El drama en su justa medida
Me resulta complicado ver dramas. Ese acercamiento a la realidad puede llegar a ser molesto en ocasiones y prefiero evadirme a otros mundos, viajar la noche con vampiros o luchar contra hordas de zombies ligeros de piernas. Además, siempre tenemos el crimen, por supuesto. Una novela negra puede tener cada uno de los componentes que hemos hablado, y mantener una coherencia, un ritmo que te atrape y no te haga sufrir tanto. De novela negra, y de Pamplona Negra, hemos estado servidos esta semana del 24 de mayo. Una iniciativa magnífica, cita ineludible cada año.
Pero volvamos al drama. Si se pasa la tuerca puede llegar a ser demasiado agobiante, como me pasó con This is us, que la tuve que dejar en la tercera temporada porque ya era un sufrimiento continuo y, por muy buena serie que fuera, quedó abandonada.
Hace unas semanas comenté Them, la serie de terror que se basaba en el drama tremendo del racismo y el ya manido discurso de “el hombre da más miedo que cualquier monstruo”. También lo vimos en menor medida en la fallida Lovecraft Country.
Siguiendo el añorado sistema de capítulo semanal, este 18 de abril se estrenó Mare of Easttown, sita en una pequeña localidad de Pensilvania donde ocurre un asesinato local y la detective del lugar debe investigarlo.
Hasta ahí todo normal, lo hemos visto en muchísimas ocasiones, pero esta serie venía respaldada por Kate Winslet, actriz que no se ha prodigado mucho en estos lares. La historia te atrapa desde el principio debido al excelente trabajo de creación de personajes. La detective Mare es un personaje complejo, en un momento de su vida muy complicado: su hijo se suicidó, lucha por la custodia de su nieto contra la madre drogopendiente. Su exmarido se va a casar de nuevo y su vida amorosa es un desastre. No se arregla ni se maquilla, vemos a un personaje de verdad, que nos lo creemos desde el primer momento.
Ahí coge fuerza la serie, porque vemos personas cercanas, que se apoyan en el buen trabajo de grandes secundarios. Tenemos a Jean Smart, magnífica actriz en su madurez, que hace doblete porque también la podemos ver en la comedia Hacks, serie de la que no he hablado pero es una comedia muy chula sobre una veterana actriz de comedia que se apoya en una joven guionista para “mejorar” y actualizar su repertorio. Aquí hace de madre de Mare, la gran luchadora silenciosa, que aguanta lo que hay que aguantar mientras los demás no paran de recriminar y se quejan constantemente de sus vidas.
Amiga de Mare, tenemos a Julianne Nicholson, otro contrapunto dramático que vimos recientemente en The Outsider, la estupenda adaptación televisiva de la novela de Stephen King. Finalmente, también aparece un renacido Guy Pearce con un personaje muy coherente, breve pero muy importante.
Tengo que destacar la interpretación de Evan Peters, actor al que le sigo la pista desde la otrora buenísima serie American Horror Story. Da un contrapunto en ocasiones cómico (no lo puede evitar este chico, le sale de modo natural). Ver cómo va mejorando como actor, con papeles más importantes, es muy satisfactorio. Dará mucho que hablar, estoy seguro.
Lo que hace atrayente esta serie, además del crimen por resolver, es el uso adecuado del drama, presente en todo momento en la serie, en cada una de las decisiones de la protagonista, pero sin llegar a agobiar. Tienes tus momentos de congoja, claro. Decisiones difíciles a tomar por los personajes, que al final ya sientes como si los conocieras.
La serie en conjunto es muy buena, como dicen en el grupo de SRP en telegram, de lo mejor del año, pero esta vez de verdad.
Esta tarde en Grupo Salvaje hablaré de ella, posiblemente, y contaremos con la presencia de la autora navarra Susana Rodríguez Lezaun que, como directora de Pamplona Negra, vendrá a contarnos cómo fue el festival y darnos una valoración de estos días. Se encuentra además inmersa en la promoción de su última novela, Bajo la piel, el primer libro esperemos de muchos, con Marcela Pieldelobo, una inspectora un tanto peculiar pero que me atrapó desde el primer momento.