América Latina siembra dudas sobre sus opciones de crecimiento

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo dependiente de Naciones Unidas ha hecho público su “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe”, un en lo que supone un adelanto serio análisis que CEPAL realiza anualmente de la realidad y perspectivas de los países latinoamericanos. Sin venir a suponer un jarro de agua fría a la esperanzadora realidad que hoy supone en el contexto mundial la región, si que siembra dudas, también más que razonables, sobre el desaforado optimismo que respecto al crecimiento y desarrollo de la misma podríamos tener. Esa reedición del mito de “El Dorado” que algunos creyeron posible se está viniendo abajo a medida que tenemos los datos del pasado año y la previsión del presente 2014. Para empezar el informe destaca que en 2013 el PIB de América Latina y el Caribe creció un 2,6%, cifra inferior al 3,1% registrado en 2012. Este resultado ilustra la continua desaceleración económica regional que se manifiesta desde 2011.

No obstante, hubo diferencias importantes en los ritmos de crecimiento de los países, lo cual no hace sino demostrar la enorme heterogeneidad de una región que crece a ritmos muy diferentes. El bajo crecimiento regional en 2013 responde en parte al escaso dinamismo de las dos mayores economías de América Latina y el Caribe: Brasil (2,4%) y México (1,3%). Crecieron más del 5% elParaguayPanamá, Bolivia y Perú, mientras que ArgentinaChile, Colombia,GuyanaNicaragua y Uruguay crecieron entre el 4% y el 5%. Por subregiones, América del Sur registró un crecimiento del 3,3%, una tasa algo menor que el 3,7% registrado por el Istmo Centroamericano más Haití y la República Dominicana, mientras que persistió el bajo crecimiento (1,3%) del Caribe de habla inglesa y holandesa. El crecimiento regional estuvo impulsado principalmente por la continuación del dinamismo de la demanda interna y sobre todo del consumo, que aportó 2,8 puntos porcentuales del crecimiento del PIB, mientras que la inversión lo hizo en 0,9 puntos porcentuales y se redujo levemente el saldo negativo de las exportaciones netas (-0,8 puntos porcentuales). En 2013 la región logró una nueva, si bien muy pequeña, reducción de la tasa de desempleo, que pasó de un 6,4% en 2012 a un 6,3%, pero no fue la generación de empleo la que causó este descenso, sino la desaceleración de la oferta laboral, expresada en una reducción de la tasa global de participación. En la práctica se combinó una menor generación de empleo, como parte de un proceso de menor dinamismo de los sectores como el comercio, la construcción y los servicios comunales, sociales y personales, que más dependen del consumo y que son intensivos en el uso de mano de obra; y una menor búsqueda de trabajo de parte de los miembros de muchos hogares, en vista de oportunidades de empleo restringidas y ante la persistencia de condiciones favorables para aquellos que ya tenían trabajo después de varios años de expansión del empleo. La falta de dinamismo observada en la generación de empleo en 2013 se reflejó en un aumento del desempleo de los más jóvenes de la región, lo cual puede atribuirse a que un enfriamiento de la generación de empleo suele afectar primero a los nuevos entrantes al mercado de trabajo, donde generalmente hay una mayor proporción de jóvenes.

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A la gravedad del dato del empleo juvenil se une que durante 2013 hubo un claro deterioro del sector exterior, reflejado en un aumento del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, que pasó de un 1,8% en 2012 a un 2,5% del PIB en 2013, principalmente como resultado de un aumento superior de las importaciones que de las exportaciones de bienes. Sin embargo, frente al menor dinamismo del crecimiento y al deterioro del sector exterior, las metas de la política fiscal en la región se flexibilizaron, lo cual fue posible en la mayoría de los países gracias a las condiciones muy favorables de acceso a los mercados financieros, con tasas de interés históricamente bajas. En el conjunto de América Latina el déficit alcanzó 2,4 puntos del PIB y el saldo primario, corregido por el pago de intereses, ascendió a -0,6 puntos porcentuales del PIB, el dato menos favorable desde 2009. El Caribe logró en cambio una reducción del déficit, con un resultado global de -3,0 puntos porcentuales del PIB. Por su parte, respecto a la inflación de la zona, en el segundo semestre de 2013 el promedio de las tasas de inflación de los países de América Latina y del Caribe mostró un ligero incremento con relación a los meses previos, con lo que la tasa media de inflación de los países de la región se mantuvo al alza a lo largo del año. Venezuela y la Argentina fueron las dos economías de la región que mostraron las tasas de inflación más altas, seguidas de Jamaica, Bolivia y el Uruguay, pero predominaron tasas inferiores al 5% en la mayoría de los países de la región. Ante un panorama de menor inflación, de cierta desaceleración del crecimiento económico y de inestabilidad financiera, numerosos países orientaron su política monetaria a sostener la demanda interna y a enfrentar la volatilidad financiera internacional mediante la reducción de sus tasas de interés de referencia —con la excepción del Brasil en el caso de los bancos centrales con enfoque de metas de inflación— o favoreciendo un crecimiento estable de los agregados monetarios.

