SHOGUN

Hola!!

Nuestro amigo Katxan, compañero en el mejor programa de cine y series de la vieja Iruña, Grupo Salvaje (si nos buscas en Telegram por ese nombre, tenemos grupo), se ha brindado a hablar de Shogun, la tremenda adaptación de la novela de James Clavell que hemos podido ver recientemente en Disney.

Aquí os dejamos con su interpretación de la serie, del libro, en un análisis muy completo y personal

SHOGUN, SHOGUN y SHOGUN, más que SHOGUN (que eres un Shogun)

En el inmenso mundo de las adaptaciones del papel al cine o la televisión, unas veces se acierta, otras se falla y en raras ocasiones, como la que hoy nos ocupa, dos adaptaciones diferentes tropiezan dos veces con el mismo éxito.

Hablamos de Shogun, de tipos con faldas y una calva rematada en un moño con muy mala leche sometidos a estrictos códigos de honor y un aventurero inglés con ganas de hacer fortuna y que, en no pocas ocasiones, se ve convertido en un pelele dentro de las maquinaciones políticas de los ambiciosos daimios japoneses envueltos en su particular juego de tronos.

Primero fue el libro, cómo no. James Clavell el autor. Un tocho de bastantes páginas que en 1975 inauguraría con esta novela la que se daría en llamar “saga asiática”. Saga, que, dicho sea de paso, lo único que tienen en común unas novelas con otras es su ambientación en Asia y el choque cultural entre un bárbaro occidental y las civilizaciones orientales. También tienen otra cosa en común, y es que el amigo James escribe poco. Su obra se puede contar con los dedos de una mano y uno de los de la otra. Seis libros en toda su carrera literaria. Más extensa es su incursión en el cine. Guionista de La mosca (la de 1958, no la de Cronenberg), coguionista de La gran evasión, guionista y director de Rebelión en las aulas y también guionista y director de una película bastante desconocida a la que yo le tengo gran cariño como es El último valle, con el gran Michael Caine al frente del reparto.

SOBRE EL LIBRO

Clavell escribe bien. Muy bien. Y escribe tochos gordos. Que se hacen cortos y para nada pesados. También tiene una manía que me pone de los nervios: parece que hay un momento en el que se cansa de escribir y deja el libro donde esté. Con la palabra fin, pero con todos los hilos argumentales abiertos y un futuro incierto para nuestros protagonistas. No es así siempre, pero en Shogun ocurre, y también en Tai-pan. Ése es el momento en el que el lector ávido de saber cómo continúa comienza a recorrer el árbol genealógico del Clavell escritor para darles recuerdos de su descendiente.

Hecha esta introducción, vayamos con Shogun. Shogun atrapa, maravilla y seduce desde las primeras páginas. Tenemos ante nosotros un escenario exótico y misterioso, un mundo desconocido poblado por orientales capaces del mayor refinamiento y también de las mayores barbaries, siempre guiados por un misterioso código de honor que les obliga a hacer cosas inimaginables para un occidental. Occidental (John Blackthorne, un marinero inglés) que irá descubriendo al mismo tiempo que el lector las múltiples capas de las que están formados los japoneses. Primero veremos lo que hacen y nos horrorizaremos junto al pobre John, arrojado a las costas de ese país maldito. Después, iremos descubriendo el por qué actúan de ese modo, cómo es su cosmovisión, qué reglas dirigen ese mundo, el por qué hacen lo que hacen. Y eso es lo que hace grande a la novela, que también tiene diversas capas (como los japoneses). Nos muestra las intrigas palaciegas, las maniobras políticas y militares, la ambición más abyecta por hacerse con el control supremo y exterminar inmisericórdemente al enemigo. Pero este marco de aventuras, muerte esperando en cualquier cruce del camino y peligrosas maquinaciones es simplemente el envoltorio para mostrarnos el choque cultural entre oriente y occidente y para descubrir cómo es Japón a ojos de un occidental. Y lo hace magistralmente.

LAS ADAPTACIONES

Esto en lo que respecta al libro. En 1980 llega la primera adaptación televisiva. Con medios bastante precarios (lo habitual en la época), los 4:3 de nuestros televisores nos mostraron a un Richard Chamberlain que poco después se haría hiperfamoso con su papel de cura seductor y atormentado en El pájaro espino en el papel de John Blackthorne. Dándole la réplica, Toshiro Mifune, actor fetiche de Kurosawa y de muchos otros y en aquel momento perdido en producciones europeas y americanas, como el spaghetti-western  francés Sol Rojo que interpretó junto a Alain Delon y Charles Bronson, una frikada que me encanta.

Si el reparto era bueno, la puesta en escena a día de hoy da entre risa y pena. Kimonos que parecen sacados de la tienda de disfraces de un bazar, un barco holandés que a duras penas podría cruzar el río Arga y unas ciudades compuestas de cuatro chozas.

Ah, pero la historia, ¡madre mía, la historia!. En el primer capítulo ya había una decapitación y una ejecución hirviendo vivo a un hombre. ¡Cielo santo! Vivíamos en un mundo con series como El equipo A y La casa de la pradera. Y de repente, esto. Todos los espectadores nos horrorizamos… y sentimos un morbo especial ante esta serie. Hay que tener en cuenta que en estos años el conocimento generalizado de los occidentales de Japón y de cualquier otra cultura que no fuera la nuestra era prácticamente nulo. No sabíamos que existía el manga, ni qué era el sushi, ni palabra como kawaii, hikikomori, otaku ni nada remotamente parecido. De los japoneses solo sabíamos que eran educados y que nacían con una cámara de fotos colgando del cuello. Todos trabajaban en fábricas de cacharros tecnológicos de última generación, menos alguno que aún estaba perdido en alguna selva de Birmania luchando la Segunda Guerra mundial.

