24
Abr 18

Bienvenidos al infierno

Vista desde Madrid, Navarra es hoy un territorio hostil e inhóspito. Y Alsasua, solo la punta del iceberg

Bandera pirata

Bandera pirata


A cuenta del Caso Alsasua y azuzados por la amable visión que exportan algunos cuando pisan Madrid, a la prensa de extremo centro esta semana le ha dado por hablar de Navarra. Y no precisamente par bien. Por lo visto, el Apocalipsis ya esta aquí y ni nos hemos enterado. “En el Gobierno de Navarra está ETA”, decía en Antena 3 Eduardo Inda, que como es de Pamplona en las tertulias le toman en serio cuando dice estas cosas. “En el Gobierno de Navarra hay antiguos miembros de Herri Batasuna, que según la justicia formaba parte de ETA, así que en el Gobierno de Navarra está ETA”, soltó en el tío en una muestra del rigor con el que se ha analizado estos días la realidad de esta tierra, convertida por algunos en un lugar tan hostil e inhóspito que dan ganas de ir a vivir a donde el Estado Islámico.

Hay que entender que en Madrid las cosas se ven siempre con una perspectiva especial. Sobre todo desde ese búnker mediático que tanto mima últimamente al partido de Rivera, donde Rajoy es un pusilánime y Montoro un traidor al que cualquier día empuran por decir que en Cataluña no ha habido prevaricación. Y claro, a partir de ahí, Sánchez es un bolchevique, Iglesias un bolivariano y la mitad de los navarros medio terroristas. Y eso cuando están a buenas. Porque con el calentón de esta semana no se ha librado casi nadie.

Ni siquiera UPN, que según José María Carrascal viene a ser el culpable de todo. “UPN empezó marcando diferencias con España y ha terminado preso del nacionalismo vasco, con todo lo que ello significa de pérdida de identidad y aceptación de la violencia como arma secesionista legítima para ellos”, decía en un artículo a toda página en ABC, en el que se preguntaba incluso a ver “¿dónde ha quedado la nobleza navarra?”, que por lo visto somos todos unos bárbaros.

La serenata de Carrascal venía a cuenta de la presencia del Gobierno foral en la manifestación del pasado sábado. Así que a lo mejor el buen hombre se ha liado con las corbatas de colores y ha pensado que aquí sigue gobernando UPN. Que vete a saber lo que se puede llegar a imaginar uno si se cree lo que va contando por ahí Ana Beltrán, que ha engañado al PP para que simule en un vídeo que lo de Navarra es peor que lo de Cataluña. Como si el partido de Rajoy no tuviera ya pocos incendios que apagar como para inventarse otro nuevo.

El documento en cualquier caso no tiene desperdicio. “¿Preocupado por la situación de Cataluña? Pues escucha lo que pasa en Navarra”, reza una voz en modo Teletienda mientras se oyen gritos de Independencia y suena música de terror. Que ya de paso, podían haberle puesto la de Piratas del Caribe, que pega bastante más con los bucaneros de Génova 13. “Desde 2015 el Gobierno está en manos de la Izquierda Abertzale”, afirma el PP, que asegura que en Navarra “se está imponiendo un proceso de batasunización” que pasa por “imponer la ikurriña”, “imponer el euskera” e “imponer la anexión al País Vasco”. Venga, a ver si superas eso, Esparza.

El PP incluso pide “ayuda” a los españoles de bien para que “Navarra no deje de ser Navarra”, no vaya a ser que acabe con el máster de Cristina Cifuentes en el limbo de los objetivos desaparecidos. Algo que va a pasar tarde o temprano, y la culpa va a ser del PSOE. Que, según el ABC, “permite la consolidación de una política panvasquista contraria al espíritu y la letra de la constitución que actualizó los derechos forales”.

Porque eso, que además de ser una crítica al PSOE parece un aviso a navegantes, es “lo mismo” que está pasando “en Baleares con su presidenta socialista”, donde también “se están aplicando los protocolos de infestación nacionalista que tan buen resultado han producido para el separatismo”. Y para que no falte nadie a la fiesta, tienen su parte de culpa también UGT, CCOO y, por supuesto, Podemos. Cómo no.

