Leía esta mañana un artículo del exalcalde de Sartaguda titulado “Yo desobedecí” en el que relata su experiencia de 2007 en que contra las directrices de su partido; el PSN aceptó los votos de ANV para acceder a la alcaldía y evitar un gobierno de UPN en su localidad y no he podido evitar rememorar una experiencia similar veintitrés años antes que demostró que se puede ser político y andar con la cabeza alta y la dignidad intacta.
Efectivamente en 1984 ocurrió un suceso que ya parece olvidado pero tuvo una gran trascendencia para el posterior transcurrir del nacionalismo vasco en Navarra y que además supuso el primer gobierno progresista en Navarra en muchas décadas.
Mucho se ha hablado de la dependencia de las formaciones políticas de Navarra de Madrid o de Bilbao y que anteponen los intereses generales del partido a los de la propia sociedad navarra y lo que ocurrió aquel año 84 demostró que eso no tiene porque ser necesariamente así y que la disciplina y la obediencia nunca pueden estar por encima del interés de la sociedad que te ha votado.