Pese a sus evidentes carencias en ambientación, para nosotros era mucho más que suficiente. La serie fue un exitazo, y se debió a varios factores: el exotismo de la historia, unas grandes actuaciones de los protagonistas y todo el reparto en general, y el atreverse a romper algunos tabúes de las series televisivas de entonces. Sus ocho capítulos nos dejaron con ganas de más… y su final, cortante y decepcionante, no hizo que la popularidad y la leyenda de la serie decayese ni un ápice. La serie siguió relativamente fiel a lo narrado en el libro y una voz en off, con la épica imagen de un daimio a caballo con su armadura y un casco majestuoso recortado contra el humo, trataba de resumirnos qué ocurriría después, para quitarnos el mal sabor de boca de un coitus interruptus. Marcó una época. A día de hoy ha envejecido fatal y creo que solo daría risa.

Y en esto que nos plantamos en 2024. Los tiempos han cambiado. Japón ya no tiene ningún misterio. Existe Internet. Cientos de Youtubers nos cuentan sus experiencias del día a día viviendo en Osaka, comiendo ramen o visitando los baños públicos.  El país del sol naciente ya no es exótico, solo moderadamente curioso.

Conocemos sus códigos de conducta, su mentalidad y sus fortalezas y debilidades. Están lejos de los míticos samurais, se parecen más a la sociedad imaginada en Demolition Man. ¿Podrá impactarnos esta nueva versión de Shogun como lo hizo la primera? En mi caso, un rotundo SÍ. Con un par de peros, no obstante.

El primero es el actor protagonista. Cosmo Jarvis es un bulto con ojos. Un John Blackthorne patético, que se limita a poner cara de pasmado todo el tiempo y a caernos mal. Cada vez que aparece en pantalla, su actuación, si se puede llamar así, nos saca de la trama. Es el elefante en la cacharrería, la nota discordante en la orquesta, el aguafiestas en la juerga, la mosca en la sopa. ¡Qué malo es este tío, por dios!

Para muestra, la foto de aquí arriba. He intentado encontrar un fotograma donde salga favorecido y no le haga daño, porque entiendo que tendrá familia, una madre que le quiere, un perro que moverá el rabo cuando llega a casa y tampoco es que haya dirigido un campo de exterminio nazi, pero es que… ¡Qué malo es este tío, por dios!. Su mal hacer aún destaca más cuando se le compara con el reparto japonés.

Hiroyuki Sanada como Toranaga hace un papel muy digno. Le da la prestancia adecuada, duro y cruel cuando debe serlo, frío en su momento, temperamental cuando lo requiere la situación, bondadoso, ambicioso, generoso y despiadado. No es fácil dar vida a un personaje con tantas aristas, pero Sanada sale con bien del lance.

Anna Sawai como Mariko, la intérprete y fiel servidora de Toranaga, es la que más destaca. En un papel en principio algo alejado del personaje original del libro, donde era simplemente un vehículo para dar a conocer a John y al lector la mentalidad y costumbres japonesas. En esta serie le han dado un giro romántico que no molesta, pero que en mi opinión ocupa un metraje excesivo, aunque siempre es un placer ver a Anna Hawai en cámara, en mi opinión es la que mejor actúa y que más creíble hace a su personaje. Y eso tiene mérito apareciendo casi siempre al lado del pedrusco con patas que es Cosmo Jarvis (¡Qué malo es este tío, por dios!).

El resto del reparto japonés simplemente clavan sus personajes. Quedé especialmente satisfecho con Tadanobu Asano interpretando al amoral y chaquetero Yabushige, ese bribón sin honor, traidor y siempre medrando a costa de unos y otros, nadando entre dos aguas, pero no exento de valor y cierta astucia maliciosa.

Lo cierto es que no puedo poner ni un pero a ninguno de los intérpretes japoneses, desde las delicadas cortesanas a los embrutecidos samurais, pasando por los impetuosos jovenzuelos o los ladinos señores del consejo.

¿Recordáis que este pesado que os escribe dijo hace ya unos cuantos párrafos que la ambientación de la serie de 1980 era penosa? Pues aquí nos vamos al extremo contrario. ¡Qué palacios, qué ciudades, qué amor por el detalle, por la fidelidad, por el gusto exquisito, por el contraste entre el pobre poblado pescador y la magnificencia de los castillos! Y el vestuario, madre mía. El diseñador del vestuario de esta serie dijo que Mariko llevaba hasta 5 capas de ropa, cada una más lujosa que la anterior, mientras que los pobres campesinos apenas se cubren con una única capa de harapos, prueba de su clase social. La riqueza visual de armaduras, kimonos y ropajes de todo tipo apabulla. La fotografía es realmente exquisita. Esta serie es una maravilla visual, se coja por donde se coja. Hasta que aparece la fea jeta de Cosmo Jarvis.

¿Pero qué tal resulta en comparación al libro? Vaya por delante que recomiendo fervientemente esta serie, me parece magnífica, de lo mejor de este 2024 y, si me apuran, de lo que llevamos de década. Pero no es perfecta. Su trama se va alejando de la del libro conforme pasan los capítulos. ¿Es algo molesto? En absoluto, son cambios que, en mi opinión, no aportan gran cosa al libro, pero tampoco lo desmerecen. Simplemente, es otro rumbo. Pero sí que hay un pequeño detalle que me resultó ligeramente molesto. Y es que en el libro se van dando pequeños detalles que revelan a un tiempo la incomprensión de Blackthorne sobre la mentalidad japonesa y al mismo tiempo desvelan hasta qué grado el fanatismo por el cumplimiento de los códigos de honor, bien sea el bushido o lo que corresponda a cada casta social, guía y condiciona la vida de los japoneses.