“Gran parte de la izquierda española está dispuesta a defender sin límites la estrategia etarra sin armas”, denuncia Hermann Tertsch, analista de cabecera de los ideólogos de la derecha foral y española. Que si dice eso de los sindicatos, no es difícil imaginarse qué puede pensar de Uxue Barkos, foco central estos días de la ira del hooliganismo de pandereta. “Un Gobierno que apoya al terrorismo frente a la Guardia Civil debe ser inhabilitado. Los españoles pasarán algún día por encima de los partidos que permiten esto y acabarán con esta triste farsa”, proclama Tertsch en una llamada a su Cruzada particular.

La verdad es que a veces dan hasta miedo. Suerte que el susto se pasa cuando la exageración adquiere tintes grotescos. “Barcos quiere obligar a los niños navarros a hablar euskera hasta en el recreo”, afirma OKdiario. “Como todo nacionalista aspira, a convertirse en un dictador. Barkos está destrozando Navarra económica y socialmente. Ahora, ya, convertida en liberticida”, denuncia Carlos Cuesta. “640.000 navarros se ven obligados a escolarizar a sus hijos en otra lengua con grave perjuicio para su formación”, advierte Federico Jiménez Losantos, que no se refiere al inglés sino al euskera.

Hay incluso quien con la excusa del juicio le ha puesto nombre a nuestro particular Apocalipsis. “Alsasua no ha dejado de ser un pudridero que ha ido infectando a las autoridades navarras, en un proceso de burbuja tan específico que me atrevo a denominarlo como Síndrome de Alsasua”, afirma Maite Pagazaurtundua.

Otras, como Isabel San Sebastián, consideran que el problema es que la gente buena ha tenido que huir de Navarra, y que por eso ahora se pierden las elecciones. “Las fuerzas separatistas que han estado beneficiándose del terror etarra gobiernan el País Vasco y Navarra tras expulsar del censo de votantes a todo el que supusiese un obstáculo para sus planes”. Una opinión que parece compartir incluso El País, para quien el Caso Alsasua “refleja los modos de una sociedad intolerante secuestrada todavía por la xenofobia y el silencio cómplice”. En resumen, que los navarros son gente chunga y votan mal. Y que a ver qué es eso de presionar a la Justicia que ya sabemos que los de Alsasua son todos terroristas. Ponme otro chupito, anda.


17
Abr 18

Repartidores de carnés

Sabíamos que en esta tierra hay buenos y malos navarros, pero gracias al PP sabemos que también hay navarros que no son españoles

Ya lo dijo Rajoy con su habitual soltura. “España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles”. Y eso, que no está claro qué significa, es así en todos los sitios menos en Navarra. Porque si el carné de navarro lo reparte UPN, para decidir quién es buen español ya están el PP y María Dolores de Cospedal, que ayer nos explicaba que hay navarros que no son españoles. “El PP da su apoyo a todos los españoles de Navarra”, afirmó la secretaria general del PP en Toledo, donde sin duda se conoce bien la realidad de Navarra. Que para eso es la ministra de Defensa y a españolidad no le gana nadie.

Tampoco es que en esta tierra la gente se vaya a molestar mucho porque les digan que no son españoles. Pero al menos tranquiliza saber que hay alguien que se preocupa por nosotros. Y si encima es quien maneja la Acorazada Brunete, el alivio es mucho mayor. Que por lo visto, Navarra ya casi es una “dictadura” y eso pues no puede ser. “Se llama dictadura aquel sistema donde el que manda se cree que está por encima de la ley y quiere imponer el pensamiento único”, afirma la del partido de la Ley Mordaza y la Caja B.

Suerte que la ministra es generosa, y garantiza el apoyo del PP “a todos los españoles de Navarra” y “no sólo a los que votan al PP”. No vaya a ser que la próxima legislatura no tengan a quien defender. Que las encuestas no son ETA pero cada vez se le parecen más.

El calentón venía a cuenta de la manifestación que el sábado congregó a miles de navarros en las calles de Pamplona. Y claro, ha sido ver las fotos y en Madrid a más de uno casi le da un tabardillo. Porque o lo de Alsasua no es terrorismo, o Navarra está llena de filoterroristas. Y ahí cualquier salida es mala, que no hay cárcel para tanto infiel.