Si 2013 se ha cerrado en América Latina con datos como los señalados y que podemos adjetivar de muy modestos, la previsión para 2014 se ampara en un cierto mayor optimismo en la marcha de la economía mundial para augurar cierta mejoría. La reciente evolución de las economías de Estados UnidosJapón y laUnión Europea, junto con datos de la economía de China levemente mejores que las previsiones, han dado origen a un moderado optimismo sobre las expectativas para 2014. Así, se prevé que la economía mundial crezca un ritmo del 2,9% y que el crecimiento se recuperará tanto en países desarrollados como en desarrollo. En ese contexto se prevé cierta aceleración del crecimiento del PIB de América Latina y el Caribe, que alcanzaría una tasa de alrededor del 3,3%, asociada a un entorno exterior más favorable, que contribuiría a un aumento de las exportaciones. Este mayor crecimiento regional dependerá, en parte, de que continúe la recuperación en México y mejoren las cifras del Brasil, puesto que ambos países crecieron a una tasa menor que el promedio regional en 2013. Al crecimiento de la región en 2014 seguirá contribuyendo la expansión del consumo privado, aunque con aportes menores que los observados en años pasados. Esto se debe a que el ingreso disponible crecerá menos que el PIB, dado que no se producirán mejoras significativas de los términos de intercambio ni fuertes aumentos de las remesas. Asimismo, continuará la desaceleración del crédito ya observada en la región en 2013 y la expansión de la masa salarial será menor, dado que el crecimiento de la región probablemente no retomará la intensidad laboral que lo caracterizó recientemente y, por tanto, los incrementos salariales reales continuarán moderándose.

En 2014 se prevé que la reducción de la liquidez internacional se traduzca en un endurecimiento de las condiciones de financiación, lo que obligará probablemente a limitar el ritmo de crecimiento del gasto público, con lo que se iniciará, dependiendo del dinamismo de las economías, un período un poco más difícil de ajuste de la posición fiscal. Esta situación, junto con un entorno de demandas ciudadanas crecientes y bases tributarias a la baja, inducirá a las autoridades a considerar reformas tributarias para aumentar la recaudación, especialmente en un marco de cambios de gobiernos de varios países. Durante los primeros meses de 2014 también se espera que se mantenga en general la tendencia a relajar la política monetaria en la región, con el fin de estimular el crecimiento económico en un contexto de tasas de inflación bajas en la mayoría de los países. En otras palabras, ante la desaceleración del crecimiento del crédito ya observada en 2013, se espera que en 2014 la mayoría de los países continúe adoptando medidas para expandir el volumen de crédito y reducir su coste, en algunos casos mediante disminuciones de tasas de interés.

Parece evidente que el escenario de la economía mundial en 2014 plantea oportunidades y amenazas para América Latina y el Caribe. Por desgracia la principal amenaza sigue teniendo que ver con la “enfermedad holandesa”, es decir, el precio de las materias primas de las que dispone la región pero a las que no es capaz de añadir suficiente valor. Si la economía mundial no crece, no demanda las exportaciones latinoamericanas al alto precio de los últimos años y ello puede ser mortal para algunos países de la región. La falta de capacidad de las empresas latinoamericanas, especialmente las pymes, de innovar y de entrar en el círculo virtuoso de la I+D+i, sigue lastrando el desarrollo social de unos países donde el principal riesgo seguirá siendo el de las desigualdades sociales entre pobres y ricos. La carencia casi total de políticas fiscales de redistribución de la riqueza sigue impidiendo en gran medida la consolidación de clases medias y, por tanto, el neocriollismo convierte en las élites dirigentes a las familias que controlan todos los sectores económicos de un país. La típica frase que escuchas cada vez que visitas un país latinoamericano: “este país la manejan X familias”puede seguir más presente que nunca y una vez más se habrán derrochado años de bonanza para abrir más la brecha social. América Latina se juega en el 2014 mucho de la credibilidad ganada en el contexto internacional en la última década, ya no tanto por los problemas de deuda de otrora, pero si en su capacidad por desarrollar sociedades libres y estables, con clases medias asentadas donde la educación o la sanidad no se conviertan en barreras de entrada y de salida para el progreso personal. Es su reto y también el nuestro si queremos contar con el Atlántico como espacio de vanguardia mundial.

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Acuerdos comerciales con Centroamérica, Colombia y Perú: nuevas oportunidades de negocio para las empresas europeas

En los últimos meses han entrado en vigor los nuevos acuerdos comerciales de la Unión Europea con Perú – 1 de julio -, Colombia – 1 de agosto – yCentroamérica – 6 de agosto – que vienen a unirse a los ya suscritos hace años con Chile y México. El mapa de la relación estratégica entre las dos regiones cada vez queda más claramente establecido en aquello países latinoamericanos que han apostado con claridad por el libre comercio como base de su desarrollo económico. Mientras los países miembros de Mercosur siguen inmersos en rondas negociadoras con Bruselas con mínimos avances, la llamada Alianza del Pacífico avanza hacia la consolidación de un espacio de intercambio de productos, servicios e inversiones con la UE, que ofrece hacia ambos lados del Atlántico nuevas y enormes oportunidades. El hecho de que Brasil, atrapada en el limbo de Mercosur y ante el anuncio de inicio de negociaciones de la UE conEE.UU. se haya apresurado a anunciar su intención de abrir un proceso de diálogo con Bruselas para la firma de un tratado comercial bilateral, no hace más que refrendar el camino emprendido por otros Estados de América Latina y Caribe en la relación con Europa. Llegados a esta situación de relación bilateralizada, cabe preguntarse cuáles son las realidades de ambas zonas y cuáles las oportunidades que se abren para las empresas europeas en los nuevos países con los que hemos suscrito acuerdos.

