25
Abr 19

Trumpismo con boina

La política americana llega al debate electoral. Pocos argumentos, acusaciones infantiles y veto a los medios críticos para amenizar una campaña de cartón piedra

Aquién no le ha pasado alguna vez. Te empeñas tanto en pedir algo creyendo que no va a ocurrir, que cuando pasa se te queda la sonrisa más falsa que el foralismo de Ciudadanos. No hay más que ver la cara de cartón piedra que llevan estos días Albert Rivera y Pablo Casado, que hace dos meses andaban agitando las bandera en la plaza de Colón al grito de “Sánchez traidor, convoca elecciones”, y ahora que se acercan las urnas se esconden debajo de la mesa cada vez que oyen llegar una encuesta electoral.

Los Zipi y Zape de la derecha española andan a la desesperada por las plazas de España asustando al personal intentando que no se les desmorone esa falsa realidad paralela en la que Otegi manda más que el Banco Santander, España va camino de la destrucción por culpa del golpe de Estado catalán y el PSOE es un partido de izquierdas. “Si votáis a Sánchez tendremos un Gobierno con Pablo Iglesias de ministro del Interior, con Puigdemont de ministro de Exteriores, con Torra de ministro de Administraciones Territoriales y con Otegi de ministro de Justicia”, avisa Casado. “Sánchez es un peligro para la democracia y para España. Votar a Sánchez es votar de nuevo a un Gobierno Frankenstein con los populistas, los separatistas y los amigos de Otegi”, responde Rivera.

Todo muy loco, la verdad. Pero es que a la fuerza de huir para adelante se nos está quedando una derecha por la que soñarían Bertín Osborne y el difunto Jesús Gil. Cada una por su lado pero todas agitando banderas por aquí y por allá y sin más programa que el A por ellos oé, Que Viva España y Soy el Novio de la Muerte. La fiesta de la democracia y un plan cojonudo para remontar en las encuestas si no fuera porque nadie enseña mejor los pelos del pecho que Santiago Abascal. Que desde que lo subieron al escenario de Colón va por ahí en caballo presentándose como el líder de un “movimiento patriótico de salvamento de la unidad nacional”. Y a ver quién compite con eso.

Intentar lo intentan, claro. Ciudadanos ha optado por visitar pueblos donde no les vota nadie para ver si les insultan o algo, que eso suele dar votos si te sacan en la tele. Y como la cosa va de hacerse el duro con los nacionalistas vascos y catalanes, mandan a Inés Arrimadas a los debates para que le diga a Gabriel Rufián Mira, chaval, que te meto.

Los del PP son más pragmáticos. En sus mítines piden a los asistentes que se imaginen que son asesinados de ETA, a ver si así convencen a los indecisos. “Aquí hay más de 1.000 personas. Pues la banda terrorista ha matado a 800. ¿Os imagináis que sois vosotros?”, soltó el otro día Casado en Galicia en lo que debe ser algún nuevo tipo de terapia electoral colectiva. Y todo porque, según dijo, “los etarras nunca han mandado tanto en España”, y Sánchez “prefiere las manos manchadas de sangre a manos pintadas de blanco”. Ética política en estado puro.

En Navarra, por supuesto, no íbamos a ser menos, que para eso se han juntado todas las derechas en una y han puesto de candidato a un estadista como Sergio Sayas, que tiene un máster y es de los de verdad, no como los de Aravaca de Pablo Casado. Y es el único capaz de llamar un día chorizos a los del PP y antinavarros a los de Ciudadanos, y abrazarse después a todos ellos como si fueran íntimos de toda la vida.

Dispuesto además a ponerse chulito con la prensa diciendo que él no da entrevistas porque le manipulan sus palabras. Como si las meteduras de pata del candidato no vinieran ya de serie, que ejemplos hay muchos. Pero oye, entre decir que no das entrevistas por miedo a cagarla o ponerte farruco con la prensa, el trumpismo con boina que se ha apoderado de la derecha española tiene claro qué hacer.

Tampoco iba a ser menos Javier Esparza, que se montó junto a la Estatua de los Fueros un acto-mitin-contraprogramación del Aberri Eguna para hacerse el macho ibérico con los nacionalistas. Allí, junto a una bandera de Navarra gigante, soltó una frase para la Historia que zanjará para siempre el eterno debate territorial español: “Otegi, eres español porque lo pone en tu DNI”. Toma, jódete Arnaldo.

