Almas de metal (Westworld)


Fue la primera película en la que se utilizaron efectos digitales, y la primera que trataba algo tan imposible en aquella época como los parques temáticos, estamos hablando de 1973, aunque por supuesto existían parques de atracciones, la noción de parque temático como lo entendemos hoy en día era casi ciencia ficción. Y el argumento es una idea original muy brillante. Estamos ante un clasicazo de Serie B, con ese Yull Bryinner memorable que se parodia a sí mismo haciendo un guiño a su «Cris» de «Los 7 magníficos» pistolero negro que en esta ocasión es villano. Un James Brolin como secundario de lujo y ese protagonista que luego fue director Richard Benjamin, débil antihéroe que se forjará a sí mismo en una expreriencia tan dificil como es simplemente sobrevivir.
El film es para saborearlo y volver a saborear acompañado de unas ricas palomitas y una refrescante bebida. No se la pierdan.

Series de nuestra vida: El equipo A.

En 1972 cuatro de los mejores hombres del ejercito americano que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido, no tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos, hoy buscados todavía por el gobierno sobreviven como soldados de fortuna, si usted tiene algún problema y se los encuentra quizá pueda contratarlos… EL EQUIPO A

http://es.youtube.com/watch?v=OAIGSGYgi34

Explosiones, coches que saltan, disparos al suelo, ferreterías improvisadas, puñetazos… Balance total: Cero daños, ningún rasguño, los malos en la trena y el Equipo A que desaparece sin cobrar. Estamos ante una mítica serie para niños, juvenil, de una inocencia educativa de claros rasgos estereotipados:

La fuerza (M.A.) La inteligencia (Aníbal) La astucia y/o belleza (Fénix) La locura/humor (Murdock) Todo ello conjugado en un cocktail perfecto de acción. Esas escenas de acción que jamás fueron violentas y en las que ningún “malo” causó baja. Simplemente daban con sus huesos en la cárcel. Una serie diseñada y entendida para los 80, aunque hoy en día sigue despertando interés entre los más pequeños y entre los más nostálgicos.

En 1972 cuatro de los mejores hombres del ejército estadounidense que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito de robo «que no habían cometido». Estos cuatro hombres eran el coronel John Smith (Hannibal), el sargento Bosco M.A. (Barracus) , el capitán M.H. (Murdock) y el teniente Templeton Peck (Fast). Juntos formaban El Equipo A. El delito «que no cometieron» fue el de atracar el banco de Hanoi para acabar antes con la guerra en la que estaban metidos. Por desgracia, al volver a la base, ésta había sido asaltada y todos sus superiores estaban muertos, por lo que no quedaba nadie para demostrar que habían atracado un banco bajo órdenes. Aunque empeoraría mucho su situación, los cuatro miembros del Equipo A decidieron fugarse de la prisión donde estaban recluidos, convirtiéndose de esta manera en fugitivos. A partir de ahí, el ejército estadounidense, junto con la policía militar y el apoyo del Gobierno de los EEUU, emprenden la búsqueda del Equipo A con el fin de arrestarles, someterles a juicio y meterles en prisión.
El Equipo A nunca está en el mismo sitio más de dos días, ya que constantemente están huyendo de las leyes judiciales aún siendo, recordamos, inocentes. Para poder subsistir, deciden hacerse «soldados de fortuna» (como rezaba la intro original), y realizar trabajos para la gente necesitada. A cambio de un incentivo (el precio depende del trabajo a realizar), el Equipo A hará el trabajo que se le pida. No obstante, que levante la mano aquel que viera que al final de algún episodio el bueno de Hannibal Smith y sus muchachos les cobraran algún dinero a sus siempre desvalidos clientes.
Aunque dichos clientes siempre son distintos, los trabajos a realizar suelen ser básicamente los mismos: defender un pueblo de una banda de ladrones, obtener información sobre algún sujeto concreto, etc. Las misiones debían hacerlas rápido y sin levantar mucho revuelo, ya que podían ser descubiertos y verse acorralados por el Ejército. Personalmente opino que junto al coche fantástico es la serie más mítica de la historia. Y la furgoneta… esa GMC…
Mi mejor recuerdo es su homenaje, hasta siempre EQUIPO A.
http://es.youtube.com/watch?v=jMkCWsqcMkk

Series de nuestra vida: El coche fantástico.

