http://www.youtube.com/watch?v=ATbkoMTsjnA
La fotografía de una españa con minúsculas, un campo abierto de esclavitud de amos y siervos. Donde la desgracia es cotidiana, y los perros huelen al hombre que nunca lo fue, son animales dóciles de sarna por vida y pulgas que ni siquiera saltan, se arrastra el espíritu de la libertad mas escondida que nunca. El vuelo de la milana indica el cielo, pero ni siquiera existe y vuelve con Azarías pues la amistad cuenta para ella. El día de los santos inocentes no es una broma pasajera, es literalmente lo que es, no va mas allá, son santos y son inocentes, santos arraigados a su tierra, no conocen mas allá de ella, inocente su alma… todavía siguen ahí, esperando que alguien los libere, es ahora cuando se han dado cuenta.
Autor: marco
La misión.
Ennio Morricone nos ha dejado un legado de leyenda, aquí su música, el hombre y la naturaleza se funde en uno solo, esa fusión de conquista y evangelización tan discutida y aberrante, un choque de culturas tan abobinable y a la vez tan comprensible para las mentes de la época. La dualidad entre el bien y el mal esta presente de forma continua al igual que su confusión, solo Morricone nos saca de dudas con su sonido angelical emotivo y humano, la mejor comunicación entre los hombres es la armonía de vivir sin ataduras, aunque sea de manera muy diferente, la palabra de Dios estoy seguro que comulga con esa libertad, nunca con la imposición… Jeremy Irons y Robert de Niro representan esa dualidad. Los indígenas la libertad.
http://www.youtube.com/watch?v=1czsC7hmVBoAmerican Psycho
Christian Bale sublime encarnando al yuppie Patrick Bateman, frío, egocéntrico y complejo personaje, carente de sentimientos y sumido en una enfermiza ambición que le corroe a dentelladas de ese animal llamado envidia. Impresionante el monólogo que establece al llegar a su casa, una casa luminosa y nuevamente fria, sin sensación del concepto hogar.
Las escenas de violencia, pese a toda la sangre, así como las de sexo, están rodadas con muchísima sobriedad y estilo, de nuevo representativos del mero divertimiento, sin ningun recargo moral, sino más bien como exaltación egocentrista de Bateman, que para él representa este truculento ritual. Estas secuencias, pese a que no muestran en sí nada, resultan extremadamente duras, pues no es lo que se ve sino lo que se está diciendo lo que tiene mayor impacto sobre el espectador. Muchas escenas son espectaculares, yo me quedo principalmente con dos, el momento en el que comparan targetas de presentación, y el acto sexual de Bateman con dos prostitutas a ritmo de «sussudio» y mirándose al espejo como única exhibición.
Para encarnar este complejísimo personaje, lejos del bochorno que se imagina uno si la elección final hubiera sido Leonardo DiCaprio, Christian Bale está soberbio, si la película fuera más complaciente para todos los sectores del público, yo diría que de Oscar. Pero el espléndido actor, una vez superado su paso a la edad adulta, ha preferido levantar ampollas a cambio de los encantos de este psicópata brutal a la vez que vulnerable, en cierta manera víctima de la superficialidad de su entorno. Bale transmite todos los matices de una mente compleja en una simple expresión facial: ambición, locura, compasión y también ternura… prácticamente todos los registros son abarcados por este personaje bombón. Además, es loable su trabajo físico, pues también requería explotar todo su atractivo para resultar todavía más turbador. Un aspecto inmejorable una estética general perfecta que refleja a conciencia la estética de los 80 y el pijerío de los jóvenes ejecutivos en alza (yuppies) tan de moda en aquella época y tan novedoso entonces. La música, el look, la ropa… simplemente perfecto. En definitiva, hay que verla dos veces por lo menos. Digna de análisis.
http://www.youtube.com/watch?v=jv1n70le0Do
El Código Da Vinci
Qué puedo decir ya que no se haya dicho de este polémico best seller llevado al cine… es ahí donde me centro, cinematográficamente hablando creo que sin lugar a dudas la escena final es lo mejor de la película con diferencia acompañado por el espectacular tema de Hans Zimmer «Chevaliers de Sangreal», os dejo con dicho momento, no sin antes avisar que por favor si no la han visto no vean el video que les brindo, ya que es justo el final. En todo caso animo a visionarlo, grandioso, sentimental y entrañable.