Por ejemplo, en el primer capítulo, cuando Yabushige está atrapado en los acantilados y cree que va a morir, en la serie le lanzan una cuerda para trepe por ella y se salve. En el libro hacen lo mismo, pero Yabushige no la ve y va a morir, entonces, para llamar su atención, uno de los samurais se lanza del acantilado y muere aplastado junto a la cuerda para que el chapoteo de su cuerpo destrozado llame la atención de su señor y vea la soga salvadora.

También se saltaron la parte donde los holandeses sortean quién va a morir ejecutado. Es una de las partes más dramáticas y estremecedoras del libro y decidieron omitirla.

Igualmente en el primer capítulo, cuando capturan a los occidentales y pasean a John por la aldea, decapitan a un aldeano con la cruz cristiana al cuello por detenerse a hablar a John. En el libro lo ejecutan por no inclinarse al paso de su daimio.

Son cambios un poco incomprensibles, pueden parecer pequeños detalles, pero en conjunto enriquecen mucho la historia, dan unos matices que son como la especia que falta para que el guiso esté de diez y no de 9’5.

Creo que esto se ha alargado demasiado, pero por resumir:

Libro: Hay que leerlo, es magnífico, pese a su frustrante final.

Serie de 1980: Grandes actuaciones, buena historia, todo lo demás queda ridículo 44 años después

Serie de 2024: Una muy gran serie en la que casi todo está bien, menos el protagonista  (¡Qué malo es este tío, por dios!)

Ojalá y veamos muchas más adaptaciones tan lujosas y mimadas como ésta en un futuro.

El talento de Mr Ripley (libro)

Hola. Esta semana tenemos aportación de lectora, y comenzamos bien, porque ya tenía ganas de hacer algo con la gran Silvi, responsable junto con Nieves y Natalia del podcast Bibliocracia y colaboradora en el grupo de telegram “Qué libro lees”, origen de este proyecto.

Nos trae un libro de Patricia Highsmith, autora que se dio a conocer por «Extraños en un tren«, de 1950, obra que fue adaptada por Alfred Hitchcock y que le sirvió de reconocimiento mundial. Más tarde vendría su saga dedicada al personaje de Tom Ripley, su personaje más icónico, que contó con los siguientes libros:

  1. El talento de Mr. Ripley (The Talented Mr. Ripley, 1955)
  2. La máscara de Ripley (Ripley Under Ground, 1970)
  3. El juego de Ripley (Ripley’s Game, 1974)
  4. Tras los pasos de Ripley (The Boy Who Followed Ripley, 1980)
  5. Ripley en peligro (Ripley Under Water, 1991)

Ahora vamos con la reseña de Silvi.

EL TALENTO DE MR. RIPLEY

Editada en 1955, Patricia Hightsmith nos presenta El talento de Mr. Ripley,  novela de género policial pero más que nada, un thriller psicológico, donde nos presenta tres personajes centrales: Tom, el protagonista, un ladrón de poca monta que sobrevive a base pequeñas estafas hasta que, por azar, un hombre adinerado, Mr Greenleaf, contacta con él para que, -gastos mediante- viaje a un pequeño pueblo de la costa italiana, donde vive su único hijo y heredero, Dickie, dedicado al dolce far niente: pasa sus días pintando, navegando,  tomando sol, nadando en el Mediterráneo y viviendo una vida totalmente relajada junto a su pareja Marge, una escritora a la espera que un editor publique su libro.

Tom, que por esos días intentaba escapar de un posible encuentro con la policía, ve una oportunidad y decide aceptar. Para ello se prepara para su encuentro con Dickie, al que conoce poco y nada.

Nada más llegar se presenta ante él haciéndole saber su misión: que su padre quiere que vuelva a América. El muchacho no tiene intención alguna de volver a su vida americana. Tom siente que ha fracasado, y ante esa situación se produce una especie de clic: de repente se da cuenta de la vida sin preocupaciones y relajada que lleva el hijo de Mr. Greenfield; eso sí, con dinero a manos llenas, y haciendo lo que le da la gana: justo lo que le gustaría hacer a él.

Comprende entonces que debe cambiar su estrategia, y comienza a acercarse a él, a participar de su vida doméstica, conocerle más y va poco a poco integrándose a ese mundo desconocido que le fascina y sintiéndose que puede ir a más, huyendo de la mediocridad, de la vida miserable que lleva en Nueva York: compartiendo habitación con un compañero que no soporta, esas pequeñas estafas que en cualquier momento pueden ser descubiertas….Y sobre todo, perder de vista a su tía Dottie que le ha humillado desde niño, cuando queda huérfano y ella se hace cargo. 

Debido a un corto viaje a Roma, Tom se da cuenta que él y Dickie pueden vivir juntos, sin la presencia de Marge…

La novela tiene un ritmo sostenido, mostrando a ese Tom que va tejiendo una telaraña cada vez más complicada, de manera meticulosa, paciente, cuidándose en cada movimiento, para lograr su objetivo final. 

Recomiendo muy vivamente esta novela que te atrapará desde el primer momento, con maestría Highsmith te describe personajes interesantes: desde ese Tom humillado desde siempre y convertido a la postre en un pequeño estafador, Dickie, que lo ha tenido todo y lo torna en un ser egoísta y frío al que nada le importa, solo él, y Marge el otro vértice de este triángulo. 