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A tal efecto, tiene valor referencial el estudio llevado a cabo por la CEPAL – Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas – “La Unión Europea y América Latina y el Caribe: Inversiones para el crecimiento, la inclusión social y la sostenibilidad ambiental”, que sirvió de documento de análisis para la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea que se celebrará en Santiago de Chile el 26 y 27 de enero de 2013. Sus principales conclusiones en materia comercial son las siguientes:

  • La Unión Europea ha perdido peso relativo en el comercio exterior latinoamericano en las últimas tres décadas, sobre todo como mercado de destino para las exportaciones.
  • A mediados de la presente década, la Unión Europea podría verse desplazada por China como segundo socio comercial de América Latina y el Caribe.
  • Cerca de dos tercios del comercio internacional de la Unión Europea se realizan con los propios miembros del bloque; América Latina y el Caribe representó solo entre el 2% y el 3% del comercio de la Unión Europea durante la década pasada.
  • Las exportaciones de la región a la Unión Europea son más intensivas en recursos naturales (procesados) que las exportaciones a los Estados Unidos o a la propia región.
  • Las exportaciones de México a la Unión Europea son más intensivas en tecnología 7.que las del resto de la región.
  • Salvo en el caso de México, las exportaciones latinoamericanas a la Unión Europea están muy concentradas en los productos básicos, como banano, café, carbón, carne bovina, cobre, gas, hierro y acero, petróleo y soja.
  • La región participa poco en las cadenas de valor europeas, como lo ilustran sus bajos niveles de comercio intraindustrial.
  • Tras la crisis, el comercio de la región con la Unión Europea se recuperó más lentamente que el comercio con otras regiones.
  • El comercio de servicios entre la Unión Europea y América Latina creció más rápidamente que el comercio entre la Unión Europea y el mundo, lo que constituye una oportunidad para ambas regiones.
  • La región mantiene una balanza comercial positiva con la Unión Europea; América del Sur registra el principal superávit.
  • Tras la entrada en vigor de sus acuerdos de asociación en 2000 y 2003, México y Chile consiguieron aumentar el número de productos exportados a la Unión Europea.
  • Entre los principales nuevos productos exportados por Chile destacan el vino, las manzanas frescas y el salmón.
  • Entre los principales productos exportados por México se destacan los vehículos y las manufacturas electrónicas.
  • Comparada con la Unión Europea, América Latina y el Caribe se  muestra rezagada a la hora de facilitar el comercio.

Y en materia de inversiones:

  • El perfil inversionista de cada país de la Unión Europea es diferente. Las empresas transnacionales de países como EspañaAlemaniaFrancia,Italia y el Reino Unido tienen una larga tradición en la región.
  • En la última década, la mayor parte de la Inversión Extranjera Directa de la Unión Europea se dirige a países europeos y América Latina y el Caribe pierde relevancia como destino entre las regiones en desarrollo.
  • A pesar de esto, desde la perspectiva latinoamericana la Unión Europea es la principal fuente de IED.
  • Existen importantes diferencias entre países receptores: la Unión Europea consolida su presencia en América del Sur.
  • Brasil es el mayor polo de atracción en la región.
  • España es el principal inversionista europeo en la región.
  • Las empresas españolas en América Latina han pasado de ser el área problemática a la tabla de salvación durante la crisis.
  • Mientras las inversiones alemanas se concentran en pocos países y sectores, las inversiones francesas han aumentado fuertemente en los últimos años.
  • Por su parte, las inversiones italianas se diversifican y empresas transnacionales de los Países Bajos materializan importantes fusiones y adquisiciones.
  • Los servicios son el sector predominante.
  • Las empresas europeas han sido agentes protagonistas en las grandes fusiones y adquisiciones registradas en América Latina y el Caribe.
  • Pero también han sido las empresas más activas en la creación de nueva capacidad productiva.
  • América Latina y el Caribe no es un destino preferente de inversiones en actividades de investigación y desarrollo.
  • Sin embargo, las empresas transnacionales europeas juegan un rol importante en la innovación y en las actividades de investigación y desarrollo en la región, especialmente en el Brasil.
  • Las translatinas han invertido principalmente en otros países de la región, aunque también se han aventurado en Europa.
  • En comparación con el resto de empresas latinoamericanas, las que tienen su sede en el Brasil son las más orientadas hacia Europa.
  • La crisis económica en Europa: puede ser una oportunidad para las empresas translatinas.
  • Las micro, pequeñas y medianas empresas son agentes económicos relevantes para ambas regiones.
  • La internacionalización de las pymes es un camino posible para romper el círculo vicioso.

Con este panorama parece evidente que son muchas las oportunidades que se abren de un lado y otro para la colaboración entre empresas, no solo respecto al mero intercambio comercial, sino en el ámbito de las inversiones y de las fusiones de empresas. El concepto de compañías eurolatinas puede establecer un nuevo área de trabajo en común y de transacción efectiva de conocimiento de un lado a otro del Atlántico. Las bases legales están razonablemente puestas para que este reto pueda abordarse, no podemos esta vez culpar a los políticos de no haber hecho los deberes. Queda por realizar el esfuerzo privado e individual, el del emprendimiento y la aventura empresarial en forma de salto hacia nuevas formas y nuevos espacios de colaboración. Tenemos mucho que aprender los unos de los otros. América Latina ha superado crisis financieras y sistémicas similares a las que hoy vivimos en Europa y los europeos tenemos aún un sistema de protección social modélico que puede definitivamente ayudar a reducir a mínimas expresiones la brecha social latinoamericana. Se trata de hacer negocio conjunto con mentalidad de trabajo conjunto, un “win to win”, en el que las dos partes suman y no, como en tiempos pretéritos, uno de se aprovecha groseramente de las potencialidades del otro. Lejanas las conquistas, las colonizaciones y las neocolonizaciones, ha llegado el tiempo del reconocimiento, desde el respeto, desde la diversidad, pero desde la riqueza de la puesta en común.

