Os voy a hablar de una serie bastante compleja, hasta el punto que a mí me costó dos intentos verla.

Antes os tengo que contar un fenómeno que me está sucediendo, y es que cuando veo algunas series lo hago con la tablet encima mientras reviso Twitter, o las rss de noticias, o cualquier otra cosa. Es divertido y en muchas ocasiones extraigo más información de lo que estoy viendo a medida que lo hago, pero claro, esto no se puede hacer con todas las series porque tu atención no es la misma que cuando estás totalmente dedicado a ello. Series que se merezcan este degradante tratamiento son por ejemplo Supernatural, que ya se ha convertido en un engaño para el espectador en su doceava temporada (Sí, 12!!!), o la aburrida 2 Broke Girls, que finalmente abandoné.

Tengo que reconocer que esta serie hubo un momento que comencé a verla de este modo y eso fue un tremendo error, pues requiere concentración plena. Cuando te pierdes detalles importantes vas perdiendo interés hasta que finalmente te deja de importar toda la trama y terminas abandonándola. Así que tras leer la noticia de que la serie había sido renovada, me decidí a darle una segunda oportunidad, ahora sin tablet ni nada. Y la cosa cambia.

Como os digo, la serie es difícil. Nos cuenta la historia de una estación de la CIA en Berlín y asistimos al trabajo habitual de los que allí residen. Ya se intuyen las relaciones personales, el tipo de trabajo bastante peculiar, las luchas por el poder, pero la estación tiene un problema bastante grave: alguien llamado Thomas Shaw está filtrando documentos a la prensa al estilo Snowden (peli que por cierto tengo bastantes ganas de ver). A la estación acaba de llegar un nuevo agente recomendado desde la central en Langley y pretende desenmascarar a Shaw, aunque claro, no va a ser tan sencillo como se esperaba.

La serie está bastante bien hecha, con diálogos muy interesantes e intensos. Mientras luchan contra las filtraciones, tienen otro tipo de trabajos entre los que se encuentran por supuesto las operaciones antiterroristas. Se van alternando las situaciones y las escenas y hace que sea más variada la temática, lo cual se agradece. Los temas son actuales y las referencias también: aluden a Merkel, las crisis de los refugiados, asuntos de actualidad. Todo ello contribuye a dotar a la trama de un halo de autenticidad interesante. Van a ser 10 episodios esta primera temporada y como os comentaba, ya ha sido renovada. Vamos por el octavo.

Está siendo una alegría esta serie y me alegro de haberla recuperado, así como hice con Travelers, la serie sobre viajeros en el tiempo que tuvo un comienzo sensacional y luego se fue apagando. Decidí retomarla y me alegro mucho de haberlo hecho. Posiblemente le haga entrada.

Así como también se la tengo que hacer a otra sorpresa, Good Behavior, sorprendente serie sobre una estafadora profesional que acaba de salir de la cárcel que es “reclutada” forzosamente por ni más ni menos que con un sorprendentemente maduro y con un perfecto inglés, Juan Diego Botto, un asesino a sueldo. Sus caminos se juntan, y ya os contaré más cosas sobre ella.

Otra que no apunta mal es Shooter, de la que solo he visto 3 episodios y acaban de emitir el cuarto. Es la misma historia que la peli del mismo nombre, un marine francotirador de élite que se ve incriminado en un asesinato que no ha cometido. No me atraía mucho, pero la estoy viendo y de momento me gusta.

Bueno, estas son las novedades, pero parece que vienen más. Tengo muchas ganas de terminar The Exorcist para hablar más de ella. A ver si no lo echan a perder.

Gracias por leerme!!!

Vaya otoño seriéfilo estamos teniendo. Están llegando muchas novedades y algunas son tan buenas que incluso desplazan a series habituales o algunas que se habían apoltronado en su propia condescendencia. He tenido que pasar el cuchillo y despedirme de alguna que ya andaba en la cuerda floja y poco faltaba para que cayera. Vamos a ello

Series que se van

Sin ir más lejos, la simpática 2 Broke Girls, se encuentra en este último caso. Son ya seis temporadas de estas chicas que se buscan la vida, pero que no han salido en ningún momento del lugar en el que trabajan. Tienen los mismos compañeros: el cocinero salido que siempre dice lo mismo, el jefe tontorrón con el que se meten por su estatura, y por supuesto, también tenemos los muy manidos chistes picantes sobre la anatomía de Max. Al final termina cansando, y era de las primeras en tener ticket de salida.

También me he dejado Ash vs Evil Dead, porque también estaba pensando en abandonarla, y es que tanto gore al final acaba pasando factura. Estaba claro lo que la serie ofrecía. Con Sam Raimi, creador de la original Evil Dead, sabía que iba a ver sangre a rebosar, pero es que de verdad, tiene momentos de mirar a otro lado, o yo es que me estoy haciendo mayor. Es que ni siquiera Bruce Campbell es ya lo que era. Ahora parece el típico maduro en una discoteca de jóvenes haciéndose el interesante. Mantenía la serie por tradición, pero no voy a ver esta segunda temporada ni la ya anunciada tercera temporada.

La tercera que me dejo es Van Helsing. Mi primera impresión no fue buena, y no pasé de los primeros 10 minutos del piloto pero, alentado por las críticas buenas del consejo de sabios que hablaban de un segundo episodio prometedor, continué y cierto es que lo disfruté. Pero ya no más. Voy por el cuarto y la historia de esta Vanessa Helsing que tiene la propiedad de volver humanos a los vampiros con sus mordiscos, cada vez me interesa menos. Me pone de los nervios el marine con misiones estrictas y un código del deber rayano en la tontería en un mundo invadido por vampiros. La serie no está mal, pero hay que hacer hueco y no se puede ver todo. Por cierto, la han renovado, lo que me plantea la duda de si estoy haciendo bien. SyFy se la cree, pero a mí no me acaba de gustar.

