29
May 18

Gracias por querernos

Los impulsores de la marcha contra el euskera se esfuerzan en demostrar su amor al euskera, pero no siempre lo consiguen y a veces se les escapa la patita

Igual es que con tantas ganas que le ponen se han explicado mal y no se les ha entendido bien cuando decían ven aquí michiino no te escondas que yo te quiero mucho. Si hasta le han puesto lema en euskera a la manifestación contra el euskera en plan yo también tengo un amigo que habla vasco y es buen tío. Así que es posible que todo haya sido un malentendido y que en el fondo les encanta que en Navarra se hable euskera. Siempre y cuando sea como el sexo, en la intimidad y con la luz apagada.

No como Koldo Martínez, que se le ha ocurrido decir que la manifestación es “antinavarra” y le han contestado tú qué sabrás si eres guipuzcoano. “Que uno de Escoriaza saque el pedigrí de navarridad es de risa”, le han contestado como si por no haberse fumado una caja de ahorros y por pagar sus impuestos cuando toca pudiera opinar como si fuera de Burgos, Uruguay o Zaragoza.

Por eso está bien que María Chivite insista estos días en que la manifestación contra el euskera “no es contra el euskera”, sino “contra la utilización política que este Gobierno hace del euskera”. Lo que para nada tiene que ver con Valencia o Baleares, donde la derecha anda también con antorchas contra los gobiernos del PSOE. “No se pueden comparar churras con merinas”, replica Chivite, que para los socialistas lo de allí es “populismo lingüístico” y lo de aquí “imposición”. “Quieren colonizar de abertzales la Administración”, refuerza Beltrán.

Y es cierto que hay una diferencia sustancial. Que allí gobierna el PSOE y aquí no. Lo que no parece importarle mucho a Alfredo Arizmendi, algo así como el portavoz oficioso de uno de esos colectivos encargados de montar barbacoas varias contra el cambio, y que nos alerta de que todavía “no estamos como Baleares, Cataluña o Euskadi”, tres territorios gobernados o exgobernados por el PSOE, pero que “podríamos llegar a estarlo”. ¿Por qué? Pues por la Ley de Contratos Públicos que se ha aprobado con el apoyo del PSN.

¿Y qué dice? Pues que las empresas contratadas por la Administración facilitarán que los empleados que trabajen de cara al público “puedan formase” en euskera. “Puedan”. Voluntario y solo para quienes atiendan al público. Y eso para quienes piden “igualdad de oportunidades” es una imposición. De las chungas además. Porque, según Arizmendi, a lo mejor a alguna de las empresas que atienden al público se le ocurre contratar alguien bilingüe, lo que claro, perjudica a los navarros de bien. Es más, lo mismo prefieren a alguien trilingüe, con dos carreras y carnet de conducir. Y eso, a los que se mueven con chófer, pues también los discrimina.

Los salvadoresAsí que ahí que van los cuatro jinetes de Apocalipsis que han convocado el remake de la txistorrada del año pasado lanzados a sacar a un montón de gente a la calle para que las empresas no ayuden a sus empleados a aprender euskera. Lo harán, dicen, “por los derechos”, “contra los abusos” y “por la igualdad de oportunidades”. Para evitar “sucesos verdaderamente graves” como por ejemplo que de las 17 escuelas infantiles que hay en Pamplona cuatro sean en euskera. O que una oposición de profesor puntúe 10 puntos sobre 100 el conocimiento del euskera, prácticamente lo mismo que el inglés (8).
El problema, por lo visto, es que el euskera cuenta como mérito en las oposiciones. Y eso, aunque sea en una parte decimal, pues les jode un huevo. “Queremos que la igualdad de oportunidades esté garantizada por la ley”, afirman los defensores de la igualdad.

Lo explica bastante claro Eduardo Laporte, que argumenta que “el euskera es una de las lenguas más complicadas del sistema solar” y que por eso, puntuar con 10 el título de euskera y 8 el de inglés “es una ventaja que marca la diferencia”. Un 2% que para el tío supone una “discriminación por lengua” porque “no compite en igualdad un opositor de Lesaka que uno de Ablitas”.