Personalmente, la novela me ha gustado mucho, literalmente la devoré: la historia, poco a poco te lleva a adivinar cual será el próximo paso de Ripley, incluso alguna que otra situación me sorprendió porque sinceramente, no me esperaba esa audacia del personaje principal , erigiéndose como un gran titiritero manejando a su antojo la situación y a las personas, sin éstas darse cuenta ni por un instante de las verdaderas intenciones y las acciones que lleva a cabo para lograr su objetivo, a pesar de que Tom arrastra un resentimiento profundo sobre su situación de vida y su intimidad (que poco se habla de ella en el texto), pero que está en el aire y en cierta forma condiciona su accionar, logrando finalmente, mantenerse impertérrito ante cada una de las situaciones que van presentándose y manejándolas con auténtico arte desde la manipulación y una máscara de humildad. Finalmente, me gustaría recomendarles la película homónima dirigida por Anthony Minghella, protagonizada por Matt Damon y Jude Law excelente adaptación del texto de Highsmith, exquisita recreación que transmite el espíritu del libro, con el plus que aporta la siempre maravillosa Italia.

Sil_soy.

Si quieres saber más de la vida de Highsmith, hay un documental llamado Loving Highsmith (se puede ver en Filmin) que se adentra en la vida personal de la autora.

Para terminar, muchas gracias a Silvi. Espero que haya disfrutado con esta colaboración y esperemos que sea la primera de muchas. Desde aquí la invitamos a seguir participando.

Y si tú quieres aportar una reseña, del libro que quieras, o de la adaptación que quieras, estaremos encantados de publicarla. Escribe a eapendergast@gmail.com y cuéntanos

La casa de la ciénaga (libros)

Este artículo forma parte del proyecto «Qué libro ves» dedicado a libros y sus adaptaciones. Si quieres conocer el proyecto o incluso participar en él, visita la web, mira el calendario de las adaptaciones. Si ves que falta algún artículo puedes aportar un texto.

Recuerdo la primera vez que supe de los Caballos Lentos. Apple acababa de anunciar que iba a estrenar una adaptación de las novelas de un tal Mick Herron. No conocía al escritor y todo eso me sonaba a chino, pero me puse a investigar. Eso era en 2022.

Fue fácil encontrar información del autor, un escritor británico de novelas policíacas y de espionaje. Lo policíaco me interesa menos, quizás por saturación, pero echaba de menos novelas interesantes de espías. Profundicé un poco más, y vaya lo que me encontré.

Resulta que «La casa de la ciénaga» es como se conoce a la saga de libros que reúne las andanzas y aventuras de un grupo de espías degradados y condenados a trabajar en ese poco hospitalario lugar.

Sobre el autor

El amigo Mick haciéndose el interesante

Nacido en Newcastle en 1963, estudió literatura en Oxford y ahí sigue viviendo

El amigo Herron comenzó su andadura como escritor en 2003 con la primera de las novelas centradas en la detective privado Zoë Boehm y no fue hasta 2010 cuando publicó la primera novela de lo que más tarde se ha llegado a conocer como la serie de “La casa de la ciénaga”, llamada Caballos Lentos, que ha sido nombrada por el Daily Telegraph como una de las 20 mejores novelas de espías de todos los tiempos.

De qué van los libros

Caballos lentos, el primero de la saga, nos cuenta la historia de los espías del MI5 que caen en desgracia y son desterrados a un lugar (la casa de la ciénaga) del que nadie quiere saber y que está regentado por uno de los mejores y más desagradables personajes que me he encontrado jamás: Jackson Lamb.

Lamb es una persona hiriente y maleducada, que comienza y termina sus conversaciones soltando ventosidades y fumando sin parar en su oficina, que lleva años sin conocer la luz del sol y que nadie se molesta en limpiar, mientras se van acumulando años de olores corporales, de humo, de alcohol. Además, no duda en soltar comentarios hirientes sobre las circunstancias que llevaron a cada uno de los caballos lentos a estar bajo su mandato.

El trabajo en la casa de la ciénaga es pesado y aburrido, monótono. No quieren que los caballos lentos hagan trabajos visibles, quieren enterrarlos en papeles y tareas monótonas y, sobre todo, que no molesten.

A pesar de todo, nada escapa a Lamb. Conoce como nadie los entresijos de ese mundillo, mueve ese cuerpo fofo y desgastado con una habilidad pasmosa (cuando le da la gana, claro) y parece que siempre está un paso por delante de cada una de las investigaciones en las que finalmente se van a ver inmersos estos machacados agentes.

La serie de la Casa de la Ciénaga se compone de los siguientes libros

  • Slow Horses (2010); Caballos lentos
  • Dead Lions (2013); Leones muertos
  • Real Tigers (2016); Tigres de verdad
  • Spook Street (2017); La calle de los espías
  • London Rules (2018); Las reglas de Londres
  • Joe Country (2019)
  • Slough House (2021)
  • Bad Actors (2022)

Además, tiene varias novellas (novelas cortas) relacionadas con el universo y novelas independientes en las que aparecen personajes relacionados con la saga principal.

Yo me leí los primeros en castellano, pero llegó un momento que tuve que pasar al inglés, y ahí la cosa se complicó, porque este Herron es realmente difícil de leer.

Estilo y opinión

Hoy por hoy, creo que es el autor más complicado de leer que conozco.

Todos los comienzos de sus libros son muy originales. Nos va presentando los personajes en el edificio de los modos más variopintos. Por ejemplo, es el viento el que entra en la casa de la ciénaga y nos va mostrando a sus habitantes en sus diferentes despachos, nos cuenta lo que están haciendo incluso lo que están pensando.

Si alguien que enseña literatura creativa leyera a Herron, se echaría las manos a la cabeza a buen seguro, porque este señor escribe del modo totalmente contrario a lo aconsejable. Párrafos larguísimos con escasos signos de puntuación, frases interminables, complejidad en el lenguaje, uso continuo de metáforas.

Pero claro, cuando uno lo hace bien, incluso cuando uno es maestro en ello, lo que puede ser contraproducente se convierte en uno de sus mayores atractivos. Tanto en castellano como en inglés resulta complicado dejar de leer; siempre quieres una página más, y cuando ves esos bloques sólidos en lugar de intimidarte el efecto es totalmente el contrario.