Lo de The Strain es cuanto menos curioso. Todas las temporadas que he visto (van por la tercera) siempre he dicho que me la dejaba, pero luego al final la retomaba cuando comenzaba la nueva temporada. Es una serie de vampiros que se basa en los libros que escribió Guillermo del Toro y Chuck Hogan. Libros solo pude leer el primero y los demás ni lo intenté, pero la serie tiene algo que atrae. Luego llega una escena de acción y te das cuenta que eso no hay por dónde cogerlo y te recuerda que esto es lo más parecido a serie b en el mundo de la televisión. No sé cómo la he mantenido hasta ahora, pero le ha llegado su hora, y no me importa ir por el capítulo 8 de la tercera temporada.

Y qué es lo que entra?

Berlín Station. No sabía nada de esta serie, y de repente vi que habían emitido dos episodios. Busqué un poco de información y averigüé que iba de una oficina de exteriores de la CIA en Berlín y los problemas a que enfrenta ante una serie de filtraciones estilo Snowden. La serie está bien hecha, bien planteada. Están programados 10 episodios. No es una serie fácil, tiene muchos nombres, mucho código, pero la trama es tan buena y está tan bien hecha que engancha.

Goliath. Esta es una serie de Amazon, que lanza las cosas estilo Netflix, es decir, la temporada completa ya está disponible. Es la historia de un abogado venido a menos, que un día fue grande, que se enfrenta a una megaempresa en juicio. La cosa no pasaría de ahí, veo que no es procedimental y con eso me basta, pero es que cuando empieza, me encuentro ni más ni menos que con el mismísimo Billy Bob Thornton, del que no puedo ser más fan, y que le da un valor añadido inmediato a la serie. El argumento es interesante: un padre que se suicida en alta mar, incendiando el tanque de gasolina de un yate. En realidad parece que fue asesinado, por saber lo que no debía saber y la investigación de este abogado, con su paralegal que es una prostituta y la hiperactiva abogada que le trajo el caso se hace cada vez más interesante.

This is us. El mejor de modo de definir esta serie que entró de lleno en mi lista de favoritas de este año, es amabilidad. Es una serie que no tiene nada en principio, es la historia de tres hermanos, contada por ellos mismos en el presente y por sus padres en el pasado, pero que atrae nada más empieza. Tiene algo que te quedas embobado viendo la pantalla. Posiblemente sean esos momentos de guión sensacionales, como la conversación del médico con el padre en el primer episodio, que es de enmarcar. Por supuesto la voy a seguir viendo y ha sido todo un bombazo en EEUU donde tiene unos índices de audiencia estratosféricos. Es un producto bien hecho, con cariño, y se nota.

Y para no hacer esto demasiado largo os pongo unas series que también han entrado, como la sobrevalorada Westworld, que vale, está bien, pero no es ni mucho menos esa serie que nos quieren vender. Hablaré de ella cuando haya avanzado unos capítulos más. Como Frequency, serie basada en la película del mismo nombre de Dennis Quaid. Su primer episodio dejó un muy buen sabor de boca, pero no tengo ni idea de hacia dónde va a tirar, así que voy a esperar a ver aunque sea 3 para tomar más decisiones. Channel Zero, la extraña serie de terror británica me tiene descolocado tras su piloto; seguiré informando.

Por su parte Atlanta es una sorpresa muy agradable. Este proyecto personal de Donald Glover (actor que se hizo famoso con Community) con tintes autobiográficos, es una historia de rap entre semidelincuentes y tiene esos episodios tan surrealistas como tenía Community, como el que llevan al rapeador a un programa de la televisión a enfrentarse con un transexual y ver quién tiene menos prejuicios. La sorpresa salta cuando conectan con un chaval negro que dice que en realidad es un señor blanco de 35 años y declara la transraza. Tras las risas iniciales, se plantean seriamente su caso y ahí es cuando en lugar de reirse los personajes se ríe el espectador con unas escenas hilarantes. Es un ejemplo de una serie diferente y que merece la pena.

Travelers ha tenido un piloto sensacional, sobre personas que viajan en el tiempo y utilizan los cuerpos de las personas que saben que van a fallecer. Algo complejo de explicar pero que resuelven de un modo muy visual en la serie. Y The Missing ha comenzado su segunda temporada sensacional. Es miniserie británica, y en su primera temporada tuvimos el caso de un niño perdido y la búsqueda infructuosa del padre. Ahora tenemos a varios personajes que repiten, pero en un caso totalmente diferente, donde una niña que desapareció de repente aparece y con ella todas las dudas sobre su identidad y demás. Algo de lo que ya se habló este año tanto en The Family (americana, y se nota en su, en ocasiones, extremada ñoñez), como en la espectacular miniserie brit Thirteen.

Y bueno, aquí tenéis un montón de información sobre series nuevas. En breve haré otro post porque siguen llegando sin parar.

Saludos y gracias por leerme

Bueno, llegamos al final de un verano que ha sido bastante bueno para las series. La anunciada Braindead terminó siendo una super serie que ha tenido un final magnífico y nos hemos quedado con ganas de más. Por supuesto ha sido el verano del bombazo Stranger Things, que había momentos que no se podía hablar de otra serie, que no existía otra serie en el mundo. Ríos de tinta han corrido con frases tan esplendorosas como falaces de aquellos nuevos expertos en series salidos de la nada que afirmaban sin rubor que “es como si Spielberg hubiera hecho una serie con Stephen King”. Los pelos como escarpias de vergüenza ajena (y eso que yo fui uno de los que lo pensó) 😈

Stranger Things es una buena serie, desde luego, siempre cuando puedas superar la exagerada y estereotipada actuación de una histérica Winona Ryder que parece pretender recuperar su añejo (y rancio) éxito a base de caras de agonía, lloros y gritos exagerados. Winona forever, maja, eso te creías.

