LOS SAPOS

Y qué bonitos y qué nocturnos eran los erizos.
Y qué bonitos y qué nocturnos eran los gatos.
Y qué bonitos y qué nocturnos eran
los murciélagos.

Y qué bonitos y qué nocturnos
eran los sapos.

Y
qué bonitos
y qué nocturnos éramos
nosotros sentados en
el barro.

LA CASA DE BELINDA

La casa de Belinda
está llena de mini ceniceros.
En cada mini cenicero sólo cabe
una colilla.

Hoy se ha fumado cuarenta cigarros.
Cuarenta cigarros repartidos por toda la casa.

Su casa es un gran cenicero.
Su casa es un gran cenicero de amor verdadero.

De amor verdadero.
De amor verdadero.
De amor verdadero.

La casa de Avelino está llena de mini botellitas.
En cada mini botellita solamente cabe
un trago.

Hoy se ha bebido trece botellas.
Trece botellas repartidas por toda la casa.

Su casa es un estercolero.
Su casa es un estercolero de amor
verdadero.

De amor verdadero.
De amor verdadero.
De amor verdadero.

OJOS ROJOS

Adoro mis ojos rojos.
Quiero mi blanco del ojo rojo,
no blanco.

Son mis ojos sensibles, siempre lo han sido.
Vulnerables, finos termómetros de mi estado de ánimo.
Puedo mentir pero ellos siempre me delatan.
Estúpidos ojos que me acompañan
desde niño.

Ojos de cordero degollado un día de resaca.
Ojos de felicidad y culpabilidad.
Ojos tristes, ojos llorosos.
Ojos enfermos.

Ojos de loco y de tonto.

LO TUYO NO ESTÁ DICHO

De
perdedores
está el mundo plagado.
Muchos escritores del pasado
creyeron ser especiales por esto mismo.

Y no estaban equivocados.

Si tú también eres un perdedor,
escribe tu relato, poema, novela o lo que sea.

Tienes algo que decir al mundo, de eso estoy seguro.

No importa que no quieras ser escritor.
No importa que todo esté dicho
porque todo no está dicho.

Lo tuyo no está dicho.

Venga va, cuéntanos tu historia.
Haznos ese favor, por favor.