Y es que al menos los ingleses son gente elegante y no están todo el día con las vacas. “Los euskaldunes son un grupo reducido que no deberían tener privilegios sobre el resto”, resume. Así que cuando el de Lesaka salga del caserío y tenga que ir a la universidad, al hospital o a saldar sus deudas con Hacienda, que lo haga en castellano, por amor de Dios. Ya le diremos agur cuando vuelva a casa.

Porque el que sabe inglés se lo ha currado y el que sabe euskera o es un guipuzcoano que quiere quitarnos el trabajo o es un jetas vividor que quiere vivir del cuento, que es lo que viene a decir Javier Ancín. “El euskera no es un idioma, es un modo de ganar dinero. Un negocio. Una forma como otra cualquiera de conseguir un puesto de trabajo y poder frente al resto. Una forma de buscar un privilegio frente a la mayoría que te haga vivir mejor”.

Por lo visto, como lo de que había que prohibir el Olentzero para fastidiar a los “aberchándales” hizo gracia, pues ahora se ha echado unas risas a costa del euskera, “el ariete de un proyecto social que da mucho miedo”, “un cachivache antipático, contaminado de terror” y “un idioma asociado a la mala hostia, el odio, la amenaza y la violencia, perfecto para el mensaje fascista y el totalitario”. “Por no hablar del racismo, la xenofobia con olor a toalla mojada revenida, que subyace bajo este chantaje, bajo ese tienes que amarlo por cojones”, explica Ancín para que entendamos un poco mejor de qué va lo del sábado que viene.

La gracieta le ha gustado mucho a Vecinos de Paz, uno de los colectivos que que han montado la manifestación para mostrar su amor por el euskera. “Hasta de los temas más serios, Javier Ancín con su ironía, nos saca al menos una sonrisa, que es de agradecer en los tiempos que vivimos”, recitan los siempre moderados convocantes de una manifestación navarrísima en la que lo mismo acaban cantando bertsos.

La cosa no ha debido quedar muy clara, porque ha tenido que salir el ideólogo de todo esto a evitar malentendidos y decirnos que no que no, que para nada, que Ancín es un buen chaval pero que su artículo “no representara el sentir de quienes convocamos”. “Aunque en algunos puntos tiene toda la razón, el espíritu que le anima no va en absoluto con nosotros”, explica Pachi Mendiburu, que se ha empeñado tanto en demostrarnos el amor que tienen al euskera que lo mismo acaban montando otra excusión a Goizueta para enseñar lo majos que son los vascoparlantes en su hábitat natural. Habrá que pagarles el autobús, eso sí.


22
May 18

El bar de los improperios

De la euskarafobia a la mentira. La marcha anti-euskera se llena de argumentos que van del ‘que vienen los guipuzcoanos’ al ‘los filoetarras nos llevan a la independencia’

Una vez al año no hace daño, que dice Pachi Mendiburu, uno de los convocantes de la txistorrada contra el cambio que a la derecha le ha dado por montar cuando llega el buen tiempo. Que serán gente de bien y de orden, pero también tienen su derecho al pataleo, que cuatro años en el desierto se hacen largos y aburridos. Y qué mejor que hacerlo contra el euskera, que siempre les ha dado un poco de tirria.

Así que se han vuelto a liar la bandera en la cabeza y ala, a Pamplona que hemos de ir con una media y un autobús. Gratis, por supuesto, que esta gente es muy suya para estas cosas. Que con lo que les jode tener que pagar impuestos a ver si encima se tienen que financiar ellos la fiesta. “Los ayuntamientos son libres de pagar el autobús”, explica Javier Esparza. Que el dinero es nuestro y hacemos lo que nos da la gana, vaya. Porque UPN sí que sabía gastarse el dinero de la gente. Es recordarlo y se humedecen los ojos de la nostalgia.

Por suerte, todo está ya preparado. Los hooligans de siempre exhiben las fobias habituales, el pueblo pone el autobús y el PSN los votos. Que la polarización identitaria siempre les ha ido bien. Los socialistas irán, sí, pero se pondrán en la parte de atrás para evitar la foto con la santísima trinidad de la derecha navarra. No vaya a ser que alguien crea que dentro de un año les acabarán dando la presidencia. Que eso es algo que el PSN nunca haría.