El coche fantástico… es una trepidante historia de un hombre que no existe en un mundo lleno de peligros.
Michael Knight un hombre solitario embarcado en una cruzada para salvar la causa de los inocentes, los indefensos, los débiles dentro de un mundo de criminales que operan al margen de la ley
http://es.youtube.com/watch?v=RFf8fLEF7R8&mode=related&search=

La serie fue producida por Glen A. Larson, creador de Battlestar Galactica entre otras series.
K.I.T.T. El nombre del coche corresponde a las siglas Knight Industries Two thousand (Knight industrias dos mil) La empresa privada del proyecto. Knight, que significa caballero, es el apellido pseudónimo de Michael, su conductor; un guiño a esta especie de caballero andante moderno.

La serie tuvo una enorme repercusión y éxito sin igual, una época dorada en la televisión de los 80, era la época de la nocilla, el colacao, los juegos en la calle y la llamada de la tele solo para merendar. En fin, a pesar de esos andares desgarvados y horteras del Hasselhoff (y sus más que discutidas dotes para la interpretación) su binomio con aquel mitico Pontiac hablador y tuneado fue un verdadero cocktail para el éxito. Y quien no recuerda al Señor Devon con su camión… EL COCHE FANTÁSTICO UNA SERIE PARA EL RECUERDO. (Esta serie hizo que hablara con mi reloj :wink:)

Se habla de un proyecto que supuestamente verá la luz en 2008, un remake para la gran pantalla de un modernizado y rejuvenecido coche, ahí va una foto de ello, veremos.

http://www.blogdecine.com/images/kr2008.jpg

Os dejo con su visita a nuestro país hace justamente 20 años:

http://youtube.com/watch?v=3MAHIibRi3Y

Rollerball


Como pronosticaba la película de Norman Jewison «Rollerball» de 1975, el futuro deportivo e incluso privado del deportista será controlado por la Corporación, algo que lamentablemente ya no es tanta ciencia ficción hoy en día. Lo podemos ver actualmente en el ciclismo, el fútbol, la fòrmula 1… donde prima el negocio, el dinero, las marcas, y en un segundo plano queda el espíritu del deportista, la nobleza, el honor. Espero que surja esa estrella llamada Jonhatan E. (James Caan) para poner el sistema patas arriba y dominar el deporte únicamente con el sacrificio y el sudor sano de su frente. Te esperamos.

La figura del Sr. Bartolomew, (Magistralmente interpretado por John Houseman) ese todopoderoso del sistema, que maneja las reglas del juego, que domina las vidas de sus marionetas, un futuro tan lejano y tan próximo a la vez. El espectáculo gladiador de una arena del circo trasladada al futuro, a la actualidad; probablemente no hayamos cambiado tanto, somos mismos rostros en distintas épocas. Menos mal que todavía podemos cambiar todo esto. Hay Jonathans para darse cuenta de ello.
http://es.youtube.com/watch?v=XkcE8mYoIGY

Curioso diálogo:

“Dulces sueños Mumpy, Has cogido una mala costumbre, ¿Sabes qué sueños tendrás con ese mal hábito? Soñarás que eres un ejecutivo, que tienes todas las riendas en las manos, que tomas decisiones… ¿Quieres que te diga una cosa Mumpy? ¿Sabes lo que sueñan esos ejecutivos detrás de sus escritorios? Sueñan que son grandes Rollerballers, sueñan que son Jonathan, que tienen músculos, que son fuertes y luchan…

Este es un gran equipo, una gran ciudad… y un gran público el de esta noche.”

Genial Rollerball, uno de esos clásicos de serie B que con los años va ganando enteros, de su remake mejor ni hablar, sin duda el de 1975 es uno de esos films que más allá del entretenimiento busca una reflexión. Y reflexión es lo que evoca tambíen la figura de nuestro protagonista y su éxitosa y triste existencia:

La tristeza del hombre solitario que recorre los pasillos de vacío musical y amor nostálgico ya perdido. La corporación se lo arrebató, la sociedad lo hizo y queda en sus ojos la mirada sin destello que divisa la figura femenina del espejismo de su precio.

El gran Newman en acción (El premio)

Retomamos la proyección de un cine que le pedía a Marco un baño refrescante en la mejor de las compañías. Y en una de esas noches de relax, qué mejor que disfrutar y saborear el buen cine de apariciones estelares que marca en la retina del espectador la clase innata del gran Paul Newman. Como todos sabeis mi actor preferido.

Este es uno de mis momentos predilectos cuando de forma magistral el genio muestra irónicamente ese toque personal que siempre le hizo destacar, ese punto superior que lo aventajó por encima de todos.

El momento es sublime, disfruten de ello y sientan que su forma de vivir el cine marca una personalidad, un carácter. Sin duda una de las mejores ruedas de prensa de la historia 😀 , que gran premio nobel… Allá va:

Antonioni también nos dejó.