Otegi se rio después, recordándole que sí, que su DNI es español pero que tiene fecha de caducidad. Pero para entonces Esparza ya tenía su titular trifrachito. Porque en estos tiempos de consumo rápido de noticias la derecha ha optado por dejar de lado los argumentos y tirar de fuegos de artificio: arrogancia, mucho ruido y desprecio a quien te lleve la contraria. No necesitan mucho más.

Así que si para Casado votar a Sánchez es votar a Bildu, para Esparza votar a Barkos es apoyar directamente a ETA. Porque “Bildu, Geroa, el PNV, Otegi, Barkos, Araiz y el jefe de ETA quieren lo mismo, una Navarra arrodillada ante Euskadi”. Todo para no hablar de que Ciudadanos quiere laminar el régimen foral, y que Rivera lo ha puesto en su programa. ¿Rivera? ¿Quién es Rivera? Dame otra bandera.


16
Abr 19

Capitán de las sardinas

A la derecha, valiente y vigorosa para defender España, le tiemblan las garrillas cuando le toca dar explicaciones

Por algún motivo los partidos negocian siempre sus coaliciones a peso. Tantos votos yo, tantos escaños tú. Repartimos y a correr. Luego vienen los problemas, pero para entonces el pescado está vendido y solo queda sobrevivir al día a día. Lo que generalmente suele ser más fácil en el Gobierno que en la oposición.

Que se lo digan a UPN, PP y Ciudadanos, que ahí andan con sus equilibrios y sus contradicciones a ver si el chiringuito no se les desmonta antes de las elecciones. Con los escaños en la mano Dios dirá. Pero sin programa y con una dirección de campaña con el criterio político de Bertín Osborne no queda otra que hacer piña hasta entonces. Sonreír mucho y proclamar los males de cuatro años más con los herejes en el Gobierno foral. Que si a eso le sumas que Pedro Sánchez puede seguir en La Moncloa, España lo mismo acaba con Alsasua de capital.

Así que para evitarlo Sergio Sayas y Ruth Goñi andan recorriendo los pueblos de Navarra proclamando las 10 plagas, acompañados por figuras emergentes de la política local como Amelia Salanueva o Alberto Catalán. De vez en cuando se les apega Ana Beltrán, a la que se querían quitar de encima mandándola a Madrid, pero que reaparece para denunciar “la Batasunización de España” si su partido no gana las elecciones. Que vuelve la etaaaa.

Ayer se fueron a Bera, que la campaña también sirve para descubrir tierras nuevas y Navarra es “muy diversa”, con sus “tradiciones, sus expresiones culturales” y esas cosas. Hasta se dieron un paseo por el pueblo aprovechando el buen tiempo en plan -Anda mira, un ser autóctono que habla vasco. -Que majo, ¿se puede tocar o muerde? -Pues no sé, pero ten cuidado que lleva botas de monte y seguro que es batasuno. -¿El vascuence se contagia?

Muy tierno todo.

Luego, claro, se pusieron serios, y proclamaron que ya vale de tanto “enfrentar el Norte con el Sur”, que Navarra es una y no 51. Lo que tiene su gracia después de decir en Tudela que allí están abandonados, que el Gobierno los “maltrata” y que desde Pamplona les están “tomando el pelo”. Y de presentar a sus candidatos diciendo que “el nacionalismo no tiene cabida en Navarra”, que aquí cabemos todos menos los que no piensan como yo.

Total, que como en Bera no les vota casi nadie, se subieron con el atril a decir que allí “hay miedo y falta libertad”. Pero no pasa nada, porque esta gente la libertad te la consigue rápidamente prohibiendo la educación en euskera y cambiándote a la Policía Foral por la Guardia Civil, por citar dos de las propuestas con las que Pablo Casado y Albert Rivera quieren democratizar España. Que con este rollo de siglas no está claro cuál de los dos es el candidato de la terna foral a La Moncloa.

Al final, entre que era Domingo de Ramos y que la gente está a otras cosas los del pueblo pasaron bastante del asunto. Así que no les quedó otra que recoger los bártulos y salir con su cruzada a poner un tuit en otro lado. Porque estas cosas si las haces las tienes que hacer bien. O te buscas algún sitio con una pintada de ETA para la ocasión como hacía Barcina, o recurres al método Rivera, que consiste en ir a un pueblo donde no te votan a chulear al personal a ver si te insultan y puedes salir un rato en la tele.