En realidad, la manifestación es simplemente una muestra de amor al euskera y a la cultura vasca. Concretamente, “para defender el euskera” y “rescatarlo de quienes lo están utilizando políticamente”, según nos explica el portavoz de Ciudadanos, partido con una visión muy particular de la pluralidad de España. “Debemos aprender a convivir en la diversidad en una comunidad tan variada como es Navarra y nunca usar una lengua para confrontarnos”, dice Pepe Alfaro, que como el resto de convocantes también habla euskera en la intimidad. “Hay que potenciarlo donde se habla y se vive”, ratifica Mendiburu, partidario de que se hable y se viva lo más lejos posible, no vaya a ser que se contagie alguien más.
Pero como con tanto barniz lo mismo alguien se confunde, ha tenido que salir Ricardo Guelbenzu para recordarnos que “en Navarra la situación es grave, pero muy grave”. Porque están “intentando cambiar nuestra manera de sentir, nuestra manera de pensar, nuestra manera de ser”. Más o menos como cuando Zapatero nos quiso hacer a todos gays legalizando el matrimonio homosexual. Así que avisa a los navarros de bien de que si no “suben” a la manifestación contra el euskera “habrá más funcionarios forales guipuzcoanos y nuestros hijos quedarán discriminados”. Y una cosa es que nos roben las setas y otra que vengan a trabajar. Que estos luego tampoco nos votan.

Es algo de lo que ya nos alertó Esparza cuando dijo que “vendrán a trabajar aquí los guipuzcoanos y los vizcaínos, y los navarros vamos a tener que coger la mochila e irnos por ahí”. Así que lo mismo después de la mani nos planta un muro de Endarlatsa hasta Aralar para hacer frente a la invasión. Que a Trump le funciona bien con los mexicanos.

Eso, claro, no es xenofobia ni nada. Es solo que el euskera les da un poco miedo. Casi tanto como volver a perder las elecciones. Y como lo de prohibir el euskera pues parece complicado, al menos hasta que no gane Ciudadanos, al PP se le ha ocurrido montar una caravana por los pueblos. Con su carpa grande, sus animales exóticos y sus personajes con la nariz roja. Y en el medio de la pista, Ana Beltrán tirándose de los pelos con su decálogo de imposiciones. -El otro día llamé al centro de salud y el contestador me habló primero en euskera y luego en castellano. -Que en las señales de la carretera ponga Navarra-Nafarroa es una falta de respeto. -Las instancias de la Administración están en bilingüe y no se entiende nadaaaaa.

Así hasta diez ejemplos de imposición del Gobierno de Navarra. Once si se tiene en cuenta que a la manifestación también le han puesto el lema en euskera. Ya verás cuando se enteren los de Afapna, que andan rastreando los decretos a ver si en alguno pone algo en euskera para llevarlo a los tribunales y si suena la flauta dejar sin trabajo a otros 100 opositores. “Queremos que en la Administración estén los mejores profesionales y no los que tengan solamente euskera”, afirma el Beltrán de la función pública. El único que se atreve a decir lo que todo el mundo sabe, que los euskaldunes ni son buenos profesionales ni están cualificados. Y que además, son todos de Bildu. O de la ETA, si te descuidas.

Por que sí , “ETA está logrando desde las instituciones lo que no consiguió con las armas”. Lo dice Ramón Pérez Maura, adjunto al director del ABC, que alerta a los españoles de bien de que “los quebraderos de cabeza que estos días da Catalunya se verán pronto multiplicados en Navarra”, donde “se están sentando las bases para que los filoetarras den un paso al frente para pedir la independencia”. ¿Por qué? Pues porque ahora “el euskera es requisito para ser funcionario en Navarra”, y se van a crear 2.000 puestos más para “privilegiar” al 7%.

Todo por supuesto es mentira, pero algo hay que escupir. Qué importará ya en una tierra en la que Juan Luis Sánchez de Cesantías va dando lecciones de ética y Julio Dameargo Pomés, de posverdad. Han pillado la barra libre y ya no hay quien los saque del bar, donde se han montado un concurso de improperios. Esperemos que cuando les enciendan la luz al menos no quieran que les paguemos la cuenta.