Ahora mismo estoy con el último libro de la Casa de la ciénaga, llamado Bad Actors, y ya me está dando pena que termine. He terminado también las novelas cortas. Sólo me quedaría su último libro publicado, una novela de lectura independiente llamada The secret hours.

Además, podemos disfrutar de la serie de Apple TV con un Gary oldman espléndido en el papel de Jackson Lamb.

Tiempos Modernos en cine

Pues sí, aunque no os lo creáis, vamos a poder disfrutar en sala
grande de esta gran película totalmente restaurada por la Cineteca de Bolonia.

La cita es el martes 9 de abril en el cine Golem Baiona a las 19:00. Fue la última película muda de Chaplin, en 1936, aunque en realidad es mixta, pues tiene fragmentos sonoros, como cuando Chaplin canta en el bar al final de la película, en un lenguaje inventado, llamado algarabía, una mezcla de francés e italiano y algo de inglés.

Se considera que la película es una crítica social pues refleja las difíciles condiciones a las que se enfrentaba la clase obrera en la época de la Gran Depresión de 1929, debido a la producción en cadena con sus trabajos monótonos, la falta empleo, la falta de oportunidades y las dificultades en que vivían las personas de menos recursos y que las estaban llevando a tomar medidas drásticas.

Tiempos modernos cuenta la historia de Charlot, un obrero metalúrgico que trabaja apretando tuercas y que acaba perdiendo la razón, extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje de una fábrica. Una vez sale del hospital es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad.

La sensibilidad política de Chaplin y su creatividad cómica encajan perfectamente en esta película, considerada uno de los grandes clásicos de la historia.

Yo de vosotros no me lo perdía por nada del mundo


Entre abril y junio, GOLEM BAIONA, en colaboración con la Filmoteca Vasca y el Festival de San Sebastián, invitará a revisitar y descubrir doce películas que se proyectarán en Pamplona los martes a las 19.00 horas y en versión original. Tras la exitosa cooperación con el Instituto Lumière de Lyon y cuyo resultado, las Sesiones Lumière, han tenido lugar los dos últimos años, el ciclo vuelve a poner la mirada en doce títulos, algunos de sobra conocidos y otros aún por explorar. Las entradas se podrán adquirir por Internet y en taquilla, a un precio de 4 €.

De adaptaciones va la cosa

Hola!!

Llevo un tiempo dándole vueltas a la posibilidad de hacer un proyecto nuevo, basado en adaptaciones de libros que van al cine o al mundo de las series. Cada vez son más las producciones que nacen de este modo, ya sea por falta de ideas, o porque resulta más sencillo adaptar algo ya hecho. O puede que simplemente los productores prefieren apostar por historias que ya han tenido cierto éxito en el ámbito editorial.

Sea como sea, estoy encantado, porque me permite disfrutar de libros que no conocería de otro modo. Además, soy muy pro adaptaciones, en el sentido que, habiendo leído el mismo libro que yo, el creador de la serie o peli nos presenta su visión, qué ha entendido y cómo ha entendido esa misma fuente. Y analizar eso me parece fascinante.

Cuando alguien hace una adaptación, siempre hay críticas. Desde el desgraciadamente famoso “dónde está Tom Bombadil” en el Señor de los Anillos (los fans de estos libros se encuentran entre los más cansinos de la historia) pasando por los que quieren ver en pantalla exactamente el mismo libro (qué sentido tiene?) o los que enarbolan la vergonzosa bandera “es que el libro es mejor” sin pararse a pensar ni desarrollar nada más.

Siempre recordaré la primera película de IT, durante mucho tiempo fue vilipendiada y que ayudó a crear el mantra de “es que las adaptaciones de King son todas malísimas”. Vale, la peli es mala, pero esos bosques, ay! esos bosques. Cuando leí IT me hice una composición de las localizaciones en la cabeza, y tengo que decir que los bosques que salen en la adaptación son incluso mejores que los que imaginé. Donde quiero llegar es que prefiero sentarme y disfrutar de esa adaptación, intentar extraer lo bueno y no criticar por criticar, y eso es lo que quiero hacer en este nuevo proyecto.

Pero claro, la realidad es que hay adaptaciones y adaptaciones. Tenemos las malas, muy malas, como La Torre Oscura, la maravillosa obra de Stephen King que aún no ha sido llevada ni a cine ni a televisión de modo digno. Pero siguiendo con el tito King, El Visitante o 22/11/63 son claros ejemplos de que llevar las novelas a un formato más amplio como es una serie y una temporada de 6 ó 8 episodios puede llegar a sentarles muy bien a estas historias.

El objetivo es analizar adaptaciones desde un punto de vista riguroso, sin dejarse llevar por el fandom, sacando lo mejor o lo peor de esa serie o peli basada en un libro.

Y como mirar para atrás puede ser tedioso porque adaptaciones hay millones, vamos a mirar al frente, o al futuro, como es el caso de hoy.

La noticia ha saltado rápidamente, y es que Ishana Shyamalan, hija de M. Night (tú antes molabas) Shyamalan ha dirigido una película. La moceta había trabajado bajo las oscuras alas de su papá como guionista y directora en la irregular Servant y como directora de segunda unidad en la horrorosa Tiempo (de ahí lo de tú antes molabas).

La película se va a llamar Los Vigilantes, y está basada, y ahí es a donde quiero llegar, en la novela The Watchers de A.M. Shine. El libro está definido como un relato claustrofóbico de terror gótico en un bosque perdido de Irlanda. En la biografía del autor en su página web, él mismo reconoce la influencia que las clásicas historias de terror irlandesas han tenido en su vida, con su paisaje, cultura, atmósfera oscura, pero quien más le ha influenciado desde siempre ha sido Poe. Los trabajos de Edgar Allan han contribuido mucho a la forma de pensar y escribir del amigo Shine, que además tiene otro libro llamado The Creeper.