Conan, el bárbaro
Excepcional banda sonora de Basil Poledouris, algo que hace perpetuos los momentos de esta película legendaria de personajes y mundos de los tiempos mas remotos y mas salvajes, arrancados de las tiras de un comic polvoriento que ya nadie apenas recuerda. Y recuerdo un Conan crucificado y moribundo expuesto al sol de buitres ambrientos, y divisa en el horizonte una silueta que corre en su ayuda, parece un espejismo pero no lo es. The Orgy suena en estos momentos para trasladarme a la secuencia bacanal del vicio mas descarnado, es entonces cuando aparece nuestro musculoso protagonista, perfecto para el papel (de poco diálogo y muy visual) quizas lo mejor del malo de Arnold junto a Terminator. Invoca a su dios Crom y levantando ambos brazos con su espada avisa amenazante al antagonista, geniales y para siempre galopando entre la nieve con su estandarte de dos serpientes enfrentadas. La venganza de Conan es la de un niño (Jorge Sanz por cierto) que crecerá haciendose fuerte para calmar su sed de ira por el asesinato de sus padres, y mil aventuras le perseguirán en la compañía de sus bandidos compañeros… y correrá peligros, se enfrentará a demonios y ganará fama… y se convertirá en rey… Pero es es otra historia.
http://www.youtube.com/watch?v=5ipKMX2Jh6g
Cinderella man.
El hombre cenicienta lucha por su vida, por su familia, consigo mismo contra el tiempo. Basada en un hecho real, la temática aborda los problemas familiares después de la gran depresión estadounidense. En este caso se centra en la vida de un boxeador veterano que tendrá una segunda oportunidad. Esperanza, mensaje de este drama que también trata de boxeo, pero que va mas allá, al hablar de los golpes de la vida; mucho mas duros que los físicos. Nos regala momentos entrañables y terribles como la del hijo que roba para comer y llora arrepentido en los brazos de un padre ejemplo de honradez, la comida antes del combate metiendo la cara en un cuenco, el duro episodio de tener que «pasar la gorra», la apariencia de su manager (genial), o los momentos de amor conyugal. Sensible, dura y real, la historia de un hombre que siempre estuvo «bajo presión», con esa canción les dejo el video:
http://www.youtube.com/watch?v=9sQKB8xwWlk
El apartamento.
Una partida de cartas inacabada que habla de amor, una comedia romántica que habla de soledad. Soledad multitudinaria de naúfragos enamorados.
http://www.youtube.com/watch?v=kmUXCI_Px5I
Cadena perpetua.
Y desempolva el disco preso del olvido que rescata para escuchar su libertad, y la hace partícipe por un momento de la vida de muros y añoranzas. Mozart sobrevuela el patio recordando que el cielo existe, mientras sube el volumen de la esperanza.
http://www.youtube.com/watch?v=KEioKnYL7CQ
Gilda
Título original: Gilda
Año: 1946
País: USA
Duración: 110 min
Estreno en España: 1946
Estreno en USA: 1946
Director: Charles Vidor
Reparto: Rita Hayworth, Glenn Ford, George Macready, Joseph Calleia, Steven Geray, Joe Sawyer, Gerald Mohr, Robert E. Scott, Ludwig Donath.
Productora: Columbia.
Género: Drama.
“No ha habido nunca una mujer como Gilda”, decían los carteles de esta película cuando se estrenó. Sesenta años después, esa fascinación sigue intacta. Nosotros envejecemos, pero Gilda mantiene su legendario embrujo, nació para quedarse en nuestros sueños cinéfilos.
“Gilda” es esa magia que de tanto en tanto surge destilando buen cine y crea leyenda, como ocurre con “Casablanca”, “Lo que el viento se llevó” y tantas otras. Es un soplo único, irrepetible (de hecho, intentaron repetir el éxito reuniendo al mismo equipo y apoyándolo con un mayor presupuesto en “La dama de Trinidad”, y la magia no apareció por ningún lado, aunque la Hayworth bailaba como los ángeles en esta producción), lleno de secuencias y diálogos que se te clavan en la mente, en la que quizás es una de las mejores películas de cine negro de todos los tiempos. Curiosamente, y esto lo comparte con “Casablanca”, pese a ser Rita la mayor estrella de la Columbia, la película comenzó sin tener un guión acabado ni tampoco tener la menor idea a dónde irían a parar todos estos personajes en los que nada es lo que parece… sino muchísimo peor. Según iban rodando, iban creando nuevas secuencias (algunos de los diálogos se añadieron en doblaje), incluso los famosos números musicales de “Put the Blame on Mame” y “Amado mío” se realizaron casi finalizando el rodaje. No importa que Rita no supiera cantar. Nadie se movía como ella, nadie podía interpretar un personaje como este. Cuando dice en un diálogo memorable que si “fuera un rancho, se llamaría Tierra de Nadie”, quedas sobrecogido. El lucimiento que realiza en cada secuencia es espectacular. No es sólo belleza (es cierto, nunca hubo otra como ella) es la fuerza y la vulnerabilidad a un tiempo. El maravilloso número en el que ella se venga de Johnny interpretando en el casino el tórrido “strip-tease” pasa con justicia a la historia del cine (remata con la famosa bofetada).