15
May 18

Un estatuto, dos mentiras y mucho folklore

El enfado de UPN, PP y Ciudadanos con el PNV es tan grande que lo mismo acaban pactando todos juntos los presupuestos de Rajoy

Entre la paranoia batasunizadora del PP, las fobias habituales de UPN y la derecha mediática describiendo Navarra como si fuera la Polonia recién invadida por la Wehrmacht, la cosa estaba bastante tranquila por Navarra. Así que al PNV se le ha ocurrido presentar su propuesta de nuevo Estatuto hablando de Euskal Herria. Que con el pacto de Gobierno con el PSE, el apoyo presupuestario a M. Rajoy y el qué es eso del 155 del que usted me habla, había que hacer algo para contentar a la parroquia, que todavía falta mucho para en el próximo Alderdi Eguna.

Tampoco es que sea nada nuevo, porque algo parecido pone en el Estatuto de Gernika y bien que lo defienden los cruzados de la Constitución. Pero ha sido suficiente para que UPN y PP, que últimamente no es que anden muy frescos de ideas, se hayan agarrado al documento como a clavo ardiendo. Y es normal. Falta poco para las elecciones y los de Ciudadanos vienen soplándoles la oreja, así que ahí que se han liado a codazos Esparza y Beltrán a ver quien saca antes el titular.

Más les valdría tener cuidado con esto de andar plagiándose en el Parlamento las iniciativas que suenan a antivasco. Que con las prisas algún día se van a terminar chocando cara con cara en la puerta del registro. Y el cemento es duro de narices.

Lo curioso del caso es que a estas cosas casi siempre es Esparza quien acaba llegado tarde. Igual es que con tanto trabajo en la oposición ha perdido la forma. Porque si no, pillín, te hemos pillado copiando… que visto el panorama también es posible. Que tampoco pasa nada, aquí hasta la mejor monja se tira un pedo. Es más que, puestos a copiar, más vale asegurarse de que estás copiando las respuestas acertadas. No vaya a ser que estés siguiendo el rastro de quien va camino del 0 en el examen final de la legislatura.

Al menos, en esta dura pelea ha surgido un aliado. El héroe que necesitaba España. Porque la cosa no va solo de salvar Navarra. Hay que librar al todo el país de los herejes, que si no te acaban mandando a Eurovisión a una navarra y a un catalán más preocupados por cantar bien que por defender la Patria como les gusta a los no nacionalistas.

Porque el problema de España, claro, son “los nacionalistas”, que “siempre están intentando apoderarse de lo que no es suyo”. Lo ha dicho Albert Rivera, que pone como ejemplo Valencia, Baleares y Navarra. Tres territorios donde, además de haber gente muy mala, casualmente no gobierna la derecha. “Nunca apoyaremos el anexionismo ni la secesión. Vamos a defender la diversidad, la igualdad y la unión”, afirma el líder de Ciudadanos. Palabras que sin duda son todo un alivio en boca de quien entiende la igualdad como fumarse el régimen foral y la unión como el españolismo obligatorio. Pero tampoco le vamos a pedir que renuncie a sus principios para poder pactar. Ni que fuera del PNV.

Mentirijillas por Madrid Suerte que para poner en orden a los vascos ya están los de UPN. “Desde el inicio de legislatura hay un pacto entre el PNV, Geroa Bai y Bildu para anexionar Navarra”, denunciaba Esparza en Onda Cero, donde explicó a los españoles que “en Navarra se impone el euskera a las empresas y a los funcionarios”. Toma, dos mentiras en una y ni te has enterao, Alsina. Tres, si contamos lo que dijo de que Urkullu, Ortuzar y Barkos “están en la misma clave que ETA”. Terroristas habituales, se llamaba la película. Y ahí tampoco tiene derechos de autor. Porque esto de llamar etarra a todo hijo de vecino se lo ha copiado al Mahoma Oreja y a Losantos su profeta. Que por sospechar sospechan hasta del bueno de Mariano. “Rajoy le ha entregado Navarra a ETA”, insistía por tercera semana consecutiva el radiopredicador.

Está la cosa tan mal que el ABC ha tenido que hacer un serial informativo que ni en la boda de la Infanta. “Navarra, puerta abierta a la anexión vasca”, decía esta semana el diario. Solo a la altura de La Razón, que directamente se ha inventado que “desde hace meses” se están celebrando “reuniones secretas” entre Urkullu y Barkos para avanzar “en la reunificación de País Vasco y Navarra”. Todo, claro, “según fuentes conocedoras del asunto”, que es lo que se dice cuando no estás muy seguro de si has copiado bien al compañero de pupitre.