La mala noticia es que no he podido encontrar noticias de la publicación en castellano de ninguno de los dos libros, por lo que solo se puede leer en inglés.

‘Los vigilantes’ (producida por papá Night) saldrá en cines el 7 de junio, en un periodo donde habrá pocos estrenos, y es debido a que se rodó durante la huelga de actores por un acuerdo interno.

Quien lea en inglés, está invitado en acompañarme en esta experiencia, y una vez vista la película, comentaremos qué tal ha ido la adaptación.

Si te animas, en el grupo de telegram de Grupo Salvaje te espero, donde podrás escuchar el mejor programa de cine y series de Navarra, Grupo Salvaje. Si buscas por el nombre del programa en telegram, ahí aparecemos.

The Bear

Hay episodios que marcan una serie, hay escenas que marcan una película.

Nunca olvidaré la, para mí, más impresionante escena de American History X. No es la brutal escena de los dientes, ni cuando el racista se encuentra con que en la cárcel, él es la minoría étnica. Es la que, solo en la noche, Edward (tú antes molabas) Furlong recuerda cómo empezó todo, por qué llegó su hermano Edward Norton a ser el racista que es. Descubrió que el germen de ese odio irracional lo tenía precisamente en casa, en su padre, que constantemente y sin ningún pudor, iba bombardeando a sus hijos con su discurso racista. Esa escena, que termina con el hermano pequeño llorando desconsoladamente,  marca la película, porque todo rueda alrededor de esos momentos de odio encapsulado.

Por qué ya casi no ves películas de Edward Norton?
Siempre que puedo hablo de esta peli

Pues con The Bear he tenido la misma sensación con el sexto episodio de la segunda temporada. Y no cometo ningún spoiler cuando digo que se lo pasan gritando, porque eso lo hemos visto desde el inicio de la serie, y lo que hizo que necesitara más de un intento para poder verla.

Pero vamos a entrar primero en contexto.

The Bear es una serie creada por Christopher Storer, se puede ver en Disney y está protagonizada por Jeremy Allen White (actor muy conocido por Shameless) en el papel de Carmen «Carmy» Berzatto, un joven y laureado chef que vuelve a su Chicago natal para atender la cocina del decadente restaurante de su hermano recientemente fallecido.

Allí se encuentra con el mejor personaje de la serie, el mejor amigo de su hermano y con el que regentaba el local conjuntamente, Richie (Ebon Moss-Bachrach, actor secundario de siempre con multitud de acreditaciones en cine, series y teatro). Obviamente la relación entre ellos no es lo más harmoniosa posible, y es que estamos hablando de personas con un carácter extremadamente especial.

The Bear star Richard “Richie” Jerimovich in The Bear promises more mayhem  on menu | NEXT Magazine

Y en eso es en lo que me quiero centrar. Estas personas son una raza aparte. Hablan gritando, acaparan las conversaciones con movimientos de brazos, ríen exageradamente, lloran exageradamente. Cuando comienzan las conversaciones, ya lo hacen alzando la voz, con actitud chulesca y si no frenan, llegan a un nivel insoportable. A mí me producen rechazo instantáneo ese tipo de personas, es todo lo contrario a mi forma de ser, y me caen mal. En la serie está tan bien hecho, que me caen mal pero de verdad. Menos mal que está Ayo Edebiri en un personaje más calmado, con más cabeza, que supone un alivio de vez en cuando.

Emmy spotlight: Ayo Edebiri (The Bear) is the heart of FX series - GoldDerby

El mérito es de los guionistas. Imagino la complicación de redactar ese tipo de escenas, tan rápidas, con tantas voces. La dirección de actores también es muy importante, porque coordinar todo eso debe ser realmente complicado. Esto es lo que en un principio me sacó de la serie y decidí que no la iba a ver, pero tras la elaborada insistencia de personas allegadas, pensé que debería darle una segunda oportunidad, y no me arrepiento, pero qué mal momentos me hace pasar.

Y esto nos lleva al famoso episodio 6 de la segunda temporada, de una hora de duración (los demás rozan la media hora), que deja claro que estamos ante un momento importante de la serie. Y vaya sí lo es, porque se traen a grandes pesos pesados para narrarnos un momento histórico en la vida de esta familia tan peculiar. Por un lado está Jon Bernthal, el más flojo, porque hace siempre de él, de lo mismo. Todos los papeles que le he visto están interpretados del mismo modo, pero de momento parece que le vale. También tenemos al añorado Bob Odenkirk, con unos momentos muy buenos, pero quien se lleva la palma es la gran Jamie Lee Curtis. Esta mujer es capaz, literalmente, de interpretar cualquier papel, y aquí lo demuestra, con unos momentos especialmente brillantes, haciendo de madre del clan, preparando la cena, con unos altibajos emocionales muy exagerados. Es, todo lo que hemos visto, multiplicado por 10.000, y en los hombros de la gran Jamie Lee.

Y entendemos. Comprendemos de dónde salen esos caracteres tan especiales que estamos viendo desde el primer episodio de la serie. Es un episodio de premios, y estoy seguro que se los llevará.

La serie me está encantando. Me quedan dos para terminar la primera temporada y no quiero que termine, como Special Ops: Lioness, de la que espero hablar en breve.

A spy among friends

Atención, atención!! Todos aquellos que han hecho sus listas de lo mejor del año, deberían parar las rotativas e intentar ver esta serie, o esperar a verla cuando llegue, que llegará, pero de momento está disponible en ITVX en Reino Unido y BritBox en Australia.

Nos encontramos con otra novela de Ben Macintyre, este columnista del Times que ha conseguido fama mundial con sus libros, mayormente de espías. Es el autor de Los hombres del SAS, la grandiosa miniserie de 6 episodios que podemos ver en HBO Max sobre la Segunda Guerra Mundial y la campaña del desierto en África.