Al menos quedan buenos navarros como Sergio Sayas, que lo mismo escupe improperios a la presidenta de Comptos que exige respeto a la independencia judicial. Y héroes de la talla de Carlos Salvador. Que tendrá su Sicav en Madrid y que se le habrá perdido un máster con el lío de Cifuentes, pero se preocupa por lo importante. “Uxue Barkos al servicio del matonismo batasuno, acompañando al mundo proetarra en la defensa de los agresores de Alsasua. Cinismo es poco”, apuntaba tras la manifestación. Con semejante claridad, qué más dará dónde pague sus impuestos.

Estando como están las cosas por Navarra, es gratificante escuchar a personas con sentido de Estado como Albert Rivera, otro español de bien indignado con la convocatoria. “Siento vergüenza como demócrata al ver a nacionalistas y populistas defendiendo a los agresores de dos guardias civiles y sus parejas. Siempre estaremos con las víctimas y la tolerancia, nunca con los totalitarios y la violencia”, argumenta el líder de Ciudadanos, que querrá laminarse el régimen foral, pero es un buen patriota y eso es más importante.

La verdad es que entre separatistas, bolivarianos y sanchistas ya no quedan muchos españoles de verdad. No al menos de la talla de Carlos Herrera, siempre preocupado por Navarra, y que ha aprovechado estos intensos días para conectar con su corresponsal de guerra en la zona, Javier Esparza, que periódicamente se asoma a la Cope para ofrecer de primera mano un análisis mesurado y objetivo de la comunidad.

Esta vez lo hizo en una breve entrevista en la que soltó las perlas habituales, que a base de repetirías seguro que alguno se las acaba creyendo. Cuál sería el tono que la emisora acabó titulando que en Navarra hay una mayoría parlamentaria que “justifica los asesinatos de ETA”. Ahí, sin vaselina. Que no es lo que en realidad dijo Esparza, pero la cosa ha llegado a tal punto que en su partido creyeron que sí, y le dieron carrete por las redes sociales hasta que alguien les dijo que con estas cosas tonterías las justas.

Porque una cosa es profetizar el Apocalipsis y otra llamar terrorista a la mitad de la comunidad. Que es lo que más o menos han venido a decir algunos medios de Madrid estos días. “Barkos agarra la pancarta de los proetarras”, arrancaba el ABC. “El Gobierno de nacionalistas y proetarras coacciona al poder judicial”, resolvía La Razón acusando al Ejecutivo autonómico de “imponer su ley” en favor “de los cobardes y los miserables”. “El Gobierno arropa a los agresores”, concluía El Mundo. Como para explicarles que lo del sábado solo iba de pedir una Justicia proporcional.

Con estos mimbres, y con Ana Beltrán corriendo por los pasillos de la convención del PP al grito de Navarra se batasuniza que dolor que dolor que pena, es normal que la cosa se acabe confundiendo en hasta el punto de que el ABC salga al kiosko con una portada en la que una gran ikurriña aparece adornada con el escudo de Navarra. Años pleiteando para sacar las cadenas del escudo del Gobierno Vasco para que venga el ABC y las meta en la bandera prohibida. Tienen tanto empeño que a veces les pueden las ganas. Nos queda un año glorioso.


10
Abr 18

Semana de pasión

El máster de Cifuentes ha eclipsado la verdadera revelación de Semana Santa. Al PNV le gusta el cambio, y esa es la prueba de que Navarra camina hacia el final

Entre procesiones y banderas a media asta, y con los ministros del PP cantando Soy el novio de la muerte a ver si así frenan la fuga de votos a Ciudadanos, resulta que al final ha sido el máster de Cristina Cifuentes quien ha monopolizado estas semanas de pasión. A la pobre diva madrileña le han atizado como si en vez de perder el trabajo de fin de carrera en una mudanza lo hubiera escrito en euskera, y eso desde luego es una injusticia. Como si no tuviera credibilidad escucharla prometer a lo Escarlata O’Hara que su máster es más legal que las dietas de Caja Navarra, y que si acaso pregunten al rector dónde están ahora los papeles. Si se tiene que hundir alguien, mejor que sea de la Universidad. Es solo una cuestión de prioridades.