Justo antes de este maremágnum de estos nuevos visionarios que pensaban que ya tenían la siguiente Juego de Tronos a la que poder engancharse sin pudor, se estrenó a finales de junio The Night of, una serie que en apariencia no dice nada, pero en cuanto comienzas a escarbar, descubres ciertos elementos que te pueden hacer sospechar de que estás no solo antes una buena serie, sino ante una de las mejores del año. Sin ni siquiera entrar a hablar de argumento, creo que su éxito se basa en tres factores:

1. Guionista / Creador: Es Steven Zaillian, que no suena a nadie, pero es el ganador del Oscar al mejor guión por La Lista de Schindler, además de otros trabajos como American Gangster, Gangs of New York. Está metido a las cejas junto con otro compañero y parece un proyecto bastante personal. La idea comenzó en 2012 y James Gandolfini iba a ser el actor principal, pero su muerte dejó el proyecto en manos de Robert de Niro (horrorosa elección). Afortunadamente, de Niro tenía problemas de agenda, posiblemente para rodar las basuras apestosas con ínfulas de comedia que hace y fue sustituido por…

2. Turturro: Este actor en una serie? Cuando eres un fan absoluto y sin mediatintas de este pedazo de actor, verlo en el elenco de una serie te hace cuanto menos levantar una ceja. Nunca olvidaremos sus minutos de gloria en El Gran Lebowski, o en la grandísima O Brother, aunque por supuesto también tiene trabajos más serios, como el pizzero Pino en Haz lo que debas, indudablemente de las mejores películas de Spike Lee. Barton Fink (película creada exclusivamente por los Coen para él) supuso el punto más álgido de su carrera, a mi entender.

3. HBO: Llamadme gafapasta, de hecho esta entrada me está quedando pelín pretenciosa, pero es indudable que cuando vemos el comienzo de una serie y se ilumina la pantalla con el logo de la HBO, sabes que cuanto menos te vas a encontrar un trabajo digno.

Muy bien, visto esto, la serie ya tiene mi atención, pero sobre qué va? La serie narra la historia de Nasir «Naz» Khan (buen actor este Riz Ahmed), un estudiante universitario acusado de asesinato que tiene la suerte de encontrarse fortuitamente con un peculiar abogado que decide ayudarlo. Y cuando digo peculiar digo extraño, incluso raro. Es el típico que hace carteles para que te acuerdes de su teléfono en el metro, muy al estilo Jimmy, de Better call Saul. No le interesan los grandes casos, sólo le interesa el poco dinero que puede hacer con este modo de ejercer el derecho, pero es un tipo gris con una enfermedad molesta. Tiene picores, muchos, hasta el punto de que va con traje y sandalias para airear unos pies que horrorizan a todo aquel que los mira. Además se los rasca, sin pudor. Os digo que el personaje es extravagante, pero tiene un halo de misterio, sabes que es un tipo listo pero es un vago redomado, de buen corazón. Son alucinantes las reuniones a las que acude, en plan alcohólicos anónimos, pero de personas que sufren diversas enfermedades de la piel y se ayudan entre ellos.

La serie no te cuenta cómo de la noche a la mañana John Stone, que es así como se llama el personaje interpretado por Turturro se convierte en un super abogado y salva los muebles. Eso sería demasiado fácil. La serie es cruda, y él sabe que es un perdedor, pero a pesar de serlo, quiere ayudar al chaval. Impresionantes las escenas del procesamiento del sospechoso. Es como si lo vivieras, como si estuvieras ahí, en su piel, sobrecogedor. Es tan real que asusta y asistimos a la transformación de un estudiante universitario educado y buen chaval en un tipo duro que tiene que valerse por sí mismo en prisión, y lo hacen tan bien que te lo crees.

No os voy a contar más. Sólo deciros que son tan sólo 8 episodios, siendo el primero y el último dobles, es como si fueran 10, y merece totalmente la pena.

 

En otro orden de cosas…

En breve regresan las típicas series que fueron renovadas, ya os iré contando. Particularmente me ha entusiasmado el estreno de Atlanta, una serie con Donald Glover, uno de los actores de la aclamada Community, que si tuviera que definirla, es una especie de The Wire en un ambiente musical. Los dos primeros capítulos son buenos y a ver si le hago entrada.

En veranos hemos tenido otra temporada de las dignas Killjoys y Dark Matter, ambos proyectos de Scyfy y alguna cosica más que ya os iré contando.

Ah, y por supuesto en octubre vuelve el mejor programa de radio sobre series y cine, Grupo Salvaje, con ganas renovadas y mucha ilusión.

De todos es conocida mi admiración por The Good Wife, la mejor serie procedimental de abogados que hace poco terminó para siempre, generando alguna que otra controversia (deciros que a mí me gustó mucho su final). Incluso antes de su finale, ya iban saliendo noticias de los siguientes proyectos en los que se iban a embarcar sus creadores, y ahí es cuando conocí esta Braindead, que no, no es el clásico gore traducido como Tu madre se ha comido a mi perro.

Sinceramente, al principio estaba preocupado, porque la temática no es que fuera demasiado atrayente: alienígenas que se apoderan de los cerebros de los principales políticos yanquis con unos planes maquiavélicos. De hecho me olvidé de ella hasta que vi que se estrenaba y bueno, le di una oportunidad.