El director italiano se despidió de su público tranquilamente en un sillón de su casa de Roma. Justo el mísmo día en que nos dejaba el gran sueco Bergman. El destino nos hizo un guiño cinéfilo.

Y es que llevamos unos dias de tristes despedidas de la gran pantalla, pero el legado cinematográfico hace que siempre estén vivos entre nosotros, una herencia de leyenda.

Realizadores de distintos países elogiaron su estilo y originalidad. El director italiano tenía 94 años y era autor de clásicos como «La aventura», «Blow Up», «El pasajero» y «El desierto rojo», entre otros. El funeral se realiza hoy jueves en Ferrara, su ciudad natal.

El mundo del cine sintió la muerte de Michelangelo Antonioni, uno de los grandes directores posterior al neorrealismo italiano. Varios realizadores, así como autoridades de su país, destacaron el estilo crudo e innovador de sus películas.
La muerte de Antonioni, quien irrumpió en el panorama cinematográfico con películas que por primera vez representaban los problemas y angustias del hombre moderno, cierra un ciclo histórico en el cine italiano. «Perdemos a un intelectual brillante y sensible, un gran cineasta, un refinado observador de los males del siglo XX», resumió el ministro de Cultura, Francesco Rutelli.

«Antonioni tuvo el coraje de aventurarse donde sólo lo habían hecho la pintura abstracta y la música de vanguardia», afirmó de él otro gran cineasta italiano, Bernardo Bertolucci, en referencia al estilo visual que el autor de «La aventura» desplegó en sus películas.

«Se ha ido el director más imitado», sostuvo Paolo Taviani, quien explicó que en numerosas ocasiones cuando con amigos o colegas ven películas de todo el mundo acaban diciendo: «Mira cuánto se parece al cine de Antonioni».

Gilles Jacob, presidente del Festival de Cannes, dijo que Antonioni era el «alquimista de la intimidad, arquitecto del espacio y del tiempo del cine contemporáneo, acuarelista del corazón». Con su muerte y la de Bergman, agregó, «asistimos al fin de una época».

El maestro de la comedia italiana Dino Risi explicó que aunque las películas de Antonioni le parecían demasiado «enrevesadas», con su muerte «desaparece un monumento del cine».

Nacido en Ferrara en 1912, graduado en Economía y Comercio, crítico de cine en su juventud, el Antonioni ingresó a la industria como documentalista en la posguerra, cuando el neorrealismo imponía sus contenidos y su lenguaje en la pantalla peninsular.

Su debut como largometrajista, en 1950, coincidió con el ocaso de aquella corriente -la de Vittorio de Sica, Roberto Rossellini y Pietro Germi- y la aparición de nuevas líneas basadas en el neorrealismo, como la trazada por Federico Fellini. Pero Antonioni conquistó al público internacional con su periodo anglosajón, en el que realizó películas como la producción italo-británica «Blow Up» (1966), basada en el cuento de Julio Cortázar «Las babas del diablo» y que obtuvo el máximo premio en el Festival de Cannes.
En esta misma etapa se inscriben la estadounidense «Zabriskie Point» (1970) y la coproducción hispano-franco-italiana «El Pasajero» («Professione: Reporter») (1974), con Jack Nicholson y Maria Schneider.

El propio Antonioni explicaba su cine de esta manera: «Nuestro drama es la creciente incomunicación y la incapacidad de concebir sentimientos auténticos; ese drama domina a todos mis personajes».

A lo largo de su carrera, Antonioni obtuvo varios de los grandes premios destinados al cine: Venecia lo galardonó con el «León de oro» a la carrera, Berlín con el «Oso de oro», Cannes con la «Palma de oro» y Hollywood con un Oscar a su trayectoria.

Antonioni estaba enfermo desde mediados de los años 80, tras haber sufrido un derrame cerebral. La capilla ardiente será abierta el miércoles en la sala de la Promoteca del Capitolio de Roma, a donde podrán rendirle homenaje el mundo del cine y la cultura de Italia. Pero será sepultado hoy jueves, en su Ferrara natal.

Descanse en paz, este hombre que como él dijo: «Mi vida es filmar»

El cine de un hombre atormentado que se fue plácidamente


Una isla guió su último viaje con la luz de ese Faro del mar Báltico que bañaba su soledad de aguas reposadas.

Escritor, director y productor de teatro, radio y televisión, además del mayor cineasta escandinavo y leyenda tan reverenciada como intocable de la historia del cine, Ingmar Bergman había nacido en la localidad sueca de Upsala, en 1918.