Al menos todo este chandrío lo va a arreglar UPN, que se ha puesto gallito en Madrid con que no apoyará los presupuestos a Rajoy. ‘Ojo que nos cargamos el Gobierno’, van diciendo por el Congreso Alli y Salvador, que quieren que les firmen un papel con algo de los presos. Y que es tan vinculante como si les hacen otro diciendo que el PP va a dejar de trincar.

Lástima la desilusión que se va a llevar la jauría que estos días jalea a los regionalistas cuando se dé cuenta de que lo que han pedido no es que no se acerquen los presos, sino que cuando se haga, en la foto no salga el Gobierno de Navarra. Más o menos lo que ya han hecho con el tren, y que ahora nadie sabe por dónde anda.

Pero bueno, está bien que las cosas queden por escrito, que con eso y algo más seguro que a los de UPN se les pasa el mosqueo. Que están tan cabreados, pero tan cabreados con el PNV, que van a acabar pactando con ellos los presupuestos del Estado. Por que ahí sí, respeto institucional, todo. El dinero para los que quieren romper España y el folklore para los dos chicos de Esparza. Con suerte, lo mismo nos arreglan un par de polideportivos en La Ribera. Que de ahí para arriba estamos todos batasunizados y nos merecemos las goteras. A ver si al menos entre tanto pataleo nos hacen un sitio debajo de la bandera.


08
May 18

Tambores de reconquista

tambores de reconquista
Falta un año para las elecciones y el miedo a las lenguas se azuza en la comunidad de los infieles

Después 60 años de violencia ETA ha anunciado su disolución, y a más de uno se le ha avinagrado tanto el café que hasta se les nota en la cara. Igual es que tiene razón Jaime Mayor Oreja, que donde todos han visto una rendición incondicionada, el ha descubierto un triunfo sublime y planificado. “El proyecto de ruptura de ETA está más desarrollado que nunca en Cataluña. Gobierna en Navarra y está en Valencia y Baleares”, alerta Mayor Oreja, que siempre ha sabido muchas cosas.

Razón debe tener, porque es algo que piensa también su amigo Federico Jiménez Losantos, otro experto en conspiraciones varias, que cree que ETA ha ganado porque ha conseguido “lo que siempre ha querido, los presos y Navarra”. Y que lo ha hecho además “gracias a Rajoy” que “ha entregado Navarra a ETA”. No han hecho falta ni Podemos ni el PSOE de Eguiguren”, lamenta.

Al final igual hasta nos acabamos acostumbrando a eso de que nos gobiernen criminales. Que muy malo no debe ser, porque en Madrid tienen a sus cuatro últimos presidentes autonómicos imputados por chanchullos varios y al partido en el Gobierno del Estado procesado por corrupción, y no les va tan mal.

Así que tampoco debe ser muy grave que el diario El Mundo llame a Uxue Barkos y a Iñigo Urkullu “cómplices de ETA” por plantear un cambio en la política penitenciaria. O que Manuel Marín señale en ABC que “Navarra se va a convertir en el escenario de un chantaje al Estado con una falsa apariencia de legitimidad para seguir mordiendo a España y socavando su estructura territorial”. Algo que no está muy claro que es, pero que al menos suena tranquilizador.

Ya se sabe que las cosas se ven mejor desde la distancia, sobre todo en Madrid, donde saben muy bien cómo están las cosas por Navarra. Si estarán bien informados, que Javier Esparza ha tenido que escribir un artículo en ABC para explicar que UPN “no es un partido nacionalista”, que es lo que le había dicho José María Carrascal, el de las corbatas de colores.

Porque claro, no hay cosa que les joda más a los de UPN que que les llamen nacionalistas. Porque muy navarrísimos y muy españolísimos sí, pero de vascos ni un pelo que te meto. “Nuestra única nación se llama España”, ha tenido que aclarar Esparza en un artículo rompedor en cuanto a argumentos nuevos, y en el que, además de las habituales referencias a ETA y a la transitoria cuarta, afirma que “en estos momentos el nacionalismo vasco plantea la anexión de Navarra al País Vasco como paso previo a la separación de España”.