Dos años antes de Los hombres del SAS, Macintyre escribió esta Spy Among Friends. Basada de nuevo en hechos reales, nos traslada a la Inglaterra de 1963, donde Nicholas Elliott trabaja por el MI6 como oficial de inteligencia, pero su vida se da completamente la vuelta cuando se entera que su amigo más cercado y colega, Kim Philby ha estado secretamente trabajando como agente doble para el KGB durante 20 años y acaba de desertar e irse a la Unión Soviética.

La serie está protagonizada por Guy Pearce and Damian Lewis (Hermanos de sangre, Homeland, Billions con el magnifico Paul Giamatti). Frente a ellos, la diosa Anna Maxwell Martin (The Bletchley Circle entre muchas otras).

Una de las mejores actrices británicas que hay

El programa examina el espionaje a través de su amistad, cuyas consecuencias afectan las relaciones Este-Oeste hasta el día de hoy.

No quiero averiguar mucho más, porque me resulta fascinante la historia. El piloto es sencillamente brutal, en forma de flashbacks. Kim Philby ya ha escapado a Rusia y Elliott fue el último que estuvo con él. La serie especula desde el principio con que puede haber algo más por detrás, que le haya dejado escapar, o incluso que realmente no haya desertado y todo forme parte de un plan mucho más complicado.

No lo s´´´e, pero seguro que la serie me lo va a contar en sus 6 episodios (para qué más).

Vivimos buena época de series de espías, con ésta y con Slow Horses, otra saga de espías, la de Nick Herron, pero estos son más desgraciados, son los moradores de la casa de la ciénaga, donde van los agentes que han cometido errores muy graves y no saben qué hacer con ellos. Debería hacerles un post, pobres, que tengan algo más de visibilidad. 🙂

Wreck

En ocasiones, las ideas más sencillas son las que mejor funcionan por múltiples razones. Estamos llegando a un punto de saturación, y cada vez tenemos que seleccionar las series que vemos con un criterio más estricto. Todos tenemos unas temáticas que nos atraen más que otras, e incluso vamos evolucionando nuestros gustos. Antes me veía todo lo relacionado con zombies, ahora no veo prácticamente ninguna de ese tema. Pero independientemente de nuestros gustos, sabemos que hay algunas series que no vamos a ver bajo ningún concepto.

Son las llamadas líneas rojas. Para mí son las series de médicos y todo lo relacionado con ellos, aunque últimamente he hecho alguna excepción, como con la maravillosa Dopesick. Hay quien las pone en los True Crime, no le gusta sufrir con recreaciones demasiado cercanas a la realidad. Por cierto, aquí tenemos discrepancia originada por Dahmer y por Candy. Ambas son series que reproducen unos hechos reales, pero en realidad son series, no son documentales con entrevistas a personas relacionadas, vídeos originales, etc… Es como cuando comienzas una película y te dice que está basada en hechos reales. Eso ha sucedido en infinidad de ocasiones pero, ¿eso son True Crimes?

En mi opinión no, el concepto true que acompaña la denominación te dice que lo que vas a ver es real, no es una recreación. Vas a ver imágenes de cámaras reales, entrevistas. Puede haber alguna escena que se filme pero siempre buscando que sea lo más real posible. Tanto en Candy, y por supuesto en Dahmer, asistimos a escenas que posiblemente no fueran así, y de ahí vienen muchas de las críticas de la serie, por cierto, de familiares y amigos de las víctimas que no ven bien reflejadas a esas personas. Incluso denuncian a Dahmer por sacar a la luz hechos demasiado dolorosos para los familiares de las víctimas, pero ésa es una reflexión en la que ahora prefiero no entrar.

A donde quiero llegar es que para mí son series sobre crímenes, como tantas otras, únicamente basadas en hechos reales, sin más.

Pero bueno, una vez explicado el asunto de las líneas rojas, quisiera volver sobre el inicio del artículo, las ideas sencillas, y por eso quiero hablaros de Wreck, de la BBC.

La premisa de la serie es bien sencilla. Un chaval se incorpora como tripulación en un crucero con la intención de descubrir qué le pasó a su hermana, que desapareció en el mismo crucero. Me gusta mucho el tono de la serie, desenfadado y lleno de guiños. Especialmente divertidas las escenas en que se incorporan los nuevos al barco, donde se les trata como si fuera un campamento militar, ellos los novatos.

El barco es una ciudad en pequeño. Tenemos los pisos superiores, donde está primera clase, lleno de lujos. Tenemos los oficiales, pequeños dictadores de las miniparcelas que regentan. Luego están los currelas, con sus problemas de agua fría y al final del todo están los filipinos, en ese submundo oscuro, sucio, lleno de peligros, donde se hacen tatuajes y todo parece muy peligroso.

La serie mezcla el humor, el thriller, el miedo e incluso pinceladas de gore, pero lo que más me gusta es su falta de pretensiones y su originalidad. Algo pasa en ese barco, algo chungo que encima muere gente.

Da cosica, el colega

No es que sea una de las series del año, para eso están The Old Man (Disney) o Inside Man (Netflix a finales de octubre), pero me lo he pasado muy bien viéndola y la recomiendo encarecidamente. Ha sido renovada por una segunda temporada que ya se encuentra en desarrollo y su idea es llegar hasta una tercera temporada.

Un saludo, y gracias por leerme

La importancia de cumplir 40 años

Golem celebra 40 años de vida esta semana. Ayer tuvimos en el programa Grupo Salvaje en directo a Otilio García, uno de los socios fundadores, que nos contó muchas cosas y alguna anécdota chula que merece la pena difundir.