De momento estoy contento porque ha resultado ser un tanto diferente a como me la esperaba. Sí, tiene bichos entrando en los cerebros de los políticos, pero lo interesante es el comportamiento de los afectados a partir de ese momento. Actúan normal, como si nada hubiera pasado, aunque cambian algunos elementos de su personalidad. Por ejemplo, resulta bastante inquietante esa mujer que dice que su marido ya no es su marido, que es otra cosa/persona porque ya no bebe ni gota de alcohol y antes era un bebedor empedernido. Esto le da un toque “Los ladrones de ultracuerpos”, la de Sutherland padre, muy interesante. Se producen momentos de tensión con los que ya han sido “poseídos” que también tienen una pequeña tara física (en la película estiraban el dedo meñique), en este caso traducida en un pequeño balanceo al andar producido por la falta de equilibrio que tienen al haber sido parte de su cerebro devorada por los bichos. Identificar a los impostores se convierte en el primer objetivo de la protagonista de la serie interpretada por una sorprendente Mary Elizabeth Winstead, que no sobreactúa, no es sosa, es todo un encanto.

Como tema de fondo, nos encontramos con los típicos escarceos políticos yanquis que tienen un interés relativo en mi caso, pues es un modo de trabajar que ya hemos visto en infinidad de ocasiones y mucho mejor tratado, como en House of Cards o la eterna gafapastil El ala oeste de la casa blanca. Pese a eso, la serie mantiene su interés y tengo muchas ganas cómo va a evolucionar.

Mención especial tiene el previously, ya que está tremendamente trabajado mediante una canción muy simpática que te va narrando todo el drama que está aconteciendo con una tonadilla super pegadiza. La primera vez te sorprende. El resto de las ocasiones es casi el mejor momento del capítulo, porque es un minuto y medio hilarante.

Y bueno, estoy convencido que llegará aquí en alguna plataforma de las habituales en castellano en unos meses.

En otro orden de cosas….

Bueno, pues como todos, he visto Stranger Things y es tan buena como dicen. Igual me sobra la sobreactuada Wynona Rider, pero es perdonable porque en líneas generales la serie es bastante buena. Posiblemente hablaré detenidamente de ella.

Por fin he terminado Breaking Bad y sí, es una de las mejores series de la historia, una serie que hay que ver en cualquier momento y de hecho se puede, ya que no tiene edad, aguanta muy bien el paso del tiempo. También se ha terminado otra serie longeva, Hell on Wheels, y ha tenido un final muy digno, en el que se han tomado el tiempo necesario para cerrar todas y cada de las tramas, lo que nos ha dejado un buen gusto de boca a todos aquellos fans que hemos seguido las aventuras de estos vaqueros construyendo las vías del primer ferrocarril que cruzaba EEUU.

Estoy enganchado a Unreal, la serie sobre el backstage de los realities sobre parejas y ya voy por la segunda temporada, la actual. Muy interesante todos los entresijos y los juegos y trampas mentales a los que someten a los concursantes.

Preacher me lleva loco. Me gusta, pero es rara rara. Sería para ver con el mismo cuidado que Outcast, que no sé dónde va esta serie, realmente.

Bueno, gracias por leerme, a ver si actualizo con más asiduidad. Un saludo

 

Hola saludos, tiempo sin vernos por estos lares!!!

Hoy voy a hablaros de una serie de las que todo el mundo dice que hay que ver, pero que yo me resistía, debido a que era un spin off de otra serie que nunca había visto: Breaking Bad (sí, lo sé, no tengo perdón, pero esperad al final del texto). El tema es que comencé Saul y no me atrajo demasiado, y la dejé estar. Recientemente, y ante la inminente llegada de la segunda temporada, me decidí a darle una segunda oportunidad. Y la liamos 🙂

Better call Saul, cuya traducción menos literal y más ajustada a realidad sería “Más te vale que llames a Saul”, está ambientada unos cuantos años antes de Breaking Bad y va sobre un abogado un tanto peculiar. Si no has visto la serie madre, ves un abogado majete que tiende a hacer las cosas a su modo, que prefiere jugar un poco con las normas antes que atenerse a ellas. Luego, tengo entendido que se convierte en un abogado de corazón negro, en alguien temible. Con esta premisa, resulta muy interesante descubrir cómo este tipo inofensivo puede llegar a tener tamaña evolución.

La serie juega también con la incorporación de personajes que salen en la serie posterior, pero unos cuantos años antes, y podemos disfrutar de ellos antes de convertirse en señores de la droga, asesinos sin escrúpulos, etc… Constantemente, mientras ves la serie, una pregunta te viene a la cabeza: ¿Qué le habrá pasado a este personaje? Algo le ha tenido que pasar, y eso hace tremendamente divertido su visionado.

Ver la serie es divertido tanto para el que ha visto Breaking Bad, pues puede volver a disfrutar de estos personajes ya olvidados, como el que llega de nuevo, que sabe que pueden llegar a ser importantes en el futuro.

Pero dejad que me centre en Saul, personaje interpretado por Bob Odenkirk, que hace de Jimmy McGill, licenciado en Derecho por la Universidad de Samoa, que toda su vida ha sido un pillo, y no tiene ninguna intención de cambiar. El personaje cae bien, cierto, sobre todo cuando eres testigo del maltrato que le da su propio hermano, un ser despreciable, repugnante, que no quiere que su hermano mejore en la vida y no duda en ponerle todas las zancadillas necesarias. Resulta hasta increíble todo lo que llega a hacer, y hace que te caiga un poco mejor el “pobre Saul”, que tiene su despacho en un centro de belleza asiático, al fondo del todo, en un cubículo infame. Conduce un coche horroroso y no tiene ninguna intención de cambiarlo.