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Cumbre UE América Latina Caribe: síntomas de optimismo de dos socios estratégicos

Más de 1.100 millones de personas, más de un tercio del PIB mundial, por tanto, muchas miradas del mundo estaban puestas en la cumbre birregional CELAC – UE, celebrada entre los días 26 y 27 de enero en Santiago de Chile. Sesenta y dos jefes de Estado y de gobierno de uno y otro lado del Atlántico se reunían por primera vez como dos entidades supranacionales, por un lado la ya madura, por no decir vieja, Unión Europea y por otro la recién nacida, de apenas tres años de vida, CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). Todo grandes magnitudes bajo el lema no poco ambicioso de “Alianza para un Desarrollo Sustentable: Promoviendo Inversiones de Calidad Social y Ambiental”.La grandilocuencia alejada de la cruda realidad que millones de ciudadanos de las dos regiones aún viven por desgracia. Pero al fin, la forma de hacer política de las últimas décadas ha encontrado en esto de las cumbres una especie de bálsamo fotográfico de la relación multilateral, que consiste en que todos somos buenos y nos llevamos muy bien, sonrían ustedes y saluden que les vamos a hacer la foto. Por detrás está la trastienda de los cuchillos largos, la de la letra pequeña de los acuerdos, la de las negociaciones a cara de perro de las delegaciones diplomáticas y, en el fondo, la de las estrategias de las potencias por el control de los bloques regionales. Todo ello se ha vivido en Santiago de Chile y uno ha tenido la suerte de participar como elemento activo en virtud del trabajo para la Fundación EULAC y como enviado especial informativo de Aquí Europa y Euractiv. Y desde esa doble condición les cuento las impresiones de la cumbre y lo que puede depararnos a futuro en la relación de Europa y Latinoamérica.

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Creo que el marco de relación entre las dos regiones lo definen tres ideas fuerza:

1.- Mayor simetría de la relación: la situación provocada por la crisis económica ha dando un vuelco sustancial al tipo de relación entre ambos. Ahora la UE está en recesión mientras América Latina Caribe está creciendo. Para Europa, Latinoamérica se ha convertido en un lugar de oportunidades y como nuevos indianos buscamos mercados para nuestras empresas y nuestros productos. Por su parte, América Latina ha hecho muchos deberes tradicionalmente reclamados por el mundo ortodoxo económico en reducción de déficit, pagos de deuda internacional, saneamiento de sus sistemas financieros y, por supuesto, respeto de los derechos humanos y profundización de la democracia. Cada vez nos parecemos más y, ante todo, cada vez tenemos los mismo problemas y las mismas aspiraciones. Se habla de igual a igual.

2.- La alianza es de socios estratégicos: aquí se ha producido también un cambio radical. La UE, salvo España y algo Italia y Francia, no giraba su mirada hacia América si no era para mirar al gigante del norte. Ahora ha abierto diálogos bilaterales múltiples como los acuerdos de asociación existentes con ChileBrasilMéxico, y los recientemente firmados con Centroamérica, Colombia y Perú. Y América Latina que se ha venido debatiendo en la última década entre su vieja relación de amor odio con EE.UU., y el ensimismamiento momentáneo ante el coloso chino, se ha decantado por reencontrarse con la vieja Europa, con aquellos que un día cruzaron el Atlántico y cambiaron las vidas del planeta a descubrir para las dos regiones un nuevo mundo. Como es lógico aquel proceso de conquista, 500 años después se escribe en clave de diálogo pacífico y de confianza mutua.

3. Europa se muestra como una unidad homogénea y América Latina Caribe aún muy diversa: La UE se presenta como una entidad articulada con instituciones engrasadas que salvo en política exterior común donde aún es muy joven el SEAE, en política económica y sectoriales no hay discusiones entre Estados porque el motor de la Comisión y la coordinación del Consejo Europeo hacen el trabajo previo. Sin embargo, los miembros de la CELAC tienen que debatir cada punto y cada tema de las negociaciones. Además su alto grado de diversidad en tamaños, situación social, fuentes de recursos y planteamientos ideológicos. Si Europa tiene en los cimientos de la construcción de la Unión el eje francoalemán, América Latina adolece de un entente fuerte entre las sus dos grandes potencias, México y Brasil. Ambas compiten y se desafían. Y la existencia de los ALBA, liderados por la impronta bolivariana de Chávez y el populismo justicialista de laArgentina de Cristina Fernández, provoca un polo de continuo desazón para países estables como Chile o una Colombia empeñada en un decidido proceso de pacificación y crecimiento económico.

En este contexto, ¿qué podemos esperar de la declaración y el plan de acción 2013 – 2015 de esta cumbre? Lo cierto es que el ambiente que reinó entre los mandatarios era de moderado optimismo. Por primera vez en los últimos cinco años, jefes de gobierno salen sonrientes de un encuentro multilateral y nos hablan de un futuro prometedor. Ya no todo es la crisis. En palabras del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, “la gran conclusión de esta cumbre es que vemos a Europa saliendo de su crisis, con mejor futuro, hay luz al final del túnel y vamos por el buen camino. Lo que es bueno para Europa es bueno para América Latina y viceversa”. Y respecto a los contenidos concretos la UE se lleva de Santiago de Chile una apuesta declarada por garantizar la seguridad jurídica de las inversiones, en clara alusión a los procesos de expropiación vividos por empresas españolas e italianas en Argentina, Venezuela y Bolivia. Mucho enfoque de sostenibilidad medioambientaly de la energía; el foco se pone en la  inclusión social en las inversiones de uno a otro lado; compromiso para evitar el proteccionismo, un especial toque de atención a Brasil;  enérgica condena del terrorismo y apoyo a las conversaciones de paz del gobierno y las FARC en Colombia; se introduce la igualdad de género y la lucha contra la violencia contra la mujer y las niñas; el mayor intercambio de información en la lucha contra el narcotráfico; la redefinición de las políticas migratorias, ya que ahora los europeos también emigran y, por último, se dan cita para la próxima cumbre bianual, en Bruselas el año 2015.

