Demasiadas incertidumbres

podemos y transparenciaDespués de treinta y cinco años de gobierno de los muñidores del Amejoramiento en forma de falso bipartidismo parecía que la hora del régimen que ha gobernado Navarra desde la Transición tocaba a su fin. La desastrosa gestión de Yolanda Barcina y el aislamiento social de UPN, a lo que habría que añadir la ruina absoluta de la otra pata del nacionalismo español en Navarra, el PP, parecían llevar irremediablemente a un cambio profundo en las instituciones navarras.

Ni los últimos movimientos para salvar el régimen, protagonizados por los de siempre; UPN y PSN con el visto bueno del PP, parecían tener otro desenlace previsible que el más absoluto fracaso. En este sentido la victoria de UPN en las primarias del PSN, protagonizada por la Senadora Chivite o la más reciente victoria del PSN en las de UPN con la cabeza de Barcina como trofeo, no parecían suficientes para evitar la sensación generalizada de cambio.

Ninguno de los sondeos electorales, ni el propio clima político de la calle, vaticinaba que la unión de los tres partidos alcanzase la mayoría absoluta, hasta hora inaccesible para el resto de fuerzas políticas de Navarra, por lo que se abrían un sinfín de posibilidades de alternativa de gobierno y de cambio institucional, siempre protagonizado este por las tres fuerzas emergentes Geroa Bai, EH Bildu e IE; la colaboración de las tres, de dos de ellas con apoyo externo de la tercera o cualquier combinación que pudiese incluir a un PSN, dentro o fuera, situado en la tesitura de participar en el cambio o desaparecer.

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39 años después…

39Treinta y nueve años duró el régimen fascista resultado de la asonada militar de 1936 y la posterior guerra civil, treinta y nueve años que cambiaron la historia y constituyeron uno de los periodos más negros en la historia de España. La supresión de libertades, el aislamiento internacional, la corrupción, el nacionalismo uniformizador español en su versión más casposa, la represión… fueron moneda de uso común del régimen y el día a día de los ciudadanos al sur del Pirineo.

En aquellos años la oposición al régimen estuvo protagonizada por dos movimientos políticos diferenciados en su origen y en sus fines, uno centrípeta que intentaba sustituir la estructura del estado sin poner en duda el proyecto nacional y otro centrifugo que trataba de terminar con el proyecto nacional que había dado lugar al régimen fascista y a unos cuantos parecidos precedentes; el comunismo y los nacionalismos periféricos.

A la muerte del Dictador, y contrariamente a lo que podía presumirse, la solución no fue un triunfo de ninguno de estos sino una reconversión, más o menos, tranquila del estado a una democracia formal manteniendo apenas maquilladas unas cuantas estructuras del régimen anterior y, lo que es peor, unos cuantos de sus protagonistas situados en casi todos los estamentos de poder. Intereses internacionales, el ruido de sables, la traumática experiencia del 36 y, sobre todo, el conformismo de una sociedad “domesticada” por un período tan largo de ausencia de libertad propició la existencia de una transición ordenada que dejo unos cuantos problemas sin resolver o resueltos a medias.

Otros, curiosamente, treinta y nueve años después el régimen resultante de aquel proceso condicionado está a punto de saltar por los aires precisamente lastrado por esos temas que no se atrevió o no pudo resolver el totem sagrado de aquella transición; la Constitución Española de 1978; el estado del bienestar, las libertades públicas y la estructura territorial del estado.

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La conjura de las minorías

Salvador

“La Ley del Vascuence es una ley de Estado en una Comunidad foral como es Navarra y necesita el consenso mayoritario que ha tenido siempre de quienes defendemos este modelo de Comunidad».

Yolanda Barcina. Todavía, presidenta del Gobierno de Navarra

La verdad es que el diputado de UPN en el Congreso, un tal Salvador, ha sido uno de los más conspicuos sufridores de la ruptura de la entente hasta entonces existente entre las dos versiones navarras del nacionalismo español; UPN y PPN, la tuneada y con todos los extras y el modelo básico, y digo sufridor porque es de los pocos que todavía no se ha enterado de los motivos por los que tuvo que pasar de un muelle puesto en la bancada popular que le permitió incluso el acceso al preciado galardón de “diputado mudo”, a las procelosas aguas del grupo mixto donde incluso tiene que compartir asiento con etarras furibundos y peligrosos nacionalistas enemigos de la unidad de España y encima le obligan a hablar de vez en cuando y demostrar en cada una de las ocasiones que la oratoria no es una de sus virtudes. Acaso cuando Miguel Sanz se apropio de Demóstenes como objeto de la amenaza de la euskoespada le paso a Salvador a Damocles como profesor de oratoria.

