«Elevar a la categoría política de normal, lo que a nivel de calle es plenamente normal»
Adolfo Suarez
Estos días, y con motivo de su 35 aniversario, hemos asistido al enésimo debate sobre la necesidad de reformar o no la Constitución y de la idoneidad del momento para hacerlo dada la situación de profunda crisis económica, la delicada situación de la institución monárquica, el desmantelamiento de servicios públicos que hasta ahora considerábamos protegidos por esta y el espectacular avance soberanista que se está produciendo en Catalunya.
Bien está el debate pero no podemos hacerlo con un mínimo de criterio si no contemplamos un aspecto previo que puede matizar y condicionar notablemente el discurso, como es la imposibilidad real de poner en marcha los mecanismos de reforma constitucional, y me explico.