Que una empresa cumpla 40 años de funcionamiento siempre es buena noticia. Que sea una empresa que se dedica al cine en mayúsculas, a la difusión cultural, es motivo de celebración entre los más adeptos del sector. Y además lo hace manteniendo el espíritu que siempre ha tenido: arriesgar, innovar y apostar por otros modos de acercar el cine al público en general.

Otilio nos contó cómo fueron los orígenes del cine, con sus 4 salas iniciales, el éxito que tuvieron, lo difícil que llegó a ser conseguir entradas para una chavalada de Pamplona ávida de nuevas sensaciones fuera de los cines más clásicos de la ciudad. Nosotros les contamos cosas que nos ha ido transmitiendo oyentes, como esa leyenda urbana que empezó a circular que decía que iban a dejar fumar en el cine. Cuando la gente iba a taquillas y les decían que de eso nada, hubo muchas sorpresas.

FOTO MIKEL ESPARZA

Recordaba Otilio la que se armó con el odorama y Polyester, la película del irreverente John Waters, y esas tarjetas que ibas rascando para poder disfrutar de los olores de la película. Claro, el asunto es que tras una sesión, el olor de todas las tarjetas a la vez era indescriptible y costaba mucho ventilar para la siguiente sesión, lo que llegó a ser un problema.

También nos contó sobre los primeros maratones nocturnos, donde los espectadores podían disfrutar de 3 películas y el cine daba bocadillo y caldico a los asistentes. Eso fue un éxito rotundo.

Pero lo más divertido fue cuando nos contó la mejor campaña que se le hizo jamás a los cines, con el estreno de «La última tentación de Cristo«, de Scorsese. El viernes del estreno se presentaron unos señores en representación del arzobispado y acompañados de abogado para comunicarles que esa película no se iba a estrenar, que ellos debían verla primero y que entonces decidirían. Finalmente la película se estrenó y esa misma noche se llenó Pamplona de pintadas que decían «Boicot Golem». No se sabe quién lo hizo, pero como campaña publicitaria involuntaria fue todo un éxito, ni hecho adrede.

Fue un rato muy ameno y os animo a escuchar el programa entero, aunque ya sabéis, primero tenemos la sección de cumpleaños, la chapa del agente Pendergast y sus series, y luego la entrevista.

Viva el cine, copón!!

Somebody Somewhere

La belleza de la cotidianeidad

No, no os preocupéis, no me ha dado una subida de gafapastismo, pero es que no hay mejor modo de poder definir esta serie sencilla, amable y sin pretensiones que nos presenta a Sam, el personaje interpretado por Bridgett Everett (una cómica muy conocida por su personalidad y extravagancias en el escenario), y que aquí encontramos en un papel mucho más comedido y en parte autobriográfico.

Bridget Everett Interview: On HBO's 'Someone Somewhere'
Esa mirada

Sam vuelve a Kansas para cuidar de su hermana enferma, que fallece, lo que la deja sumida en un vacío importante que no puede rellenar su otra hermana, ni sus padres. Se siente encerrada en un lugar en el que no encaja y no sabe cómo salir. En ese momento se encuentra con Joel, interpretado por el carismático Jeff Hiller, con el que coincidió en el coro del colegio y que introduce a Sam en un nuevo mundo donde todas las personas son diferentes, y donde la música tiene un protagonismo especial. Entre esas nuevas personas está Fred (Murray Hill), un personaje muy peculiar y que acepta a Sam desde el principio.

Bridgett (Sam) y Murray (Fred) han trabajado juntos desde hace varios años, han hecho muchos shows juntos, y eso también se nota en pantalla.

Dejad que aparque un momento el tema musical para centrarme en los magníficos personajes principales y cómo te encariñas con los dos desde el principio. Sam es una mujer grande, muy grande, que no se arregla, cuarentaymuchos, harta de que le pregunten qué va a hacer con su vida y con un carácter fuerte, que mira de modo inquisitivo y que produce incomodidad entre quienes la rodean. Joel es peculiar en sí mismo, muy alto y muy flaco, con una personalidad muy especial, casi servil, pero se nota que ha sufrido mucho, probablemente por su condición sexual, y que ha construido un personaje como coraza para protegerse.

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Quieres ser amigo de estas dos personas al instante

Joel introduce a Sam en estos ensayos del coro que se hacen en las instalaciones de la iglesia, un poco como a escondidas, lo que les da esa sensación de clandestinidad, de peligro inocente, que tanto lo disfrutan.

Cuando ves el primer episodio parece que los creadores de la serie quieren que la música sea una constante, pues hay una escena maravillosa en la que Sam, luchando contra sus miedos, se atreve a cantar delante del público por primera vez en muchos años. Esa escena, tremendamente emotiva, hace que el episodio piloto sea una obra maestra. Pero no, la música siempre está ahí, pero su importancia va variando.

Y es que la serie es mucho más ambiciosa y quiere contar más cosas. En principio se centra en la necesidad de asumir el pasado, de mirar adelante y ser consciente de dónde vives. Pero además trata de cómo sacar partido de lo que tienes, que probablemente es mucho más de lo que crees, que los demás pueden ver cosas de ti que ni siquiera sabías que existían, y por supuesto, trata de la amistad, algo tan sencillo como la amistad entre personas tan dispares.

En otro orden de cosas

Están siendo semanas muy interesantes de estrenos. Os sigo recomendando Grupo Salvaje. En tan solo una hora te pones al día de las series y te escuchas un especial de cine. Esta semana hablamos de «escenas en cocinas», pero escenas especiales, luchas, asesinatos, enfrentamientos varios, y sí, en ocasiones se cocina.

Además, tenemos un grupo en Telegram con el mismo nombre donde puedes enterarte de lo que se va a hablar en el programa, puedes hablar con otros usuarios. Se está creando una comunidad muy maja.