De repente un día se apagaron todas las bombillas en la sede del PP. No es que les hubieran cortado la luz, que si financiaron la reforma del local con dinero en B tampoco van a tener problema en enchufarse al contador del vecino. No, simplemente se quedaron sin ideas. Venga reuniones por aquí y por allí en busca de un argumentario original. Pero nada. Que no había manera. Rajoy se había ido a Santa Pola sin dejarles el libro de instrucciones. Y el nuevo, que no es precisamente un lumbreras, con lo del máster no estaba como para fijar una línea de oposición mínimamente seria.
Así estaban las cosas hasta que Ana Beltrán llegó a Madrid a denunciar la “batasunización” de Navarra. Y se hizo la luz. En un instante el PP entero quedó beltranizado en una orgía de sandeces, torpezas y falsedades menos trabajadas que una redacción de primaria, pero suficientes para rellenar titulares y redes sociales. Del “En España mandan los presos” que declaró ayer Pablo Casado, al “En Castilla y León un niño de 10 años sabe más que uno de 8 en Andalucía” que soltó la exministra Isabel García Tejerina, que por lo visto considera que llamar tontos a los niños andaluces es una buena manera de empezar la campaña electoral.
Así que ya no hay día en el que los nuevos dirigentes del PP no rocen la vergüenza ajena, o la superen con holgura. Porque esto de la desaparición de España se puede hacer en plan chulapo adinerado como Aznar, (“Aquí está en peligro la continuidad histórica de España”) o rollo escopeta nacional, como manda la tradición en este país. Y claro, el presidente popular ha optado por la versión más cutre de todas: “La hispanidad es el hito más importante de la humanidad, sólo comparable a la romanización. ¿Qué otro país, si pensáis, puede decir que un nuevo mundo fue descubierto por ellos?”. Pues viva el rey.
Total, que han cogido el argumentario del Apocalipsis navarro y se lo han llevado a Madrid sin pasarlo por el Turnitin. “Sánchez ha pactado con filoetarras, venezolanos y separatistas”, denuncia el nuevo presidente del PP en Castilla-La Mancha. “El PSOE ha convertido España en un infierno fiscal y la está arruinando” apunta Casado. “La Junta de Andalucía se gasta más dinero en prostitución que en educación”, remata Teodoro García Egea.
Más de 6.329 millones en putas que se gasta el PSOE, según cree el PP, que por supuesto tampoco renuncia al clásico Aquí quien manda es la ETA. “Sánchez es capaz de negociar los presupuestos con terroristas con tal de permanecer en el Gobierno”, insiste el propio Casado. Lo que viene a ser la versión madrileña de “El Gobierno de Uxue Barkos es inmoral porque tiene un acuerdo con los amigos de los asesinos”, que decía este jueves el líder de UPN, Javier Esparza.
EXCURSIÓN A PAMPLONA Es el nivel argumental de la derecha española, que no se distancia mucho de la de Navarra, que para estas cosas siempre ha sido pionera. “El tiempo ha puesto en evidencia que no éramos apocalípticos, que con este Gobierno está cada vez más cerca la desaparición de Navarra”, afirmaba Ana Beltrán en el Parlamento, donde incluso alertó de que “hay que sacar a este Gobierno antes de que la sociedad esté madura”. Que a ver si a la gente le da por pensar y acaba votando algo que no le gusta al PP. Como para no partirse la caja.
De hecho, para demostrar lo peligrosa que es esta tierra, en la que “el miedo está instalado en el cuerpo de los navarros” y “no hay libertad de pensamiento, ni de opinión, ni lingüística”, este fin de semana Beltrán nos ha traído de visita a Pamplona a la gente más racional y cuerda del Partido Popular, que de esos tiene para exportar. Personajes de la talla de Xavier García Albiol, que quería “limpiar Badalona” de inmigrantes y ahora propone quitar la competencia de educación a las comunidades “con partidos nacionalistas” porque “la historia es una y no 17”. O la portavoz del PP en el Congreso, Dolors Montserrat, que dice que “hay que devolver la libertad a Navarra” y que “la batasunización de Navarra avanza con el consentimiento cobarde y cómplice del PSN”.
Por algún motivo, la derecha española ha llegado a la conclusión de que echar la meadica de perro por estas tierras es la mejor forma de currarse el voto del Ebro para bajo. Hasta Albert Rivera tiene previsto pasarse por Alsasua con sus banderas españolas para “poner a cada uno en el lugar que corresponde”, porque ese pueblo es un “lugar difícil” que “se ha convertido en un símbolo para los constitucionalistas que defienden la unión y la igualdad entre los españoles”. Así que tiene pinta de que nos van a seguir dando la tabarra un rato, porque cuando se acaban los argumentos llega la sobreactuación. Y ahora con Vox no hay sitio para todos.