Cuando toque… (O el quesito no dio para más…)

 

“El PSN es un partido «bisagra» y no puede liderar nada porque para ello tienes que tener votos suficientes y ahora en la Cámara 13 votos son de Bildu».

Carlos Garcia Adanero. Portavoz de UPN en el Parlamento de Navarra. Secretario General de UPN.

 “Es «complicado» que el PSN diga que va a liderar una alternativa diferente a UPN, porque en estos momentos la segunda fuerza política es Bildu, después de lo que ha sucedido con la escisión de NaBai y una vez que Aralar ya ha concurrido con Bildu en las elecciones del País Vasco. Lo único que puede ofrecer el PSN es una ayuda a que Bildu pueda gobernar Navarra».

 Yolanda Barcina. Presidenta del Gobierno de Navarra. Presidenta de UPN.

En medio de la tormenta política que han desatado en Navarra  las declaraciones de Iñigo Urkullu el otro día en Onda Vasca insinuando la existencia de conversaciones entre Bildu y el PSOE, no se sabe que versión de este; el de Lopez, el de Egiguren, el de Jiménez o el del propio y defenestrado Pepiño, de cara a un eventual desalojo de la Lehendakari Barcina del Palacio de Carlos III, de los ataques de histeria protagonizados por algunos de los más “aposentados” lideres de UPN, la cuenta de Twitter del Diputado Carlos Salvador es como para que la revise una vez pasado el berrinche, me ha llamado la atención la declaración del que parece ser el valor en alza en el PSN, con las dudas que tal situación despierta sobre cualquier cosa que pase entre los del Paseo Sarasate, y me estoy refiriendo a su Portavoz; Juan José Lizarbe “resucitado” para la política navarra en el más puro estilo “ave fénix”, asegurando que “El nuevo ciclo supondrá un nuevo gobierno” y que el relevo debe producirse “cuando toque”, dando por terminado el ciclo de “colaboración preferente con UPN”, colaboración que por otra parte ha dejado a Navarra con la mayor crisis de deuda de su historia, al propio PSN al borde de la marginalidad y a alguna de las instituciones más representativas de la CFN, como la CAN, en los archivos de la historia.

Que el PSN estaba obligado a cerrar esa colaboración permanente era algo que veíamos todos menos, probablemente, los propios estrategas de la casa y los no menos avezados de UGT valedores del pacto perpetuo cegados por el fulgor de las prebendas unos y el “soborno” sindical los otros. Pero en ese tuya mía, entre el carguete y la subvención, el socialismo navarro ha ido desangrándose, no solo perdiendo presencia electoral, de ser la única alternativa a UPN ha pasado a cachaba de apoyo sino el respeto de su electorado lo que resulta sensiblemente peor y de más difícil recuperación.

Que cerrado el ciclo anterior, personajes y medios de está Navarra de transición inconclusa intentaran resucitarlo como y en la versión que sea, se impone un cambio de gobierno es cosa inevitable. El mapa político de Navarra es complejo y la manera de articular ese “otro” gobierno puede tener más de una y dos fórmulas y la ligazón con lo que pase en la CAPV no tiene porque ser un elemento determinante, o, al menos, no debiera serlo, puesto que los protagonistas, aunque familiares, no son los mismos.

Es por eso que lo que más me interesa de las reflexiones de Lizarbe es ese concepto temporal que ha introducido en su discurso: “cuando toque…” y me ha interesado porque en la actual tesitura política con Navarra literalmente yéndose por el desagüe, los datos de la recaudación fiscal del último trimestre pueden ser demoledores, podemos tener cierta urgencia en dar la puntilla definitiva a la Lehendakari Barcina, algo a lo que el PSN no parece muy proclive en este momento mediatizado, sin duda, por los negros augurios que les pronostican las encuestas de intención de voto. Necesitan tiempo.

Así pues, y teniendo en cuenta que un relevo en la sede de Carlos III solo puede venir de unas elecciones anticipadas o de una moción de censura, el paisaje que se dibuja tiene dos opciones, descartada la disolución del Parlamento por la propia Barcina cosa que tampoco esta tan clara pero que parece lógica en función del desgaste de Barcina y sus nulas posibilidades de repetir al frente de la candidatura regionalista, salvo cataclismo de proporciones bíblicas o adquisición de tendencias autodestructivas por parte de UPN ante la inminencia del desahucio. Necesita más tiempo todavía.

Y esas dos opciones pasan por la moción de censura o para convocar elecciones por parte del candidato investido al día siguiente de tomar posesión, algo que podría molestar sobremanera a un PSN en horas bajas electorales y que sin duda es la única opción razonable y democrática en estos momentos habida cuenta de la “ilegitimidad” del gobierno de Barcina tras la expulsión del PSN y de Roberto Jiménez del mismo, o para “gobernar”, y esa es precisamente la opción que más me interesa analizar en este artículo.

Y por eso las citas que encabezan este artículo…

¿Es posible una alternativa de gobierno a UPN con los mimbres parlamentarios que existen a día de hoy?

Y la respuesta, lamentablemente es no. Y es no porque la Cámara Navarra no representa la voluntad de los navarros y está falseada por la deslealtad de Aralar que ocupa cinco escaños que no le corresponden, los doce/trece que recuerdan Barcina y Adanero que le otorgan ser la segunda fuerza política del parlamento navarro siendo la cuarta fuerza en votos. Un gobierno alternativo debiera ser lo suficientemente sólido y leal para acabar la legislatura, en caso contrario es mejor convocar elecciones ya, ¿Y que solidez y lealtad se puede esperar de un gobierno donde el socio mayoritario está sobre representado a costa de la representación del socio minoritario?

Podría existir la tentación de prescindir de ese socio minoritario molesto al que se ha esquilmado y expropiado… pero entonces no dan los números…

Ander Muruzabal

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