Pero, como todo en esta vida, la oratoria también está sujeta a los embates de la fortuna, yo también juego al euromillón aunque con escaso éxito he de reconocer, y como de vez en cuando hasta el mejor escribano echa un borrón, hay veces que hasta a él se le ocurre alguna gracieta ingeniosa como la que titula este artículo, que así es como define a lo que le sucede a su lideresa cada vez que asoma su palmito por la Cámara Foral, donde lleva tres años haciendo el ridículo sin conseguir una aprobación, por banal que sea, que echarse a la boca en la demostración más penosa de desgobierno que ha sufrido Navarra en su historia democrática, eso si, en un ejercicio de cinismo digno de mejor causa, por “responsabilidad”.

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La farsa

La farsaFarsa: Pieza cómica, breve por lo común, y sin más objeto que hacer reír.

R.A.E.

El pasado miércoles el diputado por Navarra Sabino Cuadra denunció, en nombre de su grupo parlamentario, la farsa que ha supuesto el relevo monárquico español basado en la Constitución del 78 y amparado en los votos del Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español y probablemente, y más a la vista de los resultados de las recientes elecciones europeas, no le falte razón.

En un estado en que el bipartidismo se desploma por momentos, en que el 70% de la población no ha votado una constitución que se mantiene inalterable desde hace más de treinta y cinco años y se utiliza como trinchera para evitar cualquier cambio en el statu quo salvo cuando interesa a los dos partidos supuestamente mayoritarios, en el que el consenso constitucional está quebrado por la falta de cintura democrática del gobierno con las aspiraciones de Catalunya, el modelo de estado no es una cuestión baladí y es uno de los varios temas que exige un refrendo urgente de las urnas.

No era la sesión del miércoles, probablemente, en la que ninguna de las reivindicaciones del grupo parlamentario de Amaiur fuera a ser escuchada, y mucho menos atendida y es fácil de comprender la frustración de sus componentes. Más discutible es si la salida de tono o el grito extemporáneo van a ayudar en algo a que esto, algún día, pueda ser así. No se yo si la mejor respuesta a una farsa es la ópera bufa.

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La ceremonia de la confusión

IbarretxeEn mi anterior artículo “Porque no estuve en el Gure esku dago” intentaba hacer una reflexión sobre los motivos que me llevaron a no acudir a la cadena convocada por el derecho a decidir, algo que me resultó especialmente difícil y más teniendo en cuenta que soy un firme defensor de tal derecho.

Entre las críticas que ha recibido mi planteamiento, algunas tengo que reconocerlo de compañeros de militancia política, ha habido una que ha llamado poderosamente mi atención por venir de quien viene; miembros de la propia Plataforma GED, y por su contenido; acusándome de no haber entendido el sentido de Gure esku dago aludiendo a su carácter apartidista y remarcando la apertura de la iniciativa a cualquier proyecto de país.

Dejando al margen la honestidad de los impulsores de GED, que doy por supuesta, creo que es necesario remarcar un punto clave que la plataforma ha pasado por alto y es que cuando se reivindica un derecho es absolutamente imprescindible determinar quién es el sujeto de tal derecho y cual su objeto, y siento darle la razón en esto a Patxi López pero es que la tiene. Yo puedo reivindicar mi derecho a vivir en mi casa pero tal derecho tiene un sujeto; yo mismo, y un objeto; mi casa, y en absoluto es extensible a mi vecino de abajo por muy buenas relaciones que tenga con él.

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Porque no estuve en el Gure esku dago

GureEskuAyer el nacionalismo vasco escenificó, con bastante éxito por cierto, su apoyo al derecho a decidir, o, al menos, eso es lo que quieren hacernos creer sus organizadores. Yo que me declaro abiertamente nacionalista vasco no estuve en el Gure esku dago, y no estuve porque entiendo que lo que se escenifico ayer no fue un apoyo masivo al “derecho a decidir” sino un apoyo masivo a la idea de una parte de la sociedad vasca de construcción nacional que no es la mía.

Hoy, ya bien entrado el S.XXI la sociedad vasca es principal y mayoritariamente una sociedad mestiza, tanto en lo étnico, como en lo político o lo cultural pero sobre todo en lo identitario y por ello las soluciones al llamado conflicto vasco solo pueden pasar por aceptar ese mestizaje y aplicarlo. La mal llamada unidad abertzale no es más que un eufemismo para camuflar un proyecto nacional desde la confrontación de identidades y la imposición de una soberanía sobre la otra de las dos, como mínimo, que componen la geografía política vasca, y eso solo lleva, una vez más, a la exclusión de la mitad de los vascos y a la prolongación del conflicto.

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Las bases de una nueva Constitución

placa-monumento-fueros“Nosotros, los vascos de hoy, nos hemos reunido aquí en inmortal recuerdo de nuestros antepasados, para demostrar que queremos seguir manteniendo nuestra Ley”

Monumento a los Fueros. Paseo Sarasate. Iruña

Decía en mi anterior artículo que es hora ya de ir abriendo un nuevo proceso constituyente y eso ha suscitado cierto debate sobre si a los nacionalistas vasco navarros nos interesa participar en ese proceso o es algo que nos resulta ajeno, ya porque hay quienes opinan que lo que hay que abordar es el proceso constituyente propiamente vasco o quienes lo hacen apoyando la ponencia de autogobierno que ha puesto en marcha recientemente el Parlamento Vasco.

