El fin del bipartidismo

BipartidismoEste pasado domingo hemos asistido al anunciado “sorpasso” de Syriza en las elecciones griegas que ha hecho saltar por los aires el juego bipatidista en el que se ha basado la construcción europea y su política desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, con sus peculiaridades y matices nacionales.

Ahora la pregunta es ¿Va a existir un efecto contagio que como anuncia Pablo Iglesias abra un nuevo camino en la política comunitaria, empezando por España? ¿Estamos asistiendo al fin del bipartidismo como afirma el carismático líder de Podemos? Es evidente que con el año electoral que nos espera; Andalucía en marzo, municipales y autonómicas en mayo y generales en noviembre vamos a tener unas cuantas oportunidades de comprobarlo.

A primera vista y por los resultados griegos y lo que anuncian las encuestas para España no parece que ese vaya a ser el caso, más bien a lo que estamos asistiendo es a la sustitución de uno de los equipos que jugaba la liga del bipartidismo. Estamos asistiendo a la sustitución de la socialdemocracia europea, o mejor a la descomposición de las estructuras políticas que tradicionalmente la habían pilotado.

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El partido franquicia

franquicias_logosSon ya varios los artículos que he dedicado en este blog a la nueva política, y a como las nuevas formas de comunicación estaban cambiando el tablero de juego y las relaciones entre partidos, militantes y electores.

Desde estas mismas páginas he sostenido unas cuantas veces que el empoderamiento ciudadano iba a cambiar radicalmente las estructuras políticas y que los partidos deberían reinventarse no solo a nivel comunicativo sino, también, organizativo si querían sobrevivir en una sociedad intercomunicada y en red.

También he escrito alguna vez que otros ámbitos de la sociedad ya se estaban adaptando a los nuevos usos sociales, en especial la economía mucho más ágil a la hora de cambiar sus estructuras de negocio para adecuarlas a las nuevas necesidades y opciones del cliente, objetivo final de toda actividad económica.

Es evidente que la actividad política se diferencia, o se debiera diferenciar, de la actividad económica en que una se rige por el principio de las ideas y la otra por el beneficio y que por tanto, y aunque la estructura comunicativa y el terreno de juego social en que se mueven ambas es común, las respuestas deben ser diferenciadas, adecuadas a los principios que las rigen.

Es por eso que resulta aún más sorprendente que el movimiento político que hasta ahora ha entendido mejor el cambio del paradigma de la comunicación, y además desde un planteamiento ideológico, que podemos compartir o no, absolutamente coherente y firme haya perdido de vista el objeto de la actividad política y que la toma del poder no es el fin en si mismo de una organización política sino el medio para desarrollar sus planteamientos ideológicos en la sociedad. Han confundido la estrategia con la táctica… Sigue leyendo El partido franquicia

Demasiadas incertidumbres

podemos y transparenciaDespués de treinta y cinco años de gobierno de los muñidores del Amejoramiento en forma de falso bipartidismo parecía que la hora del régimen que ha gobernado Navarra desde la Transición tocaba a su fin. La desastrosa gestión de Yolanda Barcina y el aislamiento social de UPN, a lo que habría que añadir la ruina absoluta de la otra pata del nacionalismo español en Navarra, el PP, parecían llevar irremediablemente a un cambio profundo en las instituciones navarras.

Ni los últimos movimientos para salvar el régimen, protagonizados por los de siempre; UPN y PSN con el visto bueno del PP, parecían tener otro desenlace previsible que el más absoluto fracaso. En este sentido la victoria de UPN en las primarias del PSN, protagonizada por la Senadora Chivite o la más reciente victoria del PSN en las de UPN con la cabeza de Barcina como trofeo, no parecían suficientes para evitar la sensación generalizada de cambio.

Ninguno de los sondeos electorales, ni el propio clima político de la calle, vaticinaba que la unión de los tres partidos alcanzase la mayoría absoluta, hasta hora inaccesible para el resto de fuerzas políticas de Navarra, por lo que se abrían un sinfín de posibilidades de alternativa de gobierno y de cambio institucional, siempre protagonizado este por las tres fuerzas emergentes Geroa Bai, EH Bildu e IE; la colaboración de las tres, de dos de ellas con apoyo externo de la tercera o cualquier combinación que pudiese incluir a un PSN, dentro o fuera, situado en la tesitura de participar en el cambio o desaparecer.

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39 años después…

39Treinta y nueve años duró el régimen fascista resultado de la asonada militar de 1936 y la posterior guerra civil, treinta y nueve años que cambiaron la historia y constituyeron uno de los periodos más negros en la historia de España. La supresión de libertades, el aislamiento internacional, la corrupción, el nacionalismo uniformizador español en su versión más casposa, la represión… fueron moneda de uso común del régimen y el día a día de los ciudadanos al sur del Pirineo.