“Gilda” es una obra maestra, en la que todos los detalles que hacen una gran película están ahí con la máxima expresión. Una fotografía maravillosa de Rudolph Maté; una dirección artística que hacen un Buenos Aires improbable pero imborrable; las actuaciones prodigiosas con un Glenn Ford destilando una química insuperable no sólo con Rita, sino con Geoge Macready con el que mantiene una relación homosexual brillantemente insinuada (o un trío, pues siempre está un “pequeño amigo”); y Steven Geray, como “Tío Pío”, un personaje único en toda la historia del cine negro.
Hay que saborear “Gilda”, tiene el sabor del cine legendario, de cigarro glamouroso apoyado en la boquilla alargada del mas humeante estilo, de vestidos entallados y guantes de media manga, vestida de noche, tentación llamada Gilda.
http://www.youtube.com/watch?v=KbeMuxZcOk8
La noche americana.
No se quejará señor Arizaleta, sus peticiones son pequeños homenajes que con gusto le brindo 🙂 La película que tratamos es una celebración nostálgica de la alegría de hacer cine, la última de las artes comunales, «La noche americana» que todo estudiante de cine debe ver obligatoriamente al menos una vez en su vida. Es también, con seguridad, la película que le acompañará, por siempre, en los momentos dulces y amargos de su carrera tras las cámaras.
En «La noche americana» Truffaut rinde un sentimental tributo a la fábrica de sueños que fue el cine industrial de los años dorados. La filmación de «Les presento a Pamela» será la última que se lleve a cabo en los estudios de Niza, antiguo centro de la abundante producción fílmica francesa.(Como para no trabajar a gusto en la Costa Azul 8) ) Los estudios serán demolidos y convertidos probablemente en complejos habitacionales o comerciales, despojados de su antiguo esplendor.
La filmación transcurre enmedio de inumerables vicisitudes. Las estrellas de antaño ya no emiten el mismo fulgor. Los nuevos rostros, como el de Julie, quizás sean efímeros y no posean la fuerza suficiente para brillar por décadas, como sus antecesores. El equipo técnico y artístico tiene vidas más complejas y emocionantes que las de los personajes de la cinta que se está filmando.
¿Por qué entonces hacer cine? parece preguntarse Truffaut-Ferrand, duplicándose como director al frente y detrás de la cámara. ¿Se ha convertido el cine en una práctica mecanizada, sin la mística del pasado? ¿O es que acaso todo este andamiaje de mentiras que es el cine no posee algún significado?
Truffaut aborda al cine como una obsesión personal. Sus películas, hasta la ridícula «Pamela» del rodaje ficiticio de «La noche americana», están impregnadas de sus sueños y pesadillas de infancia. El Ferrand-Truffaut que deambula por los estudios, resolviendo problemas del rodaje y de la vida personal de su equipo, es un director que vive para el cine. Welles, Hitchcock, Renoir y sus demás héroes están allí, junto a él, en todo momento.
¿Debe ser el cine una misión de vida para el director? Para Truffaut no parece haber otra respuesta más que «por supuesto». El cine es una mentira necesaria, como el efecto de la «noche americana», creado por los directores para hacer más amable la áspera realidad de sus espectadores.
Así como se filma substituyendo la noche por el día, las películas substituyen los momentos de vida intrascendentes y los convierten en recuerdos gloriosos.
Cinta maravillosa e irrepetible, «La noche americana» ha acompañado los recuerdos de millones de cinéfilos en todo el mundo. Gracias a directores como François Truffaut y a películas como «La noche americana» hay por allí, en algún rincón de este planeta, un adolescente que sueña con el cine y que algún día llegará a filmar una película, de esas que se quedan para siempre en nuestro corazón… por ahora tenemos el programa de Ortega que no esta nada mal 😆 😆
http://www.youtube.com/watch?v=gjquhBnkZk8