19
Jun 18

Palos de ciego

El PP carga contra Sánchez con los mismos argumentos que contra Barkos. Para algunos, la digestión del cambio está siendo tan difícil en Madrid como lo ha sido en Navarra

Como desde que Pedro Sánchez está en la Moncloa se le empiezan a acumular las calamidades, el Frente Madrileño de Liberación Nacional parece haber optado por ir a por el PSOE y olvidarse, al menos por el momento, de que en Navarra zombis vascos siguen arrasando con la humanidad obligándole a hablar euskera. La cosa está tan jodida por allí que la multitudinaria marcha del sábado apenas ha tenido eco en la prensa capitalina. Una fotonoticia destacada en El País y una breve crónica sin foto en ABC. Y aunque todavía quedan días para que algún articulista valeroso acabe llamando filoterrorista al Gobierno de Navarra, que lo hará, la cobertura ha resultado un poco decepcionante. Ni descalificaciones, ni insultos ni exageraciones. Nada.

El Frente Madrileño ha dejado solos en la retaguardia a los defensores de la Navarra buena y verdadera. A los auténticos visionarios forales que antes incluso de que se celebrara la manifestación ya sabían que lo del sábado iba a ser un akelarre terrorista. “Pedimos al Gobierno de Navarra que no permita que se convierta en un algarada callejera comandada por los violentos”, reclamaba ya el jueves el líder de Ciudadanos en Navarra, que predecía un “escenario de caos, incertidumbre y descontrol en las calles”. Es verdad que luego todo fue muy cívico y eso, pero mira, ahí queda la pedrada.

Lo que le pasa a Pérez Nievas es que al capo del partido le han dejado compuesto y sin novia en Madrid, y ahora nadie le ríe las gracias como antes. Así que tienen que chillar más a ver si así les hacen caso. Más o menos como Juan Luis Sánchez de Muniáin, el manporrero de Barcina al que Esparza ha recolocado como sheriff para trabajos sucios de UPN, y que aprovechando la campaña presanferminera para dar buena imagen de la ciudad nos presenta un artículo titulado “Pamplona, capital del odio”.

Dice Muniáin que “Gobierno, Parlamento, Ayuntamiento de Pamplona se han coordinado para poner a disposición de los radicales todos los recursos públicos posibles y también los que no son posibles porque lo impide la ley”. Luego no dice cuál es la ilegalidad, pero la perorata le sirve para soltar toda la bilis acumulada en estos tres años de cambio.

Contra el Gobierno, porque “según la ley de violencia contra las mujeres” debía haberse personado como acusación en el Caso Alsasua. Contra su presidenta, por “atacar a los jueces” y por “asumir y rubricar la estrategia de lavado de imagen de los radicales”. Contra el Ayuntamiento, “por cerrar la ciudad a la hora de la manifestación y facilitar aparcamiento para autobuses”. Y contra la Mancomunidad, por “poner a disposición de los manifestantes un servicio extraordinario de villavesas”. Y no le falta razón. Porque una cosa es pagar los autobuses con dinero público cuando la manifestación la monta UPN de tapadillo, y otra dejar que Pamplona se llene de vascos “mediante un llamamiento masivo a radicales de todos los lugares de España”, que lo mismo después se quedan a opositar.

“Van a conseguir retratar a toda la ciudad de Pamplona y la capital de Navarra como el centro temático de la vergüenza y la indignidad”, avisa Muniáin. “Pamplona, ciudad sin ley, al servicio del conflicto, del desafío al Estado, del falso pacifismo y de la mentira”, corrobora el diputado Carlos Salvador. Eso sí que es grave, y no cargarse Caja Navarra o guardar tus dineros en una Sicav en Madrid, que Hacienda somos todos menos unos pocos. Porque “el apoyo a los agresores de Alsasua es la excusa, lo relevante es la creación de una comunidad de intereses de ruptura que lidere Barkos”, reafirma Salvador con su habitual visión conspiranoica.