Su carácter se vio profundamente influido durante su infancia por la rigurosa educación a la que le sometió su padre, un estricto pastor luterano, que sin embargo no se opuso a que su hijo asistiese en la Universidad de Estocolmo a clases de literatura e historia del arte. Allí, se sumergió en los ambientes bohemios e intelectuales de la época, se licenció con una brillante tesis sobre Strindberg y comenzó su estrecha relación con las artes escénicas que ocuparía el resto de su vida. Se encargó de la dirección del teatro universitario hasta 1942 y fue ayudante de dirección del Gran Teatro Dramático de Estocolmo hasta que comenzó a trabajar como guionista, en 1943, para la productora Svensk Filmindustri. Fue precisamente la Svensk Filmindustri la primera en producir una película basada en una de sus novelas, Tortura, que fue dirigida por Alf Sjoberg.

En 1944 Bergman es nombrado director artístico del teatro municipal de Helsingborg, al frente del cual se mantuvo hasta 1955, una fructífera etapa creativa en el transcurso de la cual comenzó a cultivar su faceta de director cinematográfico con el rodaje de sus primeros filmes, películas como Crisis (1946), Noche eterna (1947), Prisión (1948), Juegos de verano (1951), Tres mujeres (1952), Un verano con Mónica (1952) o Noche de circo (1953), entre otras, en las que son ya bien patentes las preocupaciones existenciales y metafísicas que se convertirán con el tiempo en el santo y seña de su producción intelectual.

El cine de Ingmar Bergman es el cine de un hombre atormentado y comprometido con sus planteamientos existenciales que se enfrenta con crudeza y valentía a temas tan intemporales como la soledad, la angustia ante la muerte, las contradicciones religiosas o la soledad del ser humano.

Su fama comenzó a extenderse fuera de Suecia a partir del estreno en 1955 de Sonrisas de una noche de verano, con la que triunfó en el Festival de Cannes de 1956 y se dio a conocer al resto de Europa, que aclamó unánimemente su trabajo, tributario de un expresionismo que confiere a sus películas un sentido pictórico que aprovechaba de una forma hasta entonces desconocida las posibilidades de las luces y las sombras del cine en blanco y negro.

Bergman reflexionaba en sus obras sobre el sentido de la vida, sobre la muerte, sobre el amor y las relaciones de pareja o sobre la religión y su impacto en la personalidad, pero siempre sin renunciar a la perspectiva de un acentuado lirismo plástico, como demostró en 1956 con una de sus consideradas como obras maestras, El séptimo sello, una profunda introspección sobre la relación del hombre con Dios y la muerte, que tuvo su continuidad en otra pieza fundamental para la historia del cine, Fresas salvajes, rodada en 1957 y El manantial de la doncella, en 1959, que fue galardonada con un Oscar al año siguiente.

Durante la década de los años sesenta, el director sueco continuó acrecentando su reputación internacional con Como en un espejo, por la que recibió nuevamente un Oscar en 1961, El silencio (1963), Persona (1966), La hora del lobo (1967), La vergüenza (1968) o Pasión (1969) y llegó a la década de los setenta en una etapa de plena madurez creativa que dejó títulos como La carcoma (1971), Gritos y susurros (1972), Secretos de un matrimonio o Cara a cara (1975).

En los ochenta, Ingmar Bergman anuncia su decisión de abandonar el cine para dedicarse al teatro si bien aún realizó una nueva película en 1982, Fanny y Alexander, que con sus más de tres horas de duración es considerada por muchos como su auténtico testamento cinematográfico y por la que recibió cuatro Oscar en Hollywood. En 2003 finalmente sí volvió a rodar, la continuación de Secretos de un matrimonio, que se llamó Saraband.

Paralelamente a su profunda actividad intelectual, el director sueco también mantuvo una intensa vida sentimental: fue padre de ocho hijos y estuvo casado cinco veces (con Elsie Fischer, Ellen Lundstrom, Gun Hagberg, Kabi Laretei e Ingrid Karlebo von Rosen, fallecida en 1995), además de haber mantenido romances con algunas de sus actrices como Harriet Andersson y Liv Ullman.

Doctor Honoris Causa en Filosofía por la Universidad de Estocolmo, galardonado con la Placa de Oro de la Academia Sueca y con el premio Erasmus, entre otros muchos, Bergman, que publicó sus memorias con el título de La linterna mágica, vivía retirado en su casa de la isla de Faro, y como metáfora final se presenta ante nosotros con esa luz que siempre nos alumbra a través de la oscuridad humana mediante su cine, un cine luminoso que nos recuerda que podemos ganar la batalla contra las sombras que siempre están ahí para aprender de ellas y crecer.

Descanse en paz.