No voy a ser yo quien ponga en duda la utilidad de ambos procesos ni quien minusvalore los esfuerzos que conllevan, pero creo que las dos iniciativas están abocadas al fracaso, y me explico…

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Diluir el estado autonómico

cafeparatodos«Yo dejaría las autonomías históricas, y el resto, diluidas»

Miguel Sebastián. Exministro socialista

Con esta valoración agitaba el exministro, una vez más, el enrarecido clima que rodea al modelo territorial español en los últimos años y más a la sombra de una crisis que se nos está haciendo mucho más larga de lo esperado, pero esta frase que en principio puede parecer una “boutade” encierra una gran dosis de honestidad intelectual que creo que es una de las principales carencias de la casta política que sufrimos. Es evidente que 36 años después del desaguisado constitucional resulta harto dificultoso encontrar una solución al problema que se creo para echar tierra y ocultar un modelo territorial que es el único que ha tenido algún éxito en la historia del Estado español, pero quizás sea un buen comienzo reconocerlo.

Y  es que en 1976 no existían diecisiete voluntades de autogobierno, existían tres.

No voy a ser yo el que ponga en duda la diversidad identitaria del estado español pero eso es una cosa y otra muy distinta que ese sentimiento identitario se traduzca en una voluntad manifiesta de autogobierno porque esa voluntad no es fruto exclusivo de la diversidad de identidad sino de una historia institucional y legislativa propia y con permanencia en el tiempo, y de esas, en el estado español, las que existen se pueden contar con los dedos de una mano.

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Tiempo de cambio; La Navarra que viene

ShakespeareNavarre shall be the wonder of the world

 Trabajos de Amor. (William Shakespeare)

En mi anterior artículo “Navarra; la transición hurtada” trataba de responder a una de las dos preguntas que se me habían formulado a raíz de “Navarra para no iniciados…” y que había prometido contestar; ¿Crees que es posible el vuelco o cambio de régimen?. Queda, pues pendiente la otra, que aunque mal formulada creo que está en el subconsciente colectivo y merece ser respondida; ¿Ves posible una colaboración de cualquier tipo entre las dos fuerzas abertzales de Navarra?

Y la verdad es que no se trata tanto de que haya una colaboración entre Bildu y Geroa Bai en el hipotético caso de que pudiera articularse un gobierno alternativo al sempiterno régimen navarro-floral-español. El problema es; ¿Que régimen queremos que lo sustituya? ¿Otro frente que sea capaz de dejar media Navarra en la marginalidad política?

Y es que es ese precisamente el espantajo que ha servido para que después de cuarenta años de dictadura la sociedad navarra haya digerido sin pestañear otros cuarenta de franquismo tuneado basado en una ley que jamás pudo votar y en un desarrollo legislativo cada vez más restrictivo a medida que la sinrazón de ETA añadía argumentos a sus responsables y hastío a la sociedad.

Así pues, la pregunta no es si Bildu apoyaría un gobierno de Geroa Bai o Geroa Bai uno de Bildu, la pregunta es ¿Somos los navarros capaces de articular fórmulas de gobierno alejadas del frentismo identitario? Capaces de poner encima de la mesa lo que es común a la sociedad navarra; el Fuero y su reintegración plena, de reconocer la diversidad identitaria de Navarra, de articular fórmulas de convivencia y consenso entre todos los navarros sea cual sea su origen identitario, de reconocer el derecho a su cultura y sus símbolos de los «otros» navarros, de restablecer cauces de colaboración con la CAV como históricamente se ha hecho…

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Navarra para no iniciados o… a ver si alguien de la prensa madrileña se entera de algo…

Aunque parezca mentira no son Roberto Jimenez y Yolanda Barcina
Aunque parezca mentira no son Roberto Jimenez y Yolanda Barcina

Confieso que me da una enorme pereza escribir este artículo porque todas y cada una de las cosas que voy a escribir en él son hechos conocidos y reconocibles por cualquier navarro medianamente interesado sea del espectro político que sea. Pero, por otra parte, creo que es imprescindible explicar a los españoles de a pie que consumen los mass media que lo que les están contando sobre Navarra y lo que esta pasando en Navarra estos días, y además desde cualquier orilla ideológica española es simplemente mentira, ya sea por el más absoluto desconocimiento o por la más absoluta intención de manipular.

No resulta nada fácil oír, ver y leer el aluvión de noticias que se dan estos días sobre Navarra, por otra parte la gran olvidada durante el resto del año si exceptuamos los Sanfermines y cuando el Madrí viene al “infierno del norte”, y comprobar con estupor la magnitud de las insensateces. Periodistas que pasan por ser la élite informativa del país desbarran sin el más mínimo pudor o mienten descaradamente en cuanto sale a relucir el tema Navarra.

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