Bueno, aprovechando la matinal, me fui a ver esta película basada en el libro de Stephen King de 1983. La sala estaba oscura, pero yo sabía que una reconfortante luz me esperaba al salir, así que es como ver la película con las persianas subidas.
Bueno, independientemente de cómo este agente lucha con sus miedos internos, ésta era de las películas que había que ver sí o sí, para ver si habían conseguido mejorar la digna versión que se hizo en 1989. No menciono la bochornosa secuela de 1992 con un Edward Furlong que venía de hacer Terminator II y posiblemente ésa fuera la peor decisión de su carrera, pero eso es otro tema.
Tengo que decir que ya he ido al cine medio cabreado con una escena que sale en el trailer que ponen en televisión y que no me dio tiempo a cambiar de canal, por lo que vi esta dichosa secuencia que, atención, sucede a la hora y veinte minutos de película. El que hizo ese trailer es para llevarlo a juicio, pero el problema es mucho más profundo.
El tema es que nos tratan como idiotas, y posiblemente seamos idiotas como grupo, pero es deleznable que monten un trailer con una de las últimas escenas de película. Y cuando digo que nos tratan como idiotas es que, pensando como debió de pensar el inútil ancestral que ha hecho esto, debieron de imaginarse que para hacernos ir al cine había que poner la escena más intensa de la película. No te vale que es un film de King, no te vale con el gato que da un miedo tremendo. No, se ve que pensaron que para que fuéramos al cine necesitábamos ver el final de la película.
Bueno, el cabreo ya se me irá pasando, pero ahora vamos al film en sí, dirigido por unos novatos Kevin Kölsch y Dennis Widmyer que lo más notable que han hecho los últimos 5 años son unos episodios de la desafortunada versión para televisión de la saga de Scream.
La película no está mal, Jason Clark me parece un actor muy digno y encima está acompañado por un contenido John Lithgow que aparece un poco más envejecido de lo que realmente está el inolvidable Trinity de Dexter (gran serie, sí, incluso su vilipendiada última temporada),.
No voy a contar nada de la historia. Un cementerio, animales. En realidad es un cementerio de mascotas (Pet sematary) pero alguién, en los 80, pensó que qué más da, le llamamos animales y fuera, como si allí enterraran jabalíes, osos pardo, etc.
Y es que me vais a permitir que me detenga de nuevo en el doblaje. Tengo por norma no ver cine extranjero si no es en versión original, pero me han podido las ganas y eso ha sido un craso error. Principalmente porque no me acordaba que salían niños, y el doblaje de niños es simple y llanamente una vergüenza. Los adultos no están mal, se puede aguantar, pero lo de la niña, principalmente, es de juzgado de guardia.
Hay que ver esta película? Sí. La verdad es que sí porque pasas un rato bueno con una película muy digna, con buenas intenciones, buenos aunque previsibles sustos. Mucho miedo no da, eso es verdad, pero no importa, al menos a mí, que soy de susto fácil pese al duro entrenamiento que he recibido.
Gracias por leerme, un saludo