Así que resulta que estamos en un proceso independentista y ni nos habíamos enterado. O algo peor, en una batasunizacion, que viene a ser un Apocalipsis zombi en el que vascos demacrados van por las calles comiéndose a quienes no hablan euskera para convertirlos en seres incapaces de sentir orgullosa su españolidad. Que es lo más cruel que se le puede hacer a un ser humano. “El nacionalismo vasco avanza en la colonización de Navarra”, confirmaba ayer a toda portada el ABC, que para ejemplificar la imposición lingüística mostraba un cartel grande y rojo en el que se lee “Navarra-Nafarroa”.

Por lo visto, alguien se ha dado cuenta de que falta un año para las elecciones y ha emprendido su operación de reconquista. A ver si azuzando un poco el miedo a los idiomas acabamos cuadrando las cuentas, que parece que no les salen. “La silenciosa euskaldunización de Navarra”, apuntaba también esta semana La Razón en un artículo en el que se habla un poco de todo para llegar a la conclusión de que “la mezcla de un complejo de culpa irracional junto con el temor a enfrentarse al nacionalismo y ser tachado de intolerante o anti-vasco, o incluso franquista, facilita que el gobierno de Uxue Barkos pise el acelerador de la euskaldunización a través de la educación”.

Lo mismo que El Mundo, que titulaba “Navarra, el próximo botín nacionalista” un reportaje calcado en argumentos, y en el que resucita a Julio Pomés para concluir que “Cataluña representa un modelo en el que vislumbrar el porvenir que aguarda a Navarra”. A la fiesta se ha sumado hasta El País, que alerta de que “la batalla política de la lengua se extiende a Navarra, Valencia y Baleares”. Tres territorios donde “PP, Ciudadanos y UPN” comparten argumentos. Y el PSOE, solo cuando está en la oposición.

Si es que no se puede ser tan bueno, que lenguas paganas nunca han sido buenas. Así que la solución al final pasa por cortar por lo sano. Que es lo que viene a proponer en ABC Mario Fabo, el alcalde de Marcilla que se hizo popular por la gracieta del gumonin, y que explica al periodista madrileño que la educación en Navarra “es un reducto abertzale donde los profesores son militantes que aprovechan el contacto con los chicos para hacer propaganda”. “Se proporcionan ventajas a los maestros que hablan euskera, que pueden participar en las pruebas de selección que se celebran tanto en castellano como en vasco”, denuncia el ilustre alcalde, que propone que “lo lógico sería zonificar la enseñanza con un único modelo” y que el euskera sea “una opción en el norte”. Parece que Navarra por fin ha encontrado a su Don Pelayo.


02
May 18

Entre amigos

Beltrán reclama medidas heroicas contra el Gobierno, Losantos pide intervenir Navarra y UPN no sabe si se puede criticar a la justicia

El juez leyó la sentencia de La Manada y se incendió el mundo. Todos contra el tribunal. Como si criticar una resolución judicial ya no fuera tabú, ni salir a la calle a protestar ya no fuera cuestionar la separación de poderes. “Siento un profundo rechazo hacia la sentencia de La Manada”, decía subido a la cresta de la ola feminista Javier Maroto, vicesecretario del PP. El mismo que hace unos días denunciaba que el Gobierno de Navarra “copia ya lo peor del independentismo” por defender que lo de Altsasu no es terrorismo.

La reacción social también le ha pillado con el pie cambiado a UPN, que llevaba varias semanas agitando el espantajo contra el Gobierno foral, y en especial contra su presidenta, porque Uxue Barkos había pedido proporcionalidad a la Audiencia Nacional. “¡Que el Gobierno se posicione en un proceso penal abierto en favor de una parte es un disparate!”, clamó Esparza. Y claro, cuando todo el mundo se indignó porque los jueces vieron “abuso” y “jolgorio” en lo que más bien parece una violación, al pobre no le salió otra cosa que decir que la sentencia “no era la esperada por buena parte de la sociedad”.

La confusión en UPN ha sido tal que sus concejales en Pamplona han acabado llamando a los ciudadanos “a sumarse a las movilizaciones convocadas en apoyo a la víctima y de rechazo al fallo de la sentencia”. Mientras que en el Parlamento UPN ha mostrado “su profundo desacuerdo” con la sentencia, ha cuestionado “la calificación” del delito que han hecho los jueces del TSJN y se ha “unido al clamor popular frente a este fallo”. Por lo visto, posicionarse a favor de una parte en un proceso penal ya no es un disparate.

