Regreso al futuro

La vuelta del PSOE a la Moncloa alerta a la derecha, que empieza a recuperar los viejos fantasmas que en 2007 agitó contra Zapatero

Se fue Rajoy y llegó Sánchez, y quienes vaticinaban el hundimiento de Navarra en medio de las siete plagas no se acaban de aclarar si ya que estamos va a desaparecer también España o casi mejor lo dejamos para luego que con el Apocalipsis foral ya tenemos bastante.

Entre los primeros ya se ha situado rápidamente Ana Beltrán, que una vez abierto el grifo del descontrol ya le da igual regarlo todo con la manguera. “Si se pierde Navarra se pierde España”, proclama la líder del PP en Navarra, “preocupada” porque Sánchez gobierna “amparado en los que quieren ver desaparecer a Navarra”. Porque ella “sospecha”, “intuye” y “teme” que el PSOE haya pactado ya la venta a plazos del país, empezando por Navarra y siguiendo por los presos de ETA porque “se ve a lo largo de la historia que el PNV no da nada gratis”. Y algo sabe de esto Beltrán, porque solo una semana antes el PP había pactado los presupuestos con quienes “acechan sin pudor revoloteando sobre nuestras cabezas como auténticos buitres”. Aunque entonces, claro, los nacionalistas vascos eran gente de bien.

En realidad la derecha nunca ha llevado bien eso de que le saquen del poder. La última vez que los populares salieron a gorrazos de la Moncloa por intentar engañar a la gente con el 11M se pegaron cuatro años de manifestación en manifestación contra el anticristo de Zapatero, que también iba a acabar con España y a lo más que llegó fue a cambiar la Constitución para contentar a los prestamistas alemanes.

La cosa es que ahora le toca recibir a Sánchez. Y por extensión al PSN, que para los populares ha dejado de ser ya “un aliado para la defensa de Navarra como Comunidad Foral diferenciada dentro de España”. Y los socialistas, que todo este tiempo han estado riéndole las gracias a eso de la batasunización de Navarra, han tenido que salir corriendo a decir que vamos a ver, que tampoco hace falta exagerar. “Los hechos avalan la posición del Partido Socialista”, argumenta ahora María Chivite como si para anunciar el Apocalipsis hicieran falta pruebas. Pues no, no hace falta. En el Apocalipsis, como en los fantasmas, se cree, que con algo hay que asustar a los niños.
Entre unos y otros se han puesto los de UPN, que estas dos últimas semanas se han llevado tal revolcón que todavía no saben por dónde les pega el aire. Lo mismo se ofrecen a colaborar con el nuevo Gobierno que le acusan de entregarse a los nacionalistas. Y como esta gente ve pactos ocultos cada vez que pierden una votación, ya se huelen que con el buen rollito que se llevan ahora el PNV y el PSOE pintan bastos para el año que viene. “El PSOE va de la mano del PdeCat y Bildu, que quieren romper España”, alerta Esparza, que como está preocupado porque el PSN “quiere apuntalar al nacionalismo vasco en Navarra” ya ha empezado a desempolvar el espantajo del Navarra no se vende de 2007.

Con todo esto del cambio en Madrid a UPN también le han quitado el juguete para la propaganda. Y después de tres años diciendo mira que tren más guapo que os he traído yo aquí, seguimos como estábamos en 2013. Encima, por mucho que Esparza se ponga a dar saltos por detrás gritando que he sido yo, que lo he traído yo, va a ser el PSOE quien se haga la foto con la primera excavadora justo antes de las elecciones. Más o menos lo que va a ocurrir con los 2.500 millones en vías, estaciones y complementos varios que UPN decía que le había prometido el ministro, y que se han disipado a la misma velocidad con la que Íñigo De la Serna ha hecho las maletas rumbo a Santander.

Como en 2007 Todo en el fondo tiene sabor a película que ya hemos visto. Con la derecha preparando las baterías antiaéreas contra el PSOE y los socialistas gobernando en nombre de la izquierda con ministros que contentan a la derecha. Así que es normal que los Manolo y Benito que UPN ha mandado al Congreso anden todavía sin saber dónde aterrizar. Y mientras uno atiza a Sánchez por los intentos de “apaciguar” al “rebelde Torra”, el otro va ofreciendo sus votos al PSOE y pisando los callos al PP. “Algun@ está en viviendo en el Senado gracias a nuestros votos”, le decía Íñigo Alli a la senadora del PP Cristina Sanz. “Es un error gravísimo vuestro ofrecimiento al PSOE, que llega al poder apoyado por quienes quieren romper España y sin saber qué ha pactado a cambio”, replicaba la senadora, que acusaba de desleal a su compañero de coalición. “No hay mayor deslealtad que la corrupción”, zanjaba Allí dando ahí donde más duele.

Y ojo porque en campo embarrado quien mejor se mueve es Federico Jiménez Losantos, y para éste son tibios hasta los del PP, que “han entregado la lengua y los medios de comunicación a la izquierda nacionalista” en Galicia y en Valencia. Y así nos va. “UPN hizo lo mismo, jugar a ser un partido medio nacionalista, medio navarro, bastante español, pero euskaldun, pero peneuvista, pero del PP, pero sí, pero no, pero ayer, pero mañana. Y ha pasado lo que tenía que pasar, que han venido los del PNV y los de la ETA y les han comido de la tostada y ahora están contra la pared”, señalaba esta semana el locutor, que animaba a la población a seguir el ejemplo de los navarros de bien y salir a la calle “todos los días si hace falta a defender el español hasta que la casta política infecta se renueve, eche a los golfos y traiga a gente decente”.

Porque esa es la otra pelea que viene ahora, la de quién coge el caballo cojo que le ha dejado Rajoy a la derecha española. Y ya se sabe que las disputas familiares suelen ser las más entretenidas. Cuestión de supervivencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *