Estoy triste.
¡Qué más dará!
Un vecino sube las escaleras.
Puedo escuchar sus pasos desde la ventana de mi dormitorio.
Oigo cómo jadea y abre la puerta de su casa.
Parece por su jadeo, o cansado, o infeliz despierto.
O está triste, o está contento.
¡Qué más dará!
¡Cómo cambia
mi estado de ánimo!
Un día estoy cerca de una farmacia feliz y contento
y a los tres días estoy cerca de la misma
farmacia
triste y deprimido.
Todo cambia en setenta y dos horas
y estando en el mismo
lugar.
¿Cómo estaré mañana cerca de la farmacia?
Era una realidad.
Las piscinas en verano se pintaban de azul.
No se pintaban de rojo, ni de verde,
ni siquiera de verde
azulado.
Se pintaban de azul.
Pienso en todo esto y pienso en nuestros antepasados.
Llenaban sus piscinas y sus bañeras.
Se duchaban y se lavaban
casi todos los días
con agua.
Tendrías que volver a nacer
para conseguir ser
poeta.
Vuelve a nacer, anda.
No me queda nada claro
por qué quieres ser
poeta.
Tus versos a mano son malos.
Tus versos a mano los rompo en mil pedazos.
Hago confeti con tus poemas.
Y grito como un loco.
Y bailo un poco.
Y qué bonitos y qué nocturnos eran los erizos.
Y qué bonitos y qué nocturnos eran los gatos.
Y qué bonitos y qué nocturnos eran
los murciélagos.
Y qué bonitos y qué nocturnos
eran los sapos.
Y
qué bonitos
y qué nocturnos éramos
nosotros sentados en
el barro.
La casa de Belinda
está llena de mini ceniceros.
En cada mini cenicero sólo cabe
una colilla.
Hoy se ha fumado cuarenta cigarros.
Cuarenta cigarros repartidos por toda la casa.
Su casa es un gran cenicero.
Su casa es un gran cenicero de amor verdadero.
De amor verdadero.
De amor verdadero.
De amor verdadero.
La casa de Avelino está llena de mini botellitas.
En cada mini botellita solamente cabe
un trago.
Hoy se ha bebido trece botellas.
Trece botellas repartidas por toda la casa.
Su casa es un estercolero.
Su casa es un estercolero de amor
verdadero.
De amor verdadero.
De amor verdadero.
De amor verdadero.
Y de pronto he sentido
lo mismo que sentí
la primera vez
que te
vi.
Ha sido como viajar en el tiempo.
Soy un viajero del tiempo.