Pero sobre todo tienes que hablar mucho y mal de los demás. Y para eso lo mismo te vale Sánchez, el cuatripartito o el PNV, que suele ser un comodín más recurrido que la transitoria cuarta. Porque si llevas toda la legislatura diciendo que Navarra va a desaparecer por culpa de los vascos tampoco te vas a cortar ahora. “Hasta aquí han llegado su prepotencia, sus intromisiones y sus desprecios a Navarra”, proclama estos días Esparza porque los del PNV han dicho que van a defender en Madrid el Convenio Económico.

Es para lo que nos ha quedado UPN. 40 años vendiendo foralismo para terminar sin marca propia y pidiendo el voto para un partido que todos los días dice que el régimen foral es un privilegio opaco e insolidario, y que hay que pagar más a Madrid. Suerte que eso, como lo dice con una bandera española en la mano, ni es prepotencia, ni un desprecio ni una intromisión en Navarra.

Así que no es de extrañar que después de cuatro años como pollo sin cabeza anunciando el fin de Navarra, sus candidatos hayan acabado escondidos debajo de la mesa rezando para que no les pregunten nada. Porque para ir por los pueblos llamando terrorista a la gente se apunta cualquiera, pero las entrevistas les dan más miedo que un nublao. Que les pides que te expliquen su modelo territorial y lo mismo acaban con un esguince en la lengua. A ver si hay suerte y la campaña pasa rápido, que Rivera está muy nervioso y amenaza lluvia.


09
Abr 19

El plan oculto de Sánchez

Cuatro años pensando que con el cambio iba a desaparecer Navarra y al final va a ser el PSOE quien ejecute el plan desde la Moncloa

Bueno, pues ya está. No hay nada que hacer. Euskadi va anexionar Navarra. Cuatro años tomando por dementes a quienes decían que todo esto iba a desaparecer y resulta que tenían razón. Y encima no va a ser por culpa de Barkos y su gobierno bolivariano-separatista, sino por el malvado Pedro Sánchez, que es como los del PSN en Navarra pero de izquierdas. Y además separatista. Así lo decía al menos esta semana totalmente en serio El Cloacas Inda en la cosa esa que tiene en internet con el nombre de OK Diario. “Moncloa diseña la unión fiscal de Navarra y País Vasco de cara a un referéndum de anexión”. Así, a todo trapo y con luces de neón.

Luego el texto no daba más detalles que no fueran lo de que los vascos son muy malos y fíate tu de los catalanes. Y que “Pedro Sánchez cuenta con un Gobierno separatista en la próxima legislatura”. Aunque luego no quedaba muy claro de quién se quiere separar el presidente del Gobierno de España.

Total, que la cosa venía a ser algo más o menos así: Las derechas van a perder las elecciones. Todas, las que van de Vox a Falange, pasando por Ciudadanos, UPyD, PP y lo que una vez se llamó UPN. Y las va a ganar el PSOE. Pero como no va tener votos suficientes para gobernar, Sánchez, que es malo malísimo de la película que se han montado, va a vender Navarra al PNV y a Bildu en plan sacrificio azteca para garantizarse un sillón en Madrid.

“Moncloa prepara cesiones de fuerte calado para agradecer el apoyo de los nacionalistas vascos, catalanes y proetarras”, explicaba Inda en un texto en el que no daba ni un solo dato, pero en el que afirmaba incluso que “un grupo de expertos del Ministerio de Hacienda ha recibido ya el encargo de trabajar para la unión fiscal vasca y navarra de cara a un referéndum de anexión de ambas autonomías”. O sea, que Navarra no solo es que vaya a desaparecer, es que lo mismo para Sanfermines ya somos la capital de Euskadi. Y a ver quién saca luego a los guipuzcoanos de Sendaviva.

La cosa es tan cutre que no merecería mayor atención si no fuera por lo mal que huele el panfleto de Inda, que todos estos años ha servido como correa de transmisión para los bajos fondos del Ministerio del Interior. Y si esta gente es capaz de falsificar documentos oficiales, espiar a políticos y construir mentiras informativas para acabar con Podemos, tampoco se van a cortar mucho si se trata de devolver Navarra al bando nacional.