Acaba de terminar la segunda temporada de un modo bastante interesante, pues se dan hechos que van a tener consecuencias futuras, no solo en esta serie, sino en la principal, y no solo para el protagonista, sino para los secundarios, entre los que destaca indudablemente Mike, el angelito que vemos en la foto de arriba y que sabemos que en Breaking Bad es de todo menos bueno y aquí podemos ver su lado más humano. No es una persona normal, precisamente por las cosas que hace, pero sabemos que va a evolucionar y mucho su personaje.

El tema es que me he animado a retomar Breaking Bad, y voy a verla. Ya voy por la mitad de la segunda temporada y ahora la estoy disfrutando bastante más y podré por fin llenar uno de esos huecos que siempre me cuesta tanto explicar que si no los lleno, es porque realmente no quiero hacerlo, aunque en ocasiones reconozco que me estoy perdiendo cosas. Por eso vi The Wire (sobrevalorada, como diría mi compañero de radio Mikel Navarro, en el mejor programa de cine actual llamado Grupo Salvaje), y voy a ver Breaking Bad, aunque algunos agujeros se van a quedar para siempre (Los Soprano).

Es verdad que la radio me quita bastante tiempo para el blog, pero me encanta hacerlo, ya que me dejan unos 15 minutos al inicio del programa para hablar de series, y lo estoy disfrutando muchísimo. Si queréis estar a la última de miniseries brits y de los mejores estrenos, os recomiendo que nos oigais, aunque algún spoiler de The Walking Dead se nos ha escapado esta temporada.

No estoy cogiendo series nuevas, de hecho no se está estrenando nada interesante salvo alguna miniserie, como Undercover, o The Five, o la nueva temporada de la magnífica miniserie Line of Duty. De esta última sí que os hablé en su día. Espero poder hablaros de ellas en breve.

La serie de esta semana es un tanto especial, pues recrea un hecho real, el crimen de O.J. Simpson y todo lo que conllevó. Se le ha llamado serie antológica porque cada temporada va a ser una miniserie independiente, y aunque sabemos lo que pasó, es muy interesante saber cómo pasó, las personas implicadas, cómo se llevó el caso y sobre todo, imagino, que el juicio tendrá una buena parte de la historia. Y me encantan los juicios!!!!

Aunque lo primero que debo hacer es establecer las diferencias con otra serie con la que comparte el nombre, que es American Crime, un drama muy intenso que me dejé pasada la mitad de la temporada. Permitidme que os hable un poco de ella, porque se lo merece. Felicity Huffman (La siempre recordada Lynette de Mujeres Desesperadas) hace un papel impresionante, de una madre cuyo hijo ha sido víctima de un crimen y cómo lidia con eso, con la familia de la novia del hijo, que sobrevivió, y todo ello manteniendo sus estrictas convicciones religiosas rayanas en el histerismo absurdo. Su marido es Timothy Hutton, que es el que tiene que poner un poco de cordura en la situación. Cuando digo que es drama, es que una barbaridad de drama y me la tuve que dejar, eran capítulos muy intensos y en ocasiones producían desasosiego. La serie fue aclamada y renovada por una segunda temporada donde utilizan la misma idea que en American Horror Story, una nueva historia, con los mismos personajes en diferentes papeles, un formato que particularmente me gusta bastante, aunque sigo sin ver esta serie.

Pero bueno, aquí tratamos otro caso, que por cierto está basado en hechos reales, hasta el punto de que han intentado que los actores se parezcan lo máximo a los protagonistas de la historia. John Travolta, el del felpudo en la cabeza, que por cierto es también productor ejecutivo de la serie, hace de Robert Saphiro, primer abogado de OJ. Tenemos a  Cuba Gooding Jr, siempre sobrevalorado, que hace el personaje principal, y sí, vuelve a sobreactuar, pero se le perdona porque probalemente el original OJ era así de histriónico.

Me ha gustado volver a ver a David Schwimmer, el añorado Ross de Friends, sin duda alguna el mejor personaje de aquella mítica serie, que hace de Robert Kardashian, un amigo fiel de la familia que incluso vuelve a ejercer el derecho después de haberlo dejado únicamente para ayudar a su amigo. Es muy curioso el personaje, porque hace de semilelo, de verdad. Excesivamente emocional, ridículamente pomposo y estoy convencido que su prole, las famosas Kardashian de la actualidad, están bastante molestas con el tono que le han dado a su fallecido padre. Por cierto, en una escena salen de niñas gritando frente al televisor totalmente emocionadas el apellido de su padre, dejando entrever el ansia de fama que va a perseguir en el futuro a esta ridícula familia.

Pero volvamos a la serie. Qué puede tener de interés un caso que ya conocemos? Pues básicamente que lo que sabemos es lo que se nos dijo aquí, y hay muchos matices del caso que o no conocimos, o no recordamos y es muy interesante. Sin ir más lejos, el excéntrico episodio del coche blanco, le llaman Bronco, en el que se da a la fuga OJ (vídeo original de la fuga en directo), cuando le iban a detener. Parapetado en la parte de atrás del coche con una pistola apuntando a la cabeza, se pasea por las autopistas de Los Ángeles. Cuando le gente empieza a reconocerlo, llaman a la policía y aquello se convierte en una fiesta de coches de policía, manifestantes con pancartas animando a OJ (recordemos que el chico fue una estrella del fútbol americano). Un momento ridículo muy propio de los yanquis, que incluso cortan las emisiones de las finales de la NBA para emitir la persecución en directo.

Muy bien detallado está el tema de la fiscalía, cómo tomaron las decisiones considerando que trataban con una celebrity, y no una cualquiera. Ahí tenemos a una actriz muy solvente, Sarah Paulson, que nos dejó impresionados en varias temporadas de American Horror Story. La fuga los puso en ridículo pues contaban con la buena fe del abogado Saphiro que desde el principio se ve que juega a dos bandas, siendo su egolatría su principal motivo para actuar. Un personaje odioso.