No es la panacea universal, no podemos esperar que de estos encuentros surja como por generación espontánea una comunidad más estrecha de oportunidades para los ciudadanos. Pero si es cierto que a diferencia de las anteriores cumbres de Lima y Madrid, en Santiago se ha puesto de manifiesto una voluntad férrea de estar mucho más cerca, de compartir mucho más entre las dos orillas. Un espacio que ya no solo habla castellano, que incorpora al inglés, al francés, al italiano o al alemán de un lado y que no puede prescindir del portugués del otro. Un espacio muy diverso pero firmemente convencido de lo que nos une. Queremos ser más de mil millones de personas que respetan el medio ambiente, que buscan la igualdad social, que velan por las identidades culturales de sus pueblos, que se gobiernan en democracia, que fomentan las inversiones productivas y que están en contra de todo tipo de violencia. Es muy difícil encontrar un bloque birregional que pueda establecer diálogos sinceros sobre estas bases en el mundo que no sean los que hoy componen la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

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Peña Nieto o el reto de la normalización y ¡qué viva México!

Enrique Peña Nieto será investido presidente de los Estados Unidos de México y con ello su partido el Partido Revolucionario Institucional vuelve al poder tras doce años desalojado del Palacio Nacional. El PRI, que un día levantó en armas una revolución, después en un ejercicio contra natura la institucionalizó y se convirtió en el sistema y régimen mismo, finalmente fue pasto de su corrupción y de la falta de democracia y libertades en el país. Esa larga travesía del desierto a nivel federal – ya que han mantenido poderosos feudos estatales en estos años – concluye ahora con la victoria del ex gobernador del Estado de México, avalado por su gestión y por sus aires de renovación política ante la debacle electoral de la derecha del PAN representado por la candidata Josefina Vázquez Mota. Cambio anunciado y nada sorprendente, pero al fin y al cabo cambio, salvo por la actitud nada novedosa del perdedor por segunda vez consecutiva en unas elecciones presidenciales, el candidato de la izquierda PRD, Andrés Manuel López Obrador, que no reconoce los resultados y anuncia que se opondrá a las reformas en el Parlamento y en las calles. Según el recuento oficial Peña Nieto ha obtenido el 38% de los votos, López Obrador el 30% y Vázquez Mota el 25%, unos resultados suficientemente claros como para que la sombra de sospecha que pudiera haber sobre supuesta compra de votos no ponga en tela de juicio la libre elección llevada a cabo por el pueblo mexicano como así lo ha puesto de manifiesto el equipo de observadores internacional.

Ante el nuevo tiempo político que se avecina en México conviene analizar el escenario teniendo en cuenta la herencia recibida, los retos que debe afrontar en este sexenio, la personalidad del presidente electo y el tipo de oposición con que se encontrará:

La herencia: Hoy México es la 14ª economía del mundo – coincide con el lugar que ocupa en el globo por su superficie – y sus 112 millones de habitantes tienen una renta per cápita superior a las otras potencias emergentes como Turquía, Brasil, Colombia, Perú, India o China. Durante la última década la inversión extranjera directa ha sido 65% superior a la de Brasil, sus tasas de crecimiento no han bajado del 3% y han alcanzado cotas del 6%, crea empleo sostenidamente – en 2010 780.000 puestos de trabajo – y tiene la tasa de desempleo más baja de Latinoamérica. Exporta más a su vecino gigante, Estados Unidos, de lo que importa de él, de 1995 a 2010, la inflación pasó del 52% al 4,4% y su déficit público se sitúa entorno al 3%, el más bajo de las economías emergentes. Todos estos datos avalan que se pueda hablar del milagro económico mexicano, un fenómeno innegable de no ser por el drama de la violencia que asola el país, con un balance estremecedor: 80.000 víctimas anuales. Una realidad que no sólo ensombrece los éxitos colectivos y de gestión política sino que se convierten en la prioridad de cualquier mandatario que quiera sentirse tranquilo con su conciencia y poner la imagen internacional de México donde le corresponde.

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Retos: Como se acaba de señalar la pacificación es el principal reto que debe acometer el presidente electo. Una guerra más que batalla complicada de librar dado que las mafias organizadas del narcotráfico han logrado la complicidad de importantes niveles institucionales del régimen. Una violencia especialmente feroz contra la mujeres y contra quienes la denuncian, sean medios de comunicación o clase política y que cuenta con la connivencia del enorme mercado de consumo de drogas que supone Estados Unidos, que a su vez encuentra en la violencia organizada un handicap perfecto para lastrar las oportunidades de México como potencia mundial. Las bandas mexicanas están sólidamente organizadas, bien financiadas y armadas y sus miembros no tienen nada que perder muriendo y mucho que ganar con una vida entregada a la delincuencia. Conocida es su extrema barbarie y la capacidad de cometer todo tipo de atrocidades rayando el salvajismo, lo que produce un efecto de pánico en la población que condiciona el silencio cómplice en muchas localidades con la actuación de los criminales. Peña Nieto hereda el reto de la normalización, en primer lugar, en forma de paz y orden frente al crimen organizado. Un reto en el que su antecesor, Felipe Calderón, ha fracasado pese al empeño puesto en que el que se ha dejado incluso la vida de allegados colaboradores. De fondo quedan también reformas trascendentales para asentar definitivamente a México en el contexto de las grandes democracias mundiales. Reformas económicas como la liberalización de sectores estratégicos como el todopoderoso sector petrolífero, reformas sociales que sigan estrechando la brecha social sobre todo profundizando las inversiones en educación como las llevadas a cabo en la última década. Y reformas de transparencia política que definitivamente acallen las voces que acusan de corrupción a los mandatarios, como ha sucedido con el movimiento juvenil #Yosoy132, verdadero artífice de la remontada hasta el segundo puesto de López Obrador.

