Es martes y…
«Soy cada uno de los lugares en los que he estado. Soy los caminos que me quedan por recorrer. Soy los puentes que dinamito cuando me marcho, que si tengo que volver, ya volveré por otro lado».
En ésas estoy. En un latido interminable a simple vista que algún día estallará para, después, volverse eterno. No claudico ni me espanto. Soy tela de araña que lo atrapa todo.
Soy una cuerda de humo que rodea tu cintura. Soy una moneda al aire que no sabe de qué lado caer. Soy el gesto avergonzado de esta legislatura. Soy reflejo acobardado de un oscuro amanecer.
Soy la amnesia colectiva de un país con fiebre. Soy la carta escurridiza entre las manos del crupier. Soy los cien mil deseos del hombre que vive libre. Soy el único deseo del preso que sigue en pie.
Soy los sueños que despiertan entre sueños. Soy las lágrimas de un sol que no se ve. Soy la raíz enferma de un planeta sin dueño. Soy el duelo que duele entre gritos de sed.
Soy más que lo que pido, lo que doy. Un tictac que no tirita, una tirita en mi tímpano terroso, un tenebroso templo de ternura y una duda, ¿Quién soy?