Independientemente del pelo de Travolta o de la conocida historia, a mí me resulta tan interesante que la voy a seguir, esperando con ansias el juicio, que aquí poco vimos. Quiero ver quiénes eran los abogados principales, cómo planearon la estrategia, todo lo que se habló en la televisión, cómo eligieron al jurado, vamos, lo que a mí me gusta.

Estoy pasando unas semanas tranquilas, el último corte de series que hice fue bastante drástico y me ha ido bien. Volvió la que va a ser la última temporada de American Idol (me encantan sus casting) y alguna cosa ha vuelto, como How to get away with murder, que es más de lo mismo, pero le he cogido cariño a esa serie y voy a seguir viéndola.

Gracias por leerme, y ya sabéis donde estoy 🙂

Holas!!!! Primer post de 2016

Esta semana voy a hablar de una serie un tanto especial por la temática, y es que estas crónicas de Shannara están llenas de elfos, trolls, magia y demonios, unos bichos que dan bien de miedo. Narra las aventuras de un pueblo élfico que debe proteger un árbol milenario llamado Ellcrys que contiene a todos los demonios que quedaron encerrados en sus hojas después de la guerra de las razas (algo que se explica durante la serie). El problema es que el árbol está enfermando y cada hoja que cae es un demonio que queda libre.

La serie no comienza bien, tenemos a la típica adolescente elfa que decide participar en una prueba hasta ahora solo apta para machos machotes. Ya sabemos lo que va a pasar con la prueba. Además, nos han presentado a un elfo chulito y guapetón que se ve que es el novio de la elfa y además ella es la nieta del rey. No, no empezaba bien la cosa.

Surgen nuevos personajes y entre ellos tenemos al verdadero protagonista de la serie, un medio elfo (sí, medio elfo, ahora lo explico) que se ve involucrado en la historia. Cada línea de diálogo de este chico está muy bien cuidada y rebosa humor sutil y cinismo por los cuatro costados. Primer tanto para la serie y ya empiezas a entrever que la cosa no puede ser tan mala como parecía. Lo de los medio elfos lo explican del modo más sencillo, tienen las orejas menos puntiagudas que los altivos elfos que tienen unas puntas muy prominentes, que además decoran!!!!

El chaval es bien simpático, y además lo han juntado con el hasta ahora mejor personaje de la serie, ni más ni menos que Manu Bennet, que posiblemente no os suene, pero si os digo que hizo de Crixus en la mítica serie Spartacus, igual lo recordáis. Interpreta a un druida, una especie de mago que ha estado un montón de años en estado de latencia y ha vuelto a despertar ahora que el peligro es inminente. Las escenas del druida y del medio elfo son muy muy buenas, con abundantes pullas entre ellos, bastante divertidas.

Otro personaje muy interesante es el de la humana Eretria, interpretada por la española Ivana Baquero, que se hizo conocida por la niña de El Laberinto del Fauno, película de 2006. Interpreta a una integrante de un grupo de saqueadores (al final los humanos, los peores). También se ve involucrada en la aventura y la chica trabaja realmente bien. Los saqueadores dan mal rollito y seguro que van a dar muchos problemas a lo largo de la serie.

Bueno, pues la misión de la elfa es encontrar la magia perdida, recorrer todo el reino buscándola, y resultan curiosos los paisajes, pues en muchos de ellos aparecen restos de civilizaciones anteriores, aparecen coches, helicópteros, que los personajes miran con extrañeza y entonces entiendes que la civilización anterior, somos nosotros!!!

Bueno, pues he visto cuatro episodios y me lo he pasado en grande. es una distopía de estas que vemos últimamente en cine, pero en serie. A pesar de que la realiza MTV, y me temía lo peor, la aparición de sangre a porrillo, muertes, demonios más feos que el demonio y sobre todo ese humor muy sutil por detrás de todo, está haciendo de ella una de mis series favoritas de comienzo de año.

Las crónicas de Shannara están basadas en los libros de Terry Brooks y lleva desde 1977 escribiendo sobre ello. Concretamente esta historia que se nos presenta se enmarca en la Trilogía Original de Shannara, un libro llamado Las piedras élficas de Shannara. Me ha entrado la curiosidad y me he agenciado el primer libro de esta trilogía original llamado La espada de Shannara, que como he dicho es de 1977. Tengo muchas ganas por ver cómo comenzó todo.

Además, tiene un tufillo El Señor de los Anillos importante. Esa misión encargada a un personaje noble, ese otro personaje menor que no conoce su poder, trolls a cascoporro y los demonios que de verdad, asustan mucho, y si no me creeis, os pongo una foto

Mi primera recomendación del año. Por cierto, también he empezado a ver Shadowhunters y por poco me da algo. Ésa sí que es una saga sobre magia vomitiva. En 10 minutos me han dado ganas de quitar el episodio (lo he hecho), apagar el reproductor, la tele, la habitación, irme a una esquina y olvidar que he visto semejante bazofia degradante. Si os pica la curiosidad ya podéis ver su glorioso primer episodio, pero que conste aquí que os advertí.

La semana que decidí dejar de ver Heroes Reborn va y la cancelan, menos mal. No deberían haber sacado Heroes del cajón oscuro en el que se encontraba pero no podían resistirse, los superhéroes están dando mucho juego en la gran pantalla y querían algo así para televisión, pero cómo se les ocurre contratar al que hizo y defenestró la original. Insensatos, y así les ha ido.

Quién le iba a decir a Netflix hace poco más de dos años, cuando se dirigió a Marvel chequera en mano para comprar derechos sobre superhéroes, que la cosa le iba a salir tan redonda. Me imagino que la negociación fue sencilla, algo así:

-Netflix: “Hola, qué tal. Mire, es que queríamos comprar unos superhéroes para hacer series”.