El presidente: Se dice de él que es el presidente joven del partido viejo, tal vez esa dualidad ha sido la fórmula del éxito. De familia de políticos, ha forjado su candidatura en base a la gestión que realizó de 2005 a 2011. Peña Nieto basó su gestión al frente del gobierno del Estado de México en el cumplimiento de los compromisos adquiridos en campaña. En total firmó 608 compromisos ante notario público, los cuales cumplió durante los 6 años de gobierno, a través de más de 790 obras y 63 acciones de gobierno. Los más importantes fueron los de infraestructura en carreteras, cuya red se triplicó en su sexenio. Las principales obras de transporte público fueron las del Tren Suburbano (en conjunto con el Gobierno Federal y del Gobierno del Distrito Federal) y el Mexibús, ambas para comunicar al Distrito Federal con la zona metropolitana del Estado de México, los cuales dan servicio a más de 200 mil personas cada día. En el área de salud, se construyeron 196 hospitales y centros médicos en el estado y se duplicó el número de unidades móviles para llevar atención médica a las regiones más alejadas y vulnerables. Unos logros que unidos a su oferta electoral de cambio y renovación, no sólo en el país, sino en su propio partido, le han granjeado una amplia mayoría en las elecciones del pasado domingo.

El opositor: enfrente tendrá el nuevo presidente al sempiterno opositor en estos últimos seis años y otros seis más. López Obrador, que militó en el PRI cerca de 20 años, se ha convertido en el irredento defensor de la arcadia revolucionaria mexicana, una especie de salvador del pueblo que desde un discurso fácil que cala en la capas sociales más bajas pone en cuestión el sistema sin aportar alternativa posible. El conoce bien las dificultades por la que puede atravesar el mandato de Peña Nieto, sabe que si se tuercen las cosas económicamente, por ejemplo, con la caída del precio del crudo, por contagio de la situación en la zona euro o por repunte inflacionista fruto de un crecimiento desmedido de la demanda interna, el presidente se encontrará con una fuerte respuesta en la calle y en las zonas más desprotegidas del país. Su oportunidad se basa en el fracaso del proceso de normalización y consolidación democrática que debe emprender Peña, solo del desastre de México obtiene él su victoria y a ese objetivo, sin duda, dedicará todos sus esfuerzos, como ya ha demostrado al cuestionar la legalidad de los resultados. Cuenta además con unos aliados indirectos, los todopoderosos paquidermos de la política priista, muchos de ellos reyes de taifas en los estados de los que son gobernadores, que no ven con buenos ojos los vientos renovadores de su líder federal.

México afronta una nueva encrucijada, la del paso de potencia emergente a líder mundial. En sus manos está el destino de un centenar de millones de personas, los más numerosos de habla hispana. Su impronta en cultura y forma de hacer es más necesaria que nunca en un mundo globalizado, donde la vieja Europa en crisis necesita más que nunca la sabia nueva de un continente americano, donde los mexicanos deben ser decisores de primer nivel. Con Peña Nieto debe llegar esa normalización para que todos podamos gritar con ellos, ¡qué viva México!

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Cristina Fernández de Kirchner el rostro enlutado de una expropiación que le enfrenta a Europa

Tiene el populismo un rostro tan diverso como la personalidad de sus intérpretes. Según su carácter y la idiosincracia cultural del pueblo al que se dirigen se muestra más dicharacheros o melodramáticos en sus gestos, siempre a la búsqueda del aplauso fácil de su público y dispuestos a lanzar cortinas de humo sobre los verdaderos problemas que afectan a la población. En el caso de la presidenta argentina, Cristina Fernández – sobre todo de Kirchner – su fama le viene precedida por antecesores en el cargo de su propio partido el Justicialista y, de forma especial, de la esposa del presidente Juan Domingo Perón, la queridísima Evita. Ella también sabe lo que estar casada con un todopoderoso presidente, Nestor Kirchner, cuyo luto lleva impuesto desde hace año y medio. Y ahora, en su segundo mandato como presidenta sucesora trata de enderezar los múltiples problemas de política interna fruto de los enfrentamientos con los poderosos gobernadores provinciales y las corrientes de opinión opuestas en su partido y en su gobierno.

La expropiación de las acciones de Repsol en la empresa petrolera YPF por parte del gobierno argentino supone un salto cualitativo en la deriva política de pulsiones ultranacionalistas que la presidenta Fernández inició hace unos meses con motivo del aniversario de las guerra de Las Malvinas. La justificación para una decisión de tan amplio calado por parte de las autoridades argentinas se refieren a la necesidad de ”salvaguardar la soberanía hidrocarburífera de Argentina y el objetivo prioritario es el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos”. Según la presidenta, la petrolera no ha hecho las inversiones necesarias, algo que lleva meses recriminándole el gobierno austral. Es uno de los escasos países del mundo, que no maneja sus recursos naturales. Después de 17 años desde que se desnacionalizó (YPF), por primera vez ha convertido a Argentina en importador neto de gas y crudo, con un déficit de 3.029 millones de dólares en la balanza del comercio de combustibles. El año pasado Argentina importó combustibles por unos 10.397 millones de dólares, cifra que casi iguala al superávit comercial del país, que el año pasado fue de unos 10.477 millones. Según la mandataria, YPF invertió 8.813 millones de dólares entre 1999 y 2011, lapso en el que obtuvo ganancias netas por 16.450 millones de dólares, de los cuales repartió 13.246 millones entre sus accionistas. Razones y argumentos perfectamente vendibles para una población a la que se le agasaja con el objetivo de no subir los precios de la gasolina o el gas. Un hecho que repercute en la insuficiencia de recursos para realizar nuevas prospecciones en suelo argentino.