La cosa es que se ha abierto la veda y a la gente se le ha calentado el morro. Tanto, que el concejal de festejos de Tudela ha presentado su dimisión después de poner en Twitter: “Me cago en el puto Rey de España, en la Justicia y en toda esta mierda de sistema. Y ahora si tenéis cojones venís y me metéis más años por este tuit que a los hijos de puta de La Manada”. Y visto cómo se retuerce últimamente el código penal, es posible que el edil de Izquierda-Ezkerra lo compruebe pronto si la gracia llega a oídos de la Audiencia Nacional y le da por montarse otro delito de rebelión o de terrorismo. Que empotrar entre cinco a una niña no, pero escribir es violento que te cagas.

Entre amigos Al menos Iñaki Magallón podrá decir que se ha quedado a gusto, que placeres de estos no se da uno todos los días. Su dimisión es además la prueba definitiva de que el Apocalipsis ha llegado también a Tudela. Porque esto en la España de verdad no pasa, que allí dimitir es de cobardes. Salvo que trinques dos cremitas en el Eroski, claro.
Hay que reconocer que la derecha, en general, y la madrileña en particular, tiene clase para estas cosas. Lo mismo se le rompe el ordenador de la Gürtel a martillazos que de repente le aparece un vídeo perdido hace siete años. Que para eso pone el árbitro, el balón y las reglas.

Y si no se las inventa, como Rafael Hernando, que esta semana consideraba “indigno” que la presidenta del Gobierno foral denunciara la tropelía que se está produciendo en la Audiencia Nacional con el Caso Altsasu. “Ya me hubiera gustado escuchar a Barkos condenar los hechos”, criticó el portavoz del PP en el Congreso. Algo que hubiera tenido un pase si no fuera porque la presidenta había mostrado su rechazo a la agresión apenas dos horas antes en un acto en Madrid. Pero qué más le dará eso a un tipo que en 24 horas pasó de denunciar el “linchamiento” y el “acoso” a Cristina Cifuentes a pedirle amablemente que venga, fuera, lárgate, rapidito que te saco otro vídeo.

Son solo cosas de amigos. Como cuando UPN le pide al PP que esconda la rojigualda que eso quita votos en Navarra. Algo que por lo visto le molesta un rato a Ana Beltrán. “UPN no nos deja sacar la bandera de España en campaña”, afirmaba la presidenta del PP esta semana en Es.radio, el garito que se ha montado Federico Jiménez Losantos para seguir impartiendo buen rollo en las ondas.

Fue desde luego una oportunidad para que Beltrán explicara a los españoles las “mentiras” de Barkos en Madrid. “La buena situación económica y de convivencia social que según Barkos vivimos en Navarra está muy lejos de lo que viven los navarros día a día”. “Hay que tomar medidas heroicas”. “Yo soy la que defiendo allí al Estado, sin complejos y con valentía”. Para echarse a llorar de emoción. En su lucha por la verdad Beltrán tuvo incluso el apoyo de Cayetana Álvarez de Toledo, del ala chunga del PP. “Aquello es un territorio sin ley donde no está presente España y está normalizado el acoso”. El puto infierno, vamos.

Ya se sabe que en las prisas por recuperar el trono cualquier aliado es bueno. Y que para estas cosas el primero en apuntarse suele ser Federico Jiménez Losantos. El locutor plantea incluso “intervenir” la Comunidad Foral y así acabar con el sufrimiento de una población que sobrevive a duras penas en refugios antinucleares.

Según contó en la radio, en los ríos de gente que se acercan a él a firmar sus libros, “los más dolidos” por la situación de España son precisamente los navarros. Algo lógico “porque Navarra es el baluarte de lo español” y “es tan reciente y brutal el atropello” que la peña huye en masa a pedirle ayuda. “El Gobierno de Rajoy los ha abandonado. Intervenir Cataluña es difícil, pero Navarra no”, apunta Losantos. Y quizá sea lo mejor. Que vengan de Madrid y nos rateen directamente en casa. Que esta es gente es muy de fiar.