LOS CRÍTICOS CON EL GOBIERNO DE NAVARRA CLAMAN POR «CHAVISTA» Y «BOLCHEVIQUE» CONTRA UNA REFROMA FISCAL QUE SUPONDRÁ UN 0,5% MÁS DE INGRESOS EN DOS AÑOS
Se cumplen 100 años de la Revolución Rusa justo cuando en Navarra gobierna una horda de separatistas, bolivarianos y comunistas, y eso no puede ser casual. Porque la historia se repite, y como aquí no hay zares a los que ejecutar, los rojos han celebrado noviembre subiendo los impuestos a las empresas. Y eso para el presidente de la CEN es un claro ejemplo de política “bolchevique” y “radical”.
Es verdad que la reforma presentada tampoco va a arreglar todos los problemas. Son apenas 28 millones en dos años, el 0,5% de todo lo que Hacienda recauda en ese tiempo. Pero oye, que el dinero es mío y me lo llevo si no aceptamos pulpo como animal de compañía. Y aunque puede sorprender que un gesto tan insolidario sea casi el único argumento para oponerse al aumento de la tributación de las grandes empresas, siempre se puede alegar que la medida “perjudica a las familias”. Subirles el sueldo no, pero de que paguen menos impuestos ya se encarga José Antonio Sarría.
Al presidente de la CEN hay que agradecerle al menos la originalidad, porque al Gobierno se le han dicho ya tantas cosas que un poco de savia nueva siempre viene bien. Porque claro, que la economía vaya más o menos bien después de dos años anunciando el Apocalipsis y denunciando que en Navarra vivimos en “un infierno fiscal”, empieza a cantar un poco. Oír a Javier Esparza decir que las políticas del Gobierno le dan “asco” porque “compran el lenguaje de ETA”, o escuchar a Ana Beltrán decir que el Ejecutivo de Barkos es “dictatorial y totalitario” está muy bien, pero no deja de ser el pan de cada semana. Y lo de que esto es peor que lo de Catalunya puede valer un tiempo, pero de todo se acaba aburriendo el personal.
Suerte que siempre queda el recurso bolivariano, que como lo de la anexión a Euskadi sirve de comodín para casi todo. “En la Venezuela chavista las medidas que se tomaron a la llegada al poder de su líder funcionaron mientras el precio del petróleo estaba en su punto álgido pero han provocado su quiebra financiera”, apunta Fermín Torrens para explicarnos la gravedad de la situación que atraviesa Navarra desde que los ciudadanos se la entregaron al eje del mal. “El Gobierno de Navarra tiene unos objetivos social-populistas con medidas que electoralmente les va a dar muchas satisfacciones, pero que no resultarán viables a largo plazo”, razona el asesor de empresas, que como ve que en Venezuela “tienen un apoyo de la mitad subvencionada de la población”, se huele que la cosa tampoco va a cambiar por aquí a corto plazo. Quizá por ello, avisa de que es mejor no fiarse mucho, que Navarra se hunde aunque no lo parezca. “El Estado liberal produce riqueza y la distribuye, el populista la distribuye y luego la intenta producir”, señala Torrens.
FRANKESTEIN
De todo esto sabe mucho Donald Trump. El magnate, que no tiene otro fin en la vida que producir riqueza para distribuirla entre los pobres, acaba de dejar el impuesto de las grandes corporaciones 15 puntos por debajo de como lo tenía el rojo y bolivariano de Barack Obama. Luego que cada uno se pague el médico y que Dios reparta suerte. Es fácil.
Lo parece tener claro hasta la socialdemocracia en la que navega hace ya unos cuantos años el PSOE, que consiste en hacer la misma política económica que los liberales pero adornada con frases sacadas de un libro de autoayuda. “Seguimos penalizando la cultura del ahorro de las clases medias y trabajadoras de Navarra”, denunciaba el secretario de Estudios y Programas del PSN, Javier Remírez, tras conocer que las aportaciones de 8.000 euros a un plan de pensiones no tendrán desgravación fiscal.
Ya se sabe que aunque la media de ahorro en Navarra son 2.000 euros al año, la clase trabajadora anda tan sobrada de pasta que incluso podría abrirse una SICAV en Madrid. Que es lo que hacen los navarros de bien como el diputado Carlos Salvador, que así evita que el cuatripartito le “cruja” a impuestos y le “confisque” su dinero. Mejor pagar poco y fuera que mucho y en casa. Porque es muy liberal y distributivo, y permite tener tiempo para reflexionar y ver las cosas con perspectiva.
“Tenemos el Gobierno más radical de nuestra España democrática. Un Frankenstein cosido por nacionalistas vascos, populistillos, neocomunistones y filoterroristas”, apunta Salvador en un artículo en el que además de recordar las diez plagas que azotan a Navarra por culpa de Barkos explica a los files que a estas alturas pueden empezar a dudar, por qué la profecía apocalíptica todavía no se ha cumplido. “El Gobierno de Navarra se aprovecha de la recuperación económica sin haber hecho nada para contribuir a ella”, apunta el diputado de UPN que, para que no queden dudas, aclara: “Barkos parasita en beneficio propio los efectos de las políticas del PP apoyadas por UPN”. Desde luego, jeta no le falta.