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Pero más allá de las motivaciones políticas, la realidad tiene más que ver con el control de la caja de liquidez que supone YPF en una situación muy complicada económica en Argentina. Una crisis que combina unas altas tasas de inflación con menores crecimientos que su entorno, fuerte huida de capitales y el tremendo déficit energético reseñado. Puede que el empujón definitivo a una decisión que colea desde haces meses, se deba a la evaluación que Fernández de Kirchner hace de la debilidad del gobierno español, acuciado por una crisis económica muy dura y cuando la prima de riesgo de los mercados de deuda amenaza con rumores de intervención de la Unión Europea. Y es Europa la que debería dar una respuesta coherente y medida a la expropiación, desde la defensa de un modelo de relación internacional, que debe basarse en la legalidad y los principios de seguridad jurídica. Este conflicto no debe plantearse como una batalla de políticos envueltos en sus banderas, ajenos a los verdaderos intereses de los ciudadanos afectados, los argentinos en su calidad de vida y los accionistas de Repsol en sus intereses económicos. Debe recordarse que Repsol compró el 51% de YPF pagando un alto precio por ello, realizó inversiones también cuantiosas para la mejora de su capacidad de explotación y es ahora cuando esta política empresarial le genera beneficios. Y resulta aún más clamoroso el hecho de que cuando en 1992 YPF pasó de manos públicas a privadas, era la única petrolera del mundo que perdía dinero por su mala gestión.

Este es un problema que más allá de las palabras grandilocuentes es un problema entre empresas, la de los intereses de una multinacional Repsol – hispano mexicana – y de los amigos de la presidenta que seguro que estarán detrás de esta expropiación y que copan oligopolísticamente los principales sectores de la actividad en Argentina. Pero no cabe duda que ya ha puesto en solfa las relaciones bilaterales de España y Argentina –  España es el principal inversor extranjero en Argentina por delante de EE.UU – y que se ven comprometidos los proyectos de colaboración birregional Unión Europea América Latina.  Algo que parece importar a Argentina que tiene en estos momentos más de 40 litigios en la Corte de Comercio Internacional que viene perdiendo sistemáticamente y que, sin embargo, de la misma forma no paga las sanciones impuestas. Hace tiempo que Argentina se ha puesto al margen de la seguridad jurídica aún a riesgo de las consecuencias que ello puede causarle. Ha elegido el camino del cortoplacismo y de salvar el día a día, sin pensar en lo que puede pasar mañana.

La reciente Cumbre de las Américas ha puesto de manifiesto la pérdida de peso específico tanto en Estados como en planteamientos ideológicos del Grupo Alba. El proyecto bolivariano promovido por un enfermo Hugo Chávez, que ni siquiera pudo estar presente en la cita de Cartagena de Indias, está en sus horas más bajas. BoliviaNicaraguaEcuador y Cuba a su manera son los reductos de sus postulados estatistas, y aunque la presidenta Fernández  ha hecho mención expresa a que el proyecto nacionalizador de YPF nada tiene que ver con esta senda, la realidad es que su medida representa por su magnitud el mascarón de proa de las posiciones más radicales del continente latinoamericano en el ámbito de la propiedad de los recursos naturales. Si no fuera porque Argentina en esta guerra va por libre, podría pensarse que ha cambiado de bando y desequilibra las posiciones en la región. Pero no llevemos tan lejos nuestras reflexiones porque el populismo no suele desbordar fronteras y la expropiación se agota en sus objetivos de consumo interno. Las posibilidades, pues, de un efecto contagio en la región son mínimas. Conviene recordar que Pemex la petrolera mexicana es accionista en un 20% de Repsol y que la chilena Enap y la brasileña Petrobrasestán presentes en Argentina y en algún caso comparten la explotación de campos con Repsol. Además, países como BrasilMéxicoColombiaChile oPerú son destinos hoy por hoy seguros para las inversiones dado que sus gobiernos han hecho una firme y decidida apuesta por el desarrollo de sus economías con un modelo de cooperación internacional y atracción de negocios hacia sus territorios.

No conocemos aún la reacción española y, presumiblemente, europea a la expropiación de Cristina Fernández. Convendría que la sensatez imperara y que el populismo no se convierta en una pandemia a este lado del Atlántico. Nos jugamos demasiado en no desaprovechar las oportunidades entre las dos orillas. Si convertimos este conflicto en una suerte de guerra comercial contra Argentina, se verá comprometida la ya compleja negociación de la Ronda Mercosur y habremos perdido una nueva opción de poner las primeras base de una relación birregional de intercambio desde la equidad sin proteccionismos. Al populismo pseudodemocrático se le combate con la defensa de la legalidad desde las instituciones europeas que nos hemos dado. Empezando por defender a los ciudadanos que han depositado sus ahorros en Repsol y que ahora verán valoradas sus acciones por el Tribunal de Tasación argentino que decidirá cuánto debe pagar el gobierno argentino por la compañía. Sus derechos deben ser salvaguardados, más allá de los argumentos y razones que ha expuesto la inquilina de la Casa Rosada. Y el otro interés principal a rescatar es el del pueblo argentino que no tiene porqué sufrir el enfrentamiento de la retórica política y de los gestos trasnochados de mandatarios enlutados.

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Construyendo puentes: Unión Europea – América Latina Caribe

Se ha celebrado esta semana en Bruselas el seminario organizado por el diarioAquí Europa bajo el título “Construyendo puentes, Europa, América Latina, Caribe”. Los ponentes – dirigentes del ParlamentoComisión y Consejo europeos,Eurochambres, embajadores ante la UE de MéxicoBrasilChile y Colombia,Fundación EULAC y compañías globales como Microsot Telefónica – han puesto encima de la mesa los distintos temas que a lo largo del año 2012 van a centrar la agenda de relación entre las dos regiones. A saber, objetivos y temario de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno UE-ALC – América Latina Caribe – de Santiago de Chile en enero de 2013; la ratificación de los acuerdos comerciales de la UE con Colombia, Perú y Centroamérica; la negociación de la Ronda Mercosur; el arranque de la Fundación EULAC y el inicio de conversaciones para un tratado comercial preferente con EcuadorBolivia.