De la bola rápidamente se hizo eco la versión local de Pedro J, que ya no es que copie las noticias, es que directamente plagia las mentiras. “Desvelan que Moncloa ya diseña la unión fiscal entre Navarra y País Vasco de cara a una futura anexión”, apuntaba en su web. Y como la derecha navarra anda un poco desesperada con esto de que Ciudadanos vaya por ahí diciendo que se va a cargar el Fuero, pues se ha tirado al barro de tripada. “Si se confirma es gravísimo”, decía Ángel Ansa. “Es exigible absoluta transparencia para saber si Sánchez juega con el futuro de Navarra a cambio de seguir en Moncloa”, apuntaba Amelia Salanueva. Si a eso le sumamos la ayuda de cuentas falsas en las redes sociales, un poco de WhatsApp y muy poca decencia, ya tenemos bulo.

Hubiera sido la noticia de la semana si no fuera porque estos días también ha pasado por aquí la Korrika, y a la derecha navarra pocas cosas le hacen rabiar más que ver a mucha gente apoyando el euskera. Que no es que odien el idioma, que un poco sí, es simplemente que les molesta verlo. Para ellos es como el sexo, te lo permiten si te lo montas en casa y con la luz apagada. Y sin mezclas raras, por supuesto. Pero claro, que vayas por ahí haciendo ostentación como si fuera algo normal, pues mal. Y menos si encima adornas el testigo con una ikurriña, “con lo que eso significa”.

Total, que han puesto el grito en el cielo. “Repugnante”, “un insulto a los símbolos propios de Navarra”, “deleznable”, “falta de respeto” o “una pretensión independentista” son algunas de las caricias que la gente de UPN ha dicho sobre la Korrika. Hasta Alberto Catalán se ha quejado de que algunos colegios hayan celebrado su propia carrera, lo que a su juicio supone un ataque a los “derechos de los escolares y sus familias”. Y eso que era algo que hacían cuando él era consejero de Educación. Suerte que al final ha salido Carlos Salvador del letargo en el que andaba desde que se quedó fuera de las listas electorales a cerrar el debate explicando a la gente de bien que la Korrika es ETA, y que en realidad “va de ensalzar a terroristas etarras”.

Habrá que tomárselo como un aperitivo, porque la campaña viene fuerte. Al candidato de Vox al Congreso por ejemplo le ha dado por citar pasajes de El Señor de los Anillos, que es una película muy entretenida en la que los buenos acaban matando a todos los malos. Y esta gente enseguida se viene arriba cuando recuerda sus azañas en los viejos tiempos. “Es hora de que las alianzas de las gentes libres de la Tierra Media sean forjadas. Los Orcos campan a sus anchas sin ocultar sus pactos. La gran batalla de las ideas largamente abandonada ha llegado”. Ya lo decía Jack Sparrow en Piratas del Caribe, a veces la única salida cuerda en un mundo de locos es la locura. Y estos están muy zumbaos.


02
Abr 19

Ciudadanísimos

Los centralistas ya no son un peligro para Navarra, aunque piensen igual

Quién lo iba a decir. Después de cuatro años metiendo miedo al personal con profecías malditas y pactos ocultos, al jefe de UPN le ha entrado el buen rollo. Deja propina, reparte abrazos por la calle y se fía de la gente. Porque Albert ahora es Alberto Carlos, y le ha firmado un papel en el que jura que se ha vuelto foralista. Y si Rivera dice, aunque sea con la boca pequeña, que ya no quiere acabar con la Navarra foral, pues se le cree. Que “en todos los partidos hay gente que critica el régimen foral” y a ver quién no se ha tirado un pedo en el ascensor alguna vez.

Pero no siempre fue así. Hace cuatro años Esparza era navarrísimo. Más desconfiado y exigente. Y como el amigo Albert decía lo que ahora dice el amigo Garicano -que si pueden quitan el Convenio y mientras tanto a ver si pueden hacernos pagar más-, UPN organizaba actos junto a la estatua de los Fueros para decirnos que ojo cuidao con Ciudadanos que dice que “el Convenio es un privilegio” y “propugna que desaparezca nuestra Hacienda Foral”. Y entonces era grave.