-Marvel: (por fin, alguien a quien se la podemos colar) “Huy, pues tengo precisamente unos aquí en este cajón que le podrían venir perfecto”. “Mire, el más importante es Daredevil, pero tuvo una película tan mala, que ahora está pelín devaluado, pero solo un poco”

-Netflix: “Bueno, tampoco pasa nada. Peor no lo podemos hacer”

-Marvel: “Oiga, si quiere le puedo hacer un precio especial por paquete. Le puedo ofrecer además a Jessica Jones, Luke Cage, Iron Fist e incluso la posibilidad de un crossover con los 4 que se llame Los Defensores”

-Netflix: (no conozco ni a su tía) “Estooooo….. venga vale, algo haremos”

Y vaya si han hecho. Daredevil es una barbaridad, una de las mejores series del año, y aunque ahora me doy cuenta de que no le he hecho post, hoy toca hablar de Jessica Jones.

Aquí tenemos a una heroína un tanto peculiar, y le viene como anillo al dedo a este estilo oscuro que impregnaba también a Daredevil. No se mueve tanto en las sombras, pero esta investigadora privada es de armas tomar. Con un carácter ciertamente irascible, la serie tampoco se centra exclusivamente en sus poderes, es más, vienen como algo dado por hecho, sin necesidad de presentaciones, y eso es de agradecer.

Jessica (no le gusta nada que le llamen Jessi) está interpretada por Krysten Ritter, a la que ya tuvimos la oportunidad de conocer en Don`t trust the b—- in appartment 23, una comedia que pasó sin pena ni gloria sobre una chica que se dedicaba a compartir piso con otras chicas a las que les hacía la vida imposible. Tenía momentos simpáticos, pero una serie sin más.

Su Némesis es ni más ni menos que el grandísimo David Tennant, uno de los Doctor Who más recordados y que recientemente tuvo bastante éxito con Broadchurch, una miniserie británica sobre un asesinato en una pequeña población costera. Se da la paradoja con esta serie que los yanquis hicieron un remake con el mismo actor, director y guionista y les salió mal, tuvo escaso éxito y fue cancelado fulminantemente. La serie se llamaba Graceland. Cosas que pasan.

Killgrave, que así es como se llama el malo maloso, tiene un poder fantástico. Puede doblegar mentalmente a quien quiera e inducirles a que hagan cosas. Ese poder, usado para el bien, puede ser genial: imaginad una toma de rehenes donde alguien pudiera convencer al secuestrador de que deponga su actitud. Pero la verdad es que usado para el mal, puede llegar a corromper, y si ya de por sí estás medio tarado, puede acabar de tararte del todo, y en esta serie éste es el caso. Puedes inducir a personas a que maten a otras personas, por ejemplo, o esa escalofriante escena en una comisaría donde se obliga a todos los policías allí a que se apunten a la cabeza con sus armas reglamentarias. Esas caras de espanto de no saber cómo negarte, de estar influenciado a hacer algo que no quiere hacer. Es una pasada.

Y claro, ¿cómo te enfrentas a este poder? Es realmente complicado, y aquí es donde creo que la serie flojea más. Un francotirador, un headshot y adiós problema, pero claro, adiós serie. Y es que es verdad que se nota alargada la trama, que se podría haber acabado mucho antes con Killgrave, se dan situaciones absurdas como esa especie de reunión de alcohólicos anónimos que se reúnen para contar lo frustrados que están tras haber sido sometidos por Killgrave (esas escenas no hay por donde cogerlas).

Tampoco me acaba de convencer que el poder de Jessica no esté bien definido. Vemos muestras, sabemos que es muy fuerte, pero un simple golpe en la cabeza con un madero puede dejarla inconsciente y es un poco caótico.

Voy por el capítulo 11, y pienso que en 6-8 episodios les hubiera quedado la serie redonda. No es que no me guste, la verdad es que me gusta mucho, pero así como Daredevil sólo tenía un episodio un poco más flojo, y sólo un poco, en ésta mi apreciación es otra. La recomiendo? Pues sí, por supuesto, es una buena serie, pero ni de coña es lo mejor del año ni mucho menos. Para eso tenemos Daredevil o Fargo, que está haciendo una segunda temporada para quedarte boquiabierto. Aviso.

Después vendrá Luke Cage, que lo que hemos podido ver de momento nos ha gustado bastante, ya sea por el actor, ya sea por el carácter tan interesante que se nos presenta. Una persona con habilidades que regenta un bar, que no quiere meterse en problemas, y que tiene la piel indestructible.

Ya queda poco para terminar el año, y tengo intención de hacer una entrada más al menos, pero no una de esas de «lo mejor del año», eso es un rollo y estamos hartos de tanta lista. Os traeré una serie nueva, y por supuesto, muy buena.

Gracias por leerme!!!

Esta semana os traigo otra mini serie británica protagonizada por el actor que más muere en el cine, el gran Sean Bean, que hizo de Boromir en el Señor de los Anillos o de Ned Stark en la serie Juego de Tronos.

Ambientada en el Londres del Siglo XIX, nos cuenta la investigación policial que se construye tras la aparición de varios cadáveres que comparten una siniestra similitud: todos parecen estar hechos de miembros de varias personas. Con esto os podéis imaginar que no es la típica historia de Frankenstein, sino que estamos ante un universo reimaginado, aquel que utiliza personajes y hechos de otras historias para construir una nueva. Con los vampiros se ha hecho mucho, pero con el amigo Frankenstein no se había hecho tanto.

Lo primero que impresiona de la serie es la ambientación, la humedad, la metodología del trabajo policial y lo poco organizada que estaba la policía de la época, incluyendo el poco respeto que se les tenía a los inspectores. Cómo funcionaba el parlamento, cómo se aprobaban las leyes.