Txistorrada universalLástima que en Madrid también se les haya indigestado el cambio de Gobierno y anden liados ahora con otras cosas. Sobre todo con la invasión de inmigrantes que por culpa de Sánchez vamos a tener en toda España. Ahí andan el ABC (“España afronta una avalancha de inmigrantes por el efecto llamada”) y La Razón (“Las fuerzas de seguridad alertan del efecto llamada de las últimas medidas) compitiendo en xenofobia con el PP a cuenta de las pateras que, casualidades de la vida, habían desaparecido de sus páginas desde que Rajoy llegó a La Moncloa. Porque los africanos no sabrán vascuence pero también son de fuera.

La ventaja de hacer oposición en Madrid es que tampoco hace falta innovar mucho. Basta con tirar del viejo libro de estilo contra Zapatero, o directamente con recurrir al manual que llevan aplicando en Navarra los últimos años. Solo hay que poner Sánchez donde dice Barkos y a correr. Solucionado el trabajo de una semana.

De momento parece que la que triunfa es esta segunda opción. Solo ayer el PP acusó al PSOE de “subvertir el orden constitucional para pagar el favor a sus socios secesionistas en la moción de censura”;hacer seguidismo de “la agenda política de los independentistas” con “guiños” hacia el acercamiento de presos de ETA y el “cuestionamiento” de la Constitución;e incluso de volver a la “España de las guerras culturales y la tensión social”. Porque sí, al igual que Barkos, Pedro Sánchez también es un presidente “ilegitimo” que ha llegado a la Moncloa “con un pacto oculto con Podemos, los independentistas que dieron un golpe en Cataluña y los amigos de los terroristas”.

Suerte que tenemos al PP, que “no va a aceptar” que el PSOE “pretenda hacer estas cosas de tapadillo”. “Vamos a obligar a Sánchez a que explique las concesiones que se están haciendo a los independentistas y a Bildu”, apunta Rafael Hernando, macarra de barrio reconvertido a portavoz parlamentario del PP, y que ya está salivando solo de pensar que al PSOE le dé por dialogar con la Generalitat, acercar a los presos y plantear una reforma fiscal. La txistorrada va a ser universal.


12
Jun 18

Regreso al futuro

La vuelta del PSOE a la Moncloa alerta a la derecha, que empieza a recuperar los viejos fantasmas que en 2007 agitó contra Zapatero

Se fue Rajoy y llegó Sánchez, y quienes vaticinaban el hundimiento de Navarra en medio de las siete plagas no se acaban de aclarar si ya que estamos va a desaparecer también España o casi mejor lo dejamos para luego que con el Apocalipsis foral ya tenemos bastante.

Entre los primeros ya se ha situado rápidamente Ana Beltrán, que una vez abierto el grifo del descontrol ya le da igual regarlo todo con la manguera. “Si se pierde Navarra se pierde España”, proclama la líder del PP en Navarra, “preocupada” porque Sánchez gobierna “amparado en los que quieren ver desaparecer a Navarra”. Porque ella “sospecha”, “intuye” y “teme” que el PSOE haya pactado ya la venta a plazos del país, empezando por Navarra y siguiendo por los presos de ETA porque “se ve a lo largo de la historia que el PNV no da nada gratis”. Y algo sabe de esto Beltrán, porque solo una semana antes el PP había pactado los presupuestos con quienes “acechan sin pudor revoloteando sobre nuestras cabezas como auténticos buitres”. Aunque entonces, claro, los nacionalistas vascos eran gente de bien.

En realidad la derecha nunca ha llevado bien eso de que le saquen del poder. La última vez que los populares salieron a gorrazos de la Moncloa por intentar engañar a la gente con el 11M se pegaron cuatro años de manifestación en manifestación contra el anticristo de Zapatero, que también iba a acabar con España y a lo más que llegó fue a cambiar la Constitución para contentar a los prestamistas alemanes.