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A modo de pinceladas gruesas, impresionistas, del termómetro de la relación UE-ALC les dejo a continuación escritas frases y datos de los cualificados ponentes del seminario:

“Es necesario impulsar el concepto de diplomacia económica con cinco vectores básicos: 1) transparencia de negocio creando un Registro Mercantil común; 2) dotar de confianza legal con órganos de arbitraje UE-ALC; 3) clima de negocio gracias a la formación en común empresarial; 4) movilidad empresarial mediante un Erasmus para empresarios de los dos lados y 5) innovación promovida desde clusters UE-ALC”.

“La relación debe dejar de ser retórica para pasar a la acción y debe cambiar el lenguaje de la cooperación para el desarrollo por el de la colaboración económica”.

“La cumbre de Santiago será la primera que producirá entre dos organismos supranacionales, la UE y CELAC – Comunidad de Estados Latinomericanos y Caribeños – lo que demuestra un alto grado de madurez en procesos integradores”.

Brasil es el cuarto inversor mundial en la UE con 80.000 millones de € al año y ésta invierte en América Latina más que ChinaRusiaIndia juntos. América Latina podría exportar ya un 30% más a la UE. Europa exporta a ALC bienes de alta gama y calidad que son complementarios y no competitivos como los chinos de los productos latinoamericanos. La evolución de las exportaciones mundiales a ALC en la última década muestra un fuerte descenso de EE.UU. aprovechado por China mientras la UE ha sido capaz de mantener niveles similares en estos años”.

“La Unión Europea y América Latina componen el mayor espacio de paz y democracia del mundo hoy: 60 Estados y 1.100 millones de habitantes”.

“La crisis en la UE es mutante como la piel de una serpiente, primero fue financiera, después de la deuda soberana, luego de crecimiento y ahora de empleo, por eso llegamos siempre tarde para resolverla, nos lleva con la lengua fuera. Seguramente porque el viejo continente se está convirtiendo en un continente de viejos, mientras que el nuevo mundo latinoamericano está gestando un mundo nuevo. Por eso la crisis es una llamada a la humildad y a la oportunidad de una relación más madura de igual a igual”.

Más allá de lo expuesto en Bruselas, la realidad cruda es que Europa vive inmersa en un proceso de reducción de déficits públicos y de reestructuración de la deuda soberana de algunos de sus Estados, en pleno escenario de crisis, con bajos niveles de crecimiento económico, inflación al alza y destrucción de empleo. Un panorama que caracterizó en la década de los 80 y de los 90 a las grandes economías latinoamericanas, en casos tan paradigmáticos como el de Argentina, México o Brasil. Fueron años de intervención del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, de “corralitos” monetarios, de dolarización y mercados negros, de insolvencia de sus entidades financieras y de impagos de compromisos internacionales en la Región. La credibilidad de Latinoamérica estaba por los suelos y sus sistemas políticos alternaban etapas de democracia sumida en la corrupción, con periodos de caudillismos, populismos o dictaduras sin reparos en la vulneración de los derechos humanos. Desde entonces el camino recorrido por gobiernos, pero sobre todo por la ciudadanía del otro lado del Atlántico, ha transformado profundamente los indicadores de la Región. Con todos los riesgos que se le quieran poner, el continente crece, crea empleo, controla sus déficits y se siente joven para acometer los complejos retos de futuro en una economía globalizada.

Los tiempos han cambiado tanto, que ahora es en Europa donde interviene el Fondo Monetario Internacional, pero por otro lado, las inversiones directas de empresas alemanas en Latinoamérica y el Caribe se han duplicado en los últimos 10 años. La presencia española en sectores como el financiero y el de las telecomunicaciones en cuantiosa. Y FIAT es más grande en Brasil que en Italia. En Europa, en las actuales circunstancias, crece el interés por América Latina. No hay mejor terreno para retomar el crecimiento ante los límites de sus maduras y traumadas economías. Por ello un tema clave es  descifrar hasta qué punto la comprometida situación financiera y fiscal de la Euro Zona sustraerá liquidez para sostener el ritmo de inversión extranjera europea en la región latinoamericana. Así las cosas, Latinoamérica tiene una posición muy privilegiada para consolidar cadenas de valor apoyadas en la asociación con capitales europeos.

Pero no nos engañemos, para que la realidad de una necesaria cooperación europea prospere, primero tenemos que conocernos, no podemos seguir ignorándonos. Del conocimiento mutuo entre nuestras heterogéneas opiniones públicas surgirá el encuentro necesario. La oportunidad que supone la cumbre de enero en Santiago de Chile debe ser aprovechada con el trabajo a lo largo de este año. Si no nos conocemos, no nos entenderemos y si no nos entendemos no cooperaremos. Socios globales: ese es el estatus de relación birregional al que debemos aspirar dos áreas de civilizaciones comunes. Tenemos mucho que aprender los unos de los otros, pero más que hacer el retórico repertorio de oportunidades, toca trabajar en serio por ellas.

Si tenemos que mirar hacia adelante para explorar las enormes posibilidades que nos brinda la colaboración birregional convendría recordar las palabras que nos han dejado escrito dos grandes humanistas de nuestro espacio intelectual universal. El mexicano Carlos Fuentes nos advirtió de que “tenemos un pasado que debemos recordar, pero que sobre todo tenemos un porvenir que podemos desear”. Y unos cuantos años antes, el español Miguel de Unamuno nos recomendó que “procuremos más ser padres de nuestro porvenir, que hijos de nuestro pasado”. Extraordinario reto el de europeos y latinoamericanos de labrarnos un provenir común. Dialoguemos y trabajemos por él.

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