Porque esto de intentar salvar la cara a costa del prestigio colectivo tampoco es que sea algo nuevo. En el fondo es lo que vienen haciendo los esparzas, beltranes, pomeses y compañía cada vez que asoman por Madrid. Donde la Universidad Juan Carlos I resulta un idílico espacio ético comparado con el caos, muerte y destrucción que vivimos por estas tierras, donde hay mu’mala gente y gente mu’mala.

Para José André Burguete, por ejemplo, “quienes no defienden el marco actual de autogobierno” son unos “navarrofobos”. Una aportación al debate político fruto de una profunda reflexión intelectual que viene a ser lo que UPN lleva diciendo toda la vida. Y que no es otra más que que para ser un buen navarro hay que votarles a ellos. Burguete por lo pronto ya se ha afiliado, que para eso no hace falta ningún máster y nunca se sabe lo que te puede caer.

Algo que solo está a la altura de la última ocurrencia del PP, que ahora propone que los alcaldes paguen de su bolsillo las costas judiciales de las denuncias que les ponga la Delegación del Gobierno si ponen una ikurriña. Lo que desde luego es mucho más grave que el fraude fiscal, la corrupción o el despilfarro, donde la derecha se merece toda nuestra comprensión y solidaridad. Así que esas facturas ya las pagamos a pachas.
En realidad, todo esto del máster no deja de ser una cortina de humo para tapar el hecho realmente grave y preocupante que nos ha dejado la Semana Santa. Unas declaraciones del presidente del PNV, Andoni Ortuzar, que en víspera del Aberri Eguna se congratuló de que “en Navarra se está consolidando el Gobierno del cambio”. Algo que para los profetas del Apocalipsis no es sino la conformación de que hay una “estrategia oculta” del Gobierno de Navarra para trabajar en la “construcción nacional”. La prueba irrefutable de que hay un “plan” para integrar la Comunidad Foral en Euskadi como paso previo a la independencia.

Y ahí que ha salido en tromba el cuatripartito de la oposición a buscarse un hueco en el titular. “Se confirma lo que venimos diciendo, no es un cambio social, es cambiazo nacionalista”, denunciaba con firmeza el PSN, socio de coalición del PNV en Euskadi, donde por lo visto los de Urkullu no son peligrosos nacionalista. Más claro fue Javier Esparza que, preocupado como está por los problemas reales de la gente, convocó una rueda de prensa específica para denunciar que en Navarra “nos mandan desde Bilbao”.

A la fiesta, por supuesto, se ha unido también el PP, que incluso ha pedido al PNV “que se olvide de Navarra”, que ya está Ana Beltrán para decidir qué partidos pueden hablar de Navarra y cuáles no. Y, por supuesto, Ciudadanos, que se ha hecho un hueco en el panorama informativo desde que el presidente de UPN incluyó a los antiforalistas como aliados para sacar a los infieles del Gobierno. Todo sea por salvar a Navarra de los nacionalistas vascos, que son muy malos salvo cuando hay que pactar con ellos los Presupuestos del Estado.

Eso, si hay Presupuestos claro, porque los de UPN ya ha dicho que igual se plantan. Que una cosa es ir de la mano con el PP ahora que se hunde en todas las encuestas, y otra no ver ni la pedrea en el reparto de inversiones. Y claro, ellos también quieren su foto con Rajoy, no vaya a ser que parezca que no pintan mucho por Madrid. Que tal y como les van las cosas por Navarra, tampoco es plan.

Y eso que los Presupuestos del Estado vuelven a tener partida para el TAV. Que vale que son solo 26 millones, y que a este ritmo harán falta 112 años para completar los 200 km del corredor que según prometieron Miguel Sanz y José Blanco iba a estar finalizado para hace ya tres años. Y si es que algún día se decide por dónde pasa tren y si a Pamplona le cambian la estación, que tampoco está claro. Pero bueno, más llevan en Barcelona con la Sagrada Familia y no se quejan tanto. Además, así al menos UPN y PP podrán meter las máquinas antes de las elecciones. Que pensiones dignas no, pero al menos tendremos obras. Para que luego digan que no piensan en los jubilados.