Narcos, esto es muy grande

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Si me dijeran que iba a estar valorando una serie de Netflix sobre Pablo Escobar y el origen del cartel de Medellín, probablemente no me lo creería, y es que a priori el tema no me parece demasiado atrayente, pero os tengo que decir que es posiblemente una de las sorpresas del año y a buen seguro estará luchando con otras por ser una de las mejores series de esta temporada.

Bueno, ya he avanzado que ha sido Netflix quien ha producido esta serie, y la estrenó el 28 de agosto. Está dirigida por José Padilha, director de una película muy dura y muy impresionante llamada Tropa de Élite, de 2007, sobre el Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militar de Río de Janeiro que tiene como misión apaciguar la favela sita en el Morro do Turano con motivo de la visita del papa Juan Pablo II de aquel año. Cruda, directa y realista, la recuerdo perfectamente, pero a quien no recordaba era al actor principal, Wagner Moura, que interpreta precisamente a Pablo Escobar en esta serie que estoy comentando.

Ni qué decir tiene que la serie gira argumentalmente en torno a Escobar y la interpretación de Moura es brillante, comedida, intensa. Es un maestro del juego de miradas, a pesar de que viene limitado por las posturas de un personaje con sobrepeso y quizás por la única crítica que se le puede hacer a este actor: su marcado acento brasileño que poco pega con el acento colombiano.

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Son 10 episodios que te dejan sin aliento, siempre con ganas de más. Históricamente es perfecta, parece del canal historia, de lo bien ambientada que está. Comienza la serie, en los años ochenta, con un vuelo de un avión de la CIA intentando captar llamadas de teléfonos móviles para, junto con una unidad móvil en el terreno, tratar de triangular las coordenadas y encontrar una mejor posición para realizar escuchas.

Se nos presenta a un agente de la DEA que, harto de ver Miami inundada de droga, voluntariamente pide el traslado, junto con su mujer, a Colombia, para tratar de luchar contra la plaga desde el origen. Es impresionante la voluntad de este agente, que por supuesto se sorprende de los métodos de los policías colombianos, pero es de agradecer que la serie no explote esa “indignación”, y el personaje finalmente acepta que las cosas se hacen de un modo un poco diferente en ese país, y se acostumbra a ello.

Tengamos en cuenta que la corrupción policial era abrumadora, pero es que allí la frase “plata o plomo” se llevaba al orden del día, y el policía que no aceptaba los sobornos de los narcos era acribillado a los pocos días. Impresiona la buena imagen que nos dan de los políticos colombianos, los valientes que por no plegarse a las condiciones de los narcos (por ejemplo, por no negarse a la extradición a EEUU de los narcos detenidos), eran asesinados salvajemente hasta el punto de que era complicado encontrar candidatos para presentarse. Una situación caótica que la serie refleja a la perfección.

Son tan chulos los de esta serie, que se atreven a mezclar imágenes de personajes reales con los de la ficción, y es que se parecen muchísimo, han conseguido actores que dan el pego totalmente y se pueden permitir esos lujos. Eso para el espectador es genial, porque tenemos la oportunidad de ver al personaje real, las situaciones que vivió, y nos produce una sensación de inmersión que es una gozada.

Como veis, no puedo decir nada malo de esta serie, no tiene episodio flojo o malo. Resulta increíble que sea capaz de eclipsar incluso a la que hasta ahora había sido la mejor serie del año, Daredevil.

Saludos a todos y gracias por leerme