No matéis a Sean Bean

Sean Bean interpreta a John Marlott, y sabemos que lo va a hacer bien, porque es un buen actor, aunque la pregunta que queda en el aire es si va a morir o no. Esto tiene su sentido porque hace unos meses se hizo famosa una campaña en la que el actor llevaba una camiseta con el hashtag #dontkillseanbean e incluso hubo una campaña viral. El actor estaba harto de durar poco en las películas y en las series, de hecho se había convertido en un Y.O.L.O.S (you only last one season – tú sólo duras una temporada). De hecho, la página que se creó sigue en activo. Y por qué digo esto? Por la maldita IMDB (internet movie data base), esa página que es la biblia para todos aquellos que queremos saber de actores, directores, etc… Pero se puede equivocar, y esperemos que sea así porque en este caso dice que el señor Bean sólo sale en 2 de los episodios programados, de los que no te dice cuántos, pero por otras fuentes sabemos que son 6, concretamente en este anuncio en prensa.

Entonces, si la serie tiene 6 episodios y la Imdb dice que solo sale en 2. Lo matan? Acabo de soltar un spoiler? Pues lo chulo de esto es que no lo sé, y vosotros tampoco lo sabéis, porque nadie ha visto el episodio 2. Me arriesgo a decir que la web se equivoca, y que nuestro aventurero inspector por fin va a durar una temporada entera.

Pero bueno, volvamos a la serie. Nos habíamos quedado en el Inspector John Marlott, que por supuesto no es una persona normal, y también lucha contra sus demonios interiores, sintiéndose culpable de la muerte de su mujer y su hija. El Secretario de Interior muestra interés en el caso, aunque intuimos que tiene alguna segunda intención. Personajes que veremos aparecer son William Blake, el pintor poeta, y por supuesto Mary Shelley, la escritora de la novela original. Es lo que tiene el universo reimaginado.

Anoche salió el segundo episodio y ardo en deseos de verlo para conocer no solo el futuro del señor Bean si no también el de estos chiquillos que desaparecen y que se convierten en la trama central de la serie.

La seguiré viendo, pese a que algún insensato me ha dicho por twitter que no le parece tan buena. Sí, les perdonamos, no siempre saben lo que dicen y sí, tengo twitter, que hace tiempo que no lo recuerdo #eapendergast

Bueno, gracias por leerme!!!!

Si me dijeran que iba a estar valorando una serie de Netflix sobre Pablo Escobar y el origen del cartel de Medellín, probablemente no me lo creería, y es que a priori el tema no me parece demasiado atrayente, pero os tengo que decir que es posiblemente una de las sorpresas del año y a buen seguro estará luchando con otras por ser una de las mejores series de esta temporada.

Bueno, ya he avanzado que ha sido Netflix quien ha producido esta serie, y la estrenó el 28 de agosto. Está dirigida por José Padilha, director de una película muy dura y muy impresionante llamada Tropa de Élite, de 2007, sobre el Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militar de Río de Janeiro que tiene como misión apaciguar la favela sita en el Morro do Turano con motivo de la visita del papa Juan Pablo II de aquel año. Cruda, directa y realista, la recuerdo perfectamente, pero a quien no recordaba era al actor principal, Wagner Moura, que interpreta precisamente a Pablo Escobar en esta serie que estoy comentando.

Ni qué decir tiene que la serie gira argumentalmente en torno a Escobar y la interpretación de Moura es brillante, comedida, intensa. Es un maestro del juego de miradas, a pesar de que viene limitado por las posturas de un personaje con sobrepeso y quizás por la única crítica que se le puede hacer a este actor: su marcado acento brasileño que poco pega con el acento colombiano.

Son 10 episodios que te dejan sin aliento, siempre con ganas de más. Históricamente es perfecta, parece del canal historia, de lo bien ambientada que está. Comienza la serie, en los años ochenta, con un vuelo de un avión de la CIA intentando captar llamadas de teléfonos móviles para, junto con una unidad móvil en el terreno, tratar de triangular las coordenadas y encontrar una mejor posición para realizar escuchas.

Se nos presenta a un agente de la DEA que, harto de ver Miami inundada de droga, voluntariamente pide el traslado, junto con su mujer, a Colombia, para tratar de luchar contra la plaga desde el origen. Es impresionante la voluntad de este agente, que por supuesto se sorprende de los métodos de los policías colombianos, pero es de agradecer que la serie no explote esa “indignación”, y el personaje finalmente acepta que las cosas se hacen de un modo un poco diferente en ese país, y se acostumbra a ello.

Tengamos en cuenta que la corrupción policial era abrumadora, pero es que allí la frase “plata o plomo” se llevaba al orden del día, y el policía que no aceptaba los sobornos de los narcos era acribillado a los pocos días. Impresiona la buena imagen que nos dan de los políticos colombianos, los valientes que por no plegarse a las condiciones de los narcos (por ejemplo, por no negarse a la extradición a EEUU de los narcos detenidos), eran asesinados salvajemente hasta el punto de que era complicado encontrar candidatos para presentarse. Una situación caótica que la serie refleja a la perfección.

Son tan chulos los de esta serie, que se atreven a mezclar imágenes de personajes reales con los de la ficción, y es que se parecen muchísimo, han conseguido actores que dan el pego totalmente y se pueden permitir esos lujos. Eso para el espectador es genial, porque tenemos la oportunidad de ver al personaje real, las situaciones que vivió, y nos produce una sensación de inmersión que es una gozada.

Como veis, no puedo decir nada malo de esta serie, no tiene episodio flojo o malo. Resulta increíble que sea capaz de eclipsar incluso a la que hasta ahora había sido la mejor serie del año, Daredevil.

Saludos a todos y gracias por leerme