Pero de tanto viajar a Madrid a hablar mal de Navarra, el navarrísimo se nos ha vuelto ciudadanísimo. Y como lo que esta temporada se lleva en la capital del reino es envolverse en la bandera de España, Esparza se ha comprado una bien grande. En plan vintage, como las de hace 40 años, para que entre toda la derecha que hay que hacer bulto en el Parlamento.

La operación, claro, requiere sus esfuerzos para que la gente no piense que aquí todo el mundo se ha vuelto loco. No vaya a ser que parezca que los foralistas se han echado al monte solo para acumular los votos y evitar la competencia electoral, que la derecha está últimamente muy concurrida. Y ya se sabe que la gente es muy mal pensada. Al final, han tenido que sacar a las viejas glorias a preparar el terreno para que los navarros de bien no se asusten. Y a recordarles que los de Ciudadanos querrán llevarse el dinero de la Hacienda Foral, pero al menos no hablan euskera.
Al frente de todos han puesto a Javier Taberna, que como lleva una vida pedorreando a cuenta del cuento de UPN nadie duda de que sigue siendo de los nuestros. Y que nos explica que lo de tener un sistema fiscal propio no es tan importante porque en Navarra “estamos utilizando el régimen foral para empeorar”. Así que tampoco hay que enfadarse mucho porque nos lo quieran quitar, que eso de subir impuestos para mejorar el gasto social “es medieval”. Lo moderno, según Taberna, es bajarlos a saco y que Dios reparta suerte. Y a ver quién le discute a Taberna del medievo.

Total, que entre tanta ikurriña, euskera y caos económico nos han dado el cambiazo y ni nos habíamos enterado. Si es que hasta parecen los mismos. Lo que pasa es que ahora en vez de dar los mítines bajo la estatua de los Fueros para denunciar las amenazas de los centralistas al régimen foral, UPN se los lleva directamente a la sede del partido para que digan allí que el régimen foral no es transparente. Y que casi mejor que sea directamente el Estado el que diga cuánto hay que pagar, que es más de fiar que los técnicos de Hacienda Foral. “Lo que pedimos es un cálculo matemático, no una negociación política”, reclama Ruth Goñi en casa de los ex navarrísimos, donde incluso se permite presumir de que ellos en realidad llevan “cuatro años diciendo lo mismo sobre el autogobierno”.

Que el cálculo matemático esté colgado en la web del Gobierno a la candidata de UPN al Senado pues le da un poco igual. Porque ella es de Ciudadanos y tampoco tiene que ir leyendo lo que el Gobierno de Navarra pone por ahí, que seguro que te adoctrina o algo. Y no es plan de cambiar ahora, que ellos ya venían modernos de casa. No como los regionalistas, que se han tomado tan enserio esto de hacerse ciudadanos del mundo que en la sala de prensa de UPN ya no hay rastro de las siglas de UPN. Con el cariño que les habíamos cogido todos estos años.

A Sergio Sayas tampoco es que le preocupe mucho eso, que a él el escaño ya no se lo quita nadie. Y al fin y al cabo, eso es lo que cuenta. “Es el momento de pensar en lo importante y no en los matices. Hemos sido capaces de anteponer lo que importa y hemos sido generosos en aquello que nos separa”, explica el candidato. Y no le falta razón. El nombre, el logo y hasta los principios foralistas son minucias si se comparan con la grandeza de volver a ver unidos otra vez a los Hijos de Aznar. Solo faltan los chicos de Abascal, pero todo se andará.

Total, que cuatro años después de que los navarrísimo nos prometieran salvar Navarra de la invasión vasca lo que nos queda es una plataforma electoral en la que se entremezclan los foralistas centralizados de UPN con los centralistas foralizados de Ciudadanos. A los que hay que sumar los peperos de toda la vida, que no son muchos pero que siguen por ahí.

Lo que pasa es que como se han llevado a Ana Beltrán a Madrid ya no se les escucha chillar, y se nos ha hecho un vacío tremendo. Una tristeza inmensa, oye. Que a ver quién nos va a llenar ahora esta sección. Es como cuando se acaba la traca final de los fuegos artificiales el 14 de julio, que te quedas mirando al cielo y ya solo ves el humo. Que es más o menos lo que va a pasar aquí si con el trifachito este a UPN no le da para trincar el Gobierno. Cortina de humo y de vuelta a la estatua de los Fueros con el logo de toda la vida. Que vienen los vascos.