En aquellos años la oposición al régimen estuvo protagonizada por dos movimientos políticos diferenciados en su origen y en sus fines, uno centrípeta que intentaba sustituir la estructura del estado sin poner en duda el proyecto nacional y otro centrifugo que trataba de terminar con el proyecto nacional que había dado lugar al régimen fascista y a unos cuantos parecidos precedentes; el comunismo y los nacionalismos periféricos.

A la muerte del Dictador, y contrariamente a lo que podía presumirse, la solución no fue un triunfo de ninguno de estos sino una reconversión, más o menos, tranquila del estado a una democracia formal manteniendo apenas maquilladas unas cuantas estructuras del régimen anterior y, lo que es peor, unos cuantos de sus protagonistas situados en casi todos los estamentos de poder. Intereses internacionales, el ruido de sables, la traumática experiencia del 36 y, sobre todo, el conformismo de una sociedad “domesticada” por un período tan largo de ausencia de libertad propició la existencia de una transición ordenada que dejo unos cuantos problemas sin resolver o resueltos a medias.

Otros, curiosamente, treinta y nueve años después el régimen resultante de aquel proceso condicionado está a punto de saltar por los aires precisamente lastrado por esos temas que no se atrevió o no pudo resolver el totem sagrado de aquella transición; la Constitución Española de 1978; el estado del bienestar, las libertades públicas y la estructura territorial del estado.

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La conjura de las minorías

Salvador

“La Ley del Vascuence es una ley de Estado en una Comunidad foral como es Navarra y necesita el consenso mayoritario que ha tenido siempre de quienes defendemos este modelo de Comunidad».

Yolanda Barcina. Todavía, presidenta del Gobierno de Navarra

La verdad es que el diputado de UPN en el Congreso, un tal Salvador, ha sido uno de los más conspicuos sufridores de la ruptura de la entente hasta entonces existente entre las dos versiones navarras del nacionalismo español; UPN y PPN, la tuneada y con todos los extras y el modelo básico, y digo sufridor porque es de los pocos que todavía no se ha enterado de los motivos por los que tuvo que pasar de un muelle puesto en la bancada popular que le permitió incluso el acceso al preciado galardón de “diputado mudo”, a las procelosas aguas del grupo mixto donde incluso tiene que compartir asiento con etarras furibundos y peligrosos nacionalistas enemigos de la unidad de España y encima le obligan a hablar de vez en cuando y demostrar en cada una de las ocasiones que la oratoria no es una de sus virtudes. Acaso cuando Miguel Sanz se apropio de Demóstenes como objeto de la amenaza de la euskoespada le paso a Salvador a Damocles como profesor de oratoria.

Pero, como todo en esta vida, la oratoria también está sujeta a los embates de la fortuna, yo también juego al euromillón aunque con escaso éxito he de reconocer, y como de vez en cuando hasta el mejor escribano echa un borrón, hay veces que hasta a él se le ocurre alguna gracieta ingeniosa como la que titula este artículo, que así es como define a lo que le sucede a su lideresa cada vez que asoma su palmito por la Cámara Foral, donde lleva tres años haciendo el ridículo sin conseguir una aprobación, por banal que sea, que echarse a la boca en la demostración más penosa de desgobierno que ha sufrido Navarra en su historia democrática, eso si, en un ejercicio de cinismo digno de mejor causa, por “responsabilidad”.

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La transitoria 4ª

Navarra mapaEstos días en los que está tan en boga la discusión sobre los ámbitos de decisión, lo que permite o no la Constitución española o quienes deben ser sujetos de votación en el caso de un referendum que afecte a la estructura territorial del estado, no estaría de más echar un vistazo a una “rara avis” constitucional como es la Disposición Transitoria 4ª que en si misma ya es una excepción a lo que predican los sesudos constitucionalistas para el caso catalán y a lo que predicarían con igual entusiasmo en un hipotético caso vasco.

Y digo que es una “rara avis” porque contrariamente a lo que se viene diciendo estos días la Constitución española si contempla un sujeto político que puede alterar la estructura territorial del estado sin que tenga que ser votado por todos los españoles sino simplemente por aquellos a los que afecta de manera directa y, además perfectamente regulado por esa misma constitución, y ese sujeto son en primera instancia los navarros y en segunda todos los vascos.

Así pues, la Transitoria 4ª, además de la polémica que genera cada periodo electoral en Navarra, recurrentemente y desde hace casi 40 años, es la perfecta demostración de que todo el argumentarlo que ha esgrimido este último año el nacionalismo español, conviene llamarlo por su nombre para entender algunas cosas, no vale más que el papel en que está escrito; la Constitución si contempla sujetos políticos distintos a la manida soberanía nacional y si puede articular vías legales para consultas que afecten a la estructura territorial del estado.

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Derecho a decidir y Soberanía

La-libertad-segun-CicerónCuando surgen debates sociales sobre cuestiones que atañen a los sentimientos de las personas, y el debate identitario es uno de los que más lo hacen, tendemos a utilizar conceptos que no todos entendemos por la misma cosa con lo que este se transforma en diálogo de sordos.