La cosa es que ahora le toca recibir a Sánchez. Y por extensión al PSN, que para los populares ha dejado de ser ya “un aliado para la defensa de Navarra como Comunidad Foral diferenciada dentro de España”. Y los socialistas, que todo este tiempo han estado riéndole las gracias a eso de la batasunización de Navarra, han tenido que salir corriendo a decir que vamos a ver, que tampoco hace falta exagerar. “Los hechos avalan la posición del Partido Socialista”, argumenta ahora María Chivite como si para anunciar el Apocalipsis hicieran falta pruebas. Pues no, no hace falta. En el Apocalipsis, como en los fantasmas, se cree, que con algo hay que asustar a los niños.
Entre unos y otros se han puesto los de UPN, que estas dos últimas semanas se han llevado tal revolcón que todavía no saben por dónde les pega el aire. Lo mismo se ofrecen a colaborar con el nuevo Gobierno que le acusan de entregarse a los nacionalistas. Y como esta gente ve pactos ocultos cada vez que pierden una votación, ya se huelen que con el buen rollito que se llevan ahora el PNV y el PSOE pintan bastos para el año que viene. “El PSOE va de la mano del PdeCat y Bildu, que quieren romper España”, alerta Esparza, que como está preocupado porque el PSN “quiere apuntalar al nacionalismo vasco en Navarra” ya ha empezado a desempolvar el espantajo del Navarra no se vende de 2007.

Con todo esto del cambio en Madrid a UPN también le han quitado el juguete para la propaganda. Y después de tres años diciendo mira que tren más guapo que os he traído yo aquí, seguimos como estábamos en 2013. Encima, por mucho que Esparza se ponga a dar saltos por detrás gritando que he sido yo, que lo he traído yo, va a ser el PSOE quien se haga la foto con la primera excavadora justo antes de las elecciones. Más o menos lo que va a ocurrir con los 2.500 millones en vías, estaciones y complementos varios que UPN decía que le había prometido el ministro, y que se han disipado a la misma velocidad con la que Íñigo De la Serna ha hecho las maletas rumbo a Santander.

Como en 2007 Todo en el fondo tiene sabor a película que ya hemos visto. Con la derecha preparando las baterías antiaéreas contra el PSOE y los socialistas gobernando en nombre de la izquierda con ministros que contentan a la derecha. Así que es normal que los Manolo y Benito que UPN ha mandado al Congreso anden todavía sin saber dónde aterrizar. Y mientras uno atiza a Sánchez por los intentos de “apaciguar” al “rebelde Torra”, el otro va ofreciendo sus votos al PSOE y pisando los callos al PP. “Algun@ está en viviendo en el Senado gracias a nuestros votos”, le decía Íñigo Alli a la senadora del PP Cristina Sanz. “Es un error gravísimo vuestro ofrecimiento al PSOE, que llega al poder apoyado por quienes quieren romper España y sin saber qué ha pactado a cambio”, replicaba la senadora, que acusaba de desleal a su compañero de coalición. “No hay mayor deslealtad que la corrupción”, zanjaba Allí dando ahí donde más duele.

Y ojo porque en campo embarrado quien mejor se mueve es Federico Jiménez Losantos, y para éste son tibios hasta los del PP, que “han entregado la lengua y los medios de comunicación a la izquierda nacionalista” en Galicia y en Valencia. Y así nos va. “UPN hizo lo mismo, jugar a ser un partido medio nacionalista, medio navarro, bastante español, pero euskaldun, pero peneuvista, pero del PP, pero sí, pero no, pero ayer, pero mañana. Y ha pasado lo que tenía que pasar, que han venido los del PNV y los de la ETA y les han comido de la tostada y ahora están contra la pared”, señalaba esta semana el locutor, que animaba a la población a seguir el ejemplo de los navarros de bien y salir a la calle “todos los días si hace falta a defender el español hasta que la casta política infecta se renueve, eche a los golfos y traiga a gente decente”.

Porque esa es la otra pelea que viene ahora, la de quién coge el caballo cojo que le ha dejado Rajoy a la derecha española. Y ya se sabe que las disputas familiares suelen ser las más entretenidas. Cuestión de supervivencia.


05
Jun 18

La batasunización de España

Mientras en Navarra la resistencia montaba otra txistorrada contra el cambio, en Madrid las fuerzas del mal se unen para destruir España

Hay semanas que se tuercen y no hay manera de enderezarlas. Ahí anda por ejemplo el pobre Mariano, que hace siete días era presidente del Gobierno y una tarde se metió en un bar a echar una copa y cuando salió le habían levantado el sillón. O el pobre Pachi, que monta una manifestación para mostrar su amor al euskera y le sale una performance de lo más xenófoba. Y eso que puso a Guelbenzu a recitar consignas desde el escenario como si fuera el Rosario para que la gente se sintiera como en casa.