Es muy probable que ese sea el problema principal de la aventura catalana que estos días alcanza un nivel de ruido insoportable en algo que en teoría no debiera suscitar más que un sosegado intercambio de opiniones sobre los pros y los contras de la creación de un nuevo estado, algo mucho más parecido a lo que ha pasado en Escocia que a lo que vemos en Catalunya.

Palabras como soberanía, derecho a decidir, Ley, ámbito de decisión, estado o nación están en boca de todos los protagonistas del debate y no parece muy claro que todas tengan el mismo significado para todos los intervinientes.

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La lección escocesa

escocia-dice-yes-L-LKQpQlTengo que reconocer que si yo hubiera sido escocés el pasado 18 de septiembre mi voto hubiera sido un YES todo lo grande que hubiera cabido en la urna, esa que con tanta facilidad han sacado a la calle los británicos y aquí se nos niega una y otra vez, será cosa de la cultura y la tradición democrática algo que en este país que llaman España solo se ha visto con cuentagotas a lo largo de su historia, y lo hubiera sido porque creo que los trenes rara vez pasan por la misma estación con uno mismo en el anden.

Pero claro uno es nacionalista, y no tiene reparo alguno en reconocerlo, como tampoco tiene reparo en reconocer que no toda la población de un supuesto país lo es ni tan siquiera, entre los que militan en ese campo, el grado de convencimiento sobre las bondades de tener un estado propio es el mismo.

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Navarra foral y… ¿española?

Pase-foral2Señora: Si se tratase de otra provincia, podíamos pensar en imponer la ley general, empleando la fuerza si fuere preciso; si se tratase de Navarra aisladamente, aún podíamos ir por ese camino, pero debemos comprender que Navarra tiene a su lado a las tres Vascongadas, y que si se apela a la fuerza contra aquella, harán causa común todos los vascos, y con ellos todos los carlistas de España, que provocarían un levantamiento en aquellas provincias para darle carácter general, y en tal caso se encadenará nuevamente la guerra civil.

General Martínez Campos a la Regente María Cristina. S.XIX

Hace unos días un sondeo del CIS para el Instituto de Estudios Estratégicos hacia saltar todas las alarmas de los sesudos comentaristas y tertulianos que pululan por los platós de la Villa y Corte… No es la pérfida Catalunya con un 22,2% de españoles ni la separatista Euzkadi con un pobre 10,2% quienes se sienten más desafectos a la idea de la españolidad, es la españolísima Navarra, solo un exiguo 2,9% de su población se siente española, la que encabeza el ranking de apátridas peninsulares.

Los ha habido incluso más osados que se han lanzado a explicar este dato por la estructura autonómica del estado y por las competencias en educación de las CCAA. Solemne majadería en el caso navarro puesto que esa capacidad de autogobierno de Navarra ha existido, en mayor o menor grado, siempre y ni el mismísimo Caudillo tuvo a bien suspenderla.

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El cebo

CeboCebo. (Del lat. cibus); Comida que se da a los animales para alimentarlos, engordarlos o atraerlos.

R.A.E

Argumentaba en mi anterior artículo que la tan cacareada reforma electoral del PP no era más que una estafa a la ciudadanía basada en un eufemismo, en un cebo; la elección directa de alcaldes, puesto que ni se trataba de una elección directa, la elección directa en todo caso la harían los respectivos comités de listas de los partidos encargados de designar al cabeza de lista, ni, por supuesto, el objeto de la elección era el Alcalde sino uno lista partidista cerrada. Y viene esto al caso porque lo que se barrunta detrás de esta reforma solo es un intento de consolidación de poder partidista cuando el bipartidismo que ha gobernado España durante los últimos cuarenta años empieza a resquebrajarse.

Pero si el término “elección directa de alcaldes” no es más que un cebo destinado al engaño, basarlo en una supuesta regeneración democrática roza el esperpento. Por mucho que se empeñen, el hecho de que gobierne la lista más votada sin haber obtenido la mayoría absoluta o alcanzado un pacto de gobierno con otras fuerzas es llanamente una imposición antidemocrática. El hecho de que un candidato haya obtenido el 40% de los votos lo único que significa es que hay un 60% de los mismos que no quieren que sea alcalde y solo la incapacidad de ese 60% de ponerse de acuerdo en otro candidato justificaría su nombramiento, como de hecho justifica que el 90% de los alcaldes españoles hoy en día lo sean después de haber encabezado la lista más votada. ¿A qué pues la urgencia de la reforma?

A mi solo se me ocurre una respuesta y es que la otra pata del bipartidismo se hunde irremisiblemente y el PP no tiene absolutamente ningún interlocutor una vez finiquitado el PSOE. No es tanto la perdida de poder puntual lo que preocupa al PP sino el desmoronamiento del régimen y la entrada en posiciones de poder de fuerzas que no controla.

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