Fue como uno de esos capítulos de Barrio Sésamo en los que aprendías la diferencia entre ‘arriba’ y ‘abajo’. Solo que esta vez con “los de aquí” y “los de fuera”. Los de aquí, claro, era ellos, los navarros buenos que habían ido a la manifestación. Y los de fuera, los que “trae el euskera”. Ese idioma raro que nos gusta tanto tanto tanto que lo mismo te meto un paraguazo, como al tío que hemos mandado al hospital. Que era guipuzcoano y seguro que estaba pensando en presentarse a una oposición.

Fue, claro, un hecho aislado. Como la señora que gritó “Asirón al paredón”, como el que quería mandar a “Barkos a la cárcel” o como los que gritaban “Navarra sí, vascos no”. Que ovejas descarriadas hay en todos los lados. Y más en una manifestación que, según los organizadores, llegó a reunir a más de 30.000 en 5.000 metros cuadrados. A seis por metro incluidas farolas, árboles, marquesinas y mobiliario vario. Para que digan que no fue un éxito.

Gente fue, desde luego. Mucha, aunque un poco confundida. Como sin acabar de entender muy bien qué era eso de protestar contra el euskera pero apoyando el euskera. Y más de uno acabó abucheando a Mendiburu cuando se puso a leer en vasco. Que es mucho peor que meterse con los inmigrantes y los discapacitados. “¡Que no lo queremos aprender!”, le llegó a gritar una buena señora.
La cosa ya venía torcida de antes. Al menos desde que se les ocurrió que los ayuntamientos les pagaran el autobús como si aquello fuera una excursión del Imserso al Castillo de Javier. Y aunque se le parecía mucho, ese no era el plan.

Tampoco, claro, que cambiaran el Gobierno de España justo la víspera. Y que encima el PSOE lo hiciera con el apoyo de quienes “quieren romper España”. Que ya bastante jodido lo tenía el pobre Javier Esparza para librarnos del Mal como para que encima ahora los socialistas se echen en manos del PNV. Un partido que en esta semana de pasión ha pasado de ser un ejemplo de responsabilidad institucional por salvar los presupuestos del PP a ser los primos-hermanos de Satanás.

La cosa ha sido tan rápida que a los del PSN ni siquiera les han avisado. Y mientras Pedro Sánchez medía sus palabras para contentar a quien tenía los votos, a Inma Jurío le dio por prepararle al PP el argumentario para la oposición. “En Navarra hay un caos absoluto nacionalista”, relataba la parlamentaria del PSN, que podía haber hablado en nombre de UPN y se hubiera notado menos que su presencia en la manifestación.

Y ahora, España

Tampoco es que el PP necesite mucha ayuda para montarse su Apocalipsis en España, que empieza ya a calentar motores como en los mejores años de Zapatero. Todavía no han tomado posesión los nuevos ministros y ya tenemos a los primeros analistas anunciando que “Bildu gobierna España”. Lo ha dicho Ana Beltrán, que hoy da una charla en Alcobendas sobre la “Batasunización de Navarra” para ir preparándoles para lo que les espera.

La preocupación es grande. Sobre todo en esos 3.000 cargos que están ya guardando sus cosas en una caja de cartón. Gente de bien y orden que solo piensa en España, como Francisco Bernabé, delegado del Gobierno central en Murcia, que ya ve al PSOE “gobernando con quienes han asesinado a los suyos” y “con los populistas que quieren hundirnos en el comunismo para llevarnos a la miseria”. “El Gobierno de España está en manos de los herederos de ETA”, ratifica Fernando López Miras, presidente de Murcia, hermosa región donde por lo visto la cosa se ve realmente chunga.

Y esto es solo un aperitivo de lo que le espera al nuevo Gobierno socialista, al que de momento le han puesto el de nombre de “Gobierno Frankenstein”, y que lo mismo le acaban montando una txistorrada en la Puerta del Sol. Más vale que el PSN sabe bien cómo se anuncia del fin del mundo y puede ir avisando en Madrid. Porque van a flipar.