Miles de navarros salen a la calle a reclamar unas pensiones dignas mientras el PP clama contra la «batasunización de Navarra»
Es habitual en esta época disfrazar los términos, manipular el lenguaje y difuminar los conceptos, con el único objetivo de pervertir la realidad. Lo dice Ana Beltrán, todo un ejemplo en el rigor y la solvencia de sus comentarios, y que en una nueva pirueta de doble tirabuzón ha iniciado una campaña de charlas por los pueblos para denunciar la “batasunización” no ya de Bildu, ni del cuatripartito, ni del Gobierno. No. “La batasunización de Navarra”. De norte a sur.
Por lo visto, como lo de que esto va camino de ser otra Catalunya parece que no asusta lo suficiente, a la líder del PP no se le ha ocurrido otra cosa que denunciar la batasunización, que no está muy claro qué es pero suena chungo. “Lo que ETA no consiguió con las armas gracias al Estado y a la gente de bien, Bildu lo quiere conseguir a través de Geroa Bai”, denuncia Beltrán, que ha llegado a la conclusión de que los malos están ganando porque “progresivamente Navarra se está convirtiendo en Nafarroa”. Lo que evidentemente es un drama.
Si estará jodida la cosa, que a Osasuna lo va a patrocinar ahora Euskaltel, un ejemplo más de que Navarra va camino de su desaparición y de que el Gobierno foral está obsesionado con imponer todo lo que suena a vasco. ¿O es que alguien se cree que es casual? Para nada. Se empieza poniendo euskalnosequé en la camiseta y se le acaba cambiando el nombre al club para ponérselo en euskera, que nos vamos conociendo. Ya lo apunta Beltrán. “Una vez que haya calado en todas partes que en Navarra hay euskera e ikurriñas igual que en el País Vasco, ya articularán la tercera parte de su proyecto, la unión del territorio”.
Todo en definitiva es un plan oculto de los malos malísimos navarros, que ahora encima intentan distraer la atención con las pensiones. Como si en España después de rescatar los bancos y las autopistas, bajar los impuestos a las rentas altas, apañarle a Florentino el fiasco petrolero Castor y repartirse los sobres de la Gürtel hubiera dinero para darles una pensión digna a los abuelos. Ya lo ha dicho Rajoy, que eso de subir las pensiones es un “cheque sin fondos” y que no se puede “prometer lo que no se puede cumplir”. Ni que se pudiera pagar las pensiones en B.
Porque claro, una cosa es que el PP pida que todas las escuelas de 0-3 años sean gratis para todo el mundo, y otra garantizar a los pensionistas un incremento del 1,6% para que no pierdan poder adquisitivo. Lo extraño es que nadie haya propuesto todavía bajar los impuestos en España, que es como la oposición propone en Navarra financiar todas sus propuestas. Tanto es así que hasta les parece poco el aumento del 1,8% aprobado por el Gobierno foral para las pensiones mínimas. Quizá sea que cada vez falta menos para las elecciones y que alguno piensa ya en su futuro. Que la competencia es dura y no va a haber sitio para todo el mundo.
QUE SUENE LA MÚSICA Porque la música ha empezado a sonar y aquí ya se ha puesto todo el mundo a bailar alrededor de las sillas. Ahí está por ejemplo José Andrés Burguete, que después de enterrar CDN y escribir cuatro artículos avisando de que “los vascos no es que vengan, es que ya están aquí”, ha conseguido que Javier Esparza le haga un sitió en UPN, donde últimamente están todos mirándose por el rabillo del ojo. Tanto, que al olerse que no iba a oler nada Amelia Salanueva ha saltado en busca de mayor gloria en el PP. Que no es que allí estén para muchas fiestas, pero algo es algo.
Lo mejor es que la exconsejera, exsenadora y excandidata en las primarias, la que prometió amor eterno a UPN y la que decía que el PP “no entiende a Navarra”, se ha ido dando un portazo. Proclamando que el beltranismo sí que es “valiente”, no como esos de UPN, batasunizados como están todos. Tibios, que sois unos tibios, les ha venido a decir. Y claro, eso ha sentado como un dedo en el ojo en el partido regionalista, que ha despedido a su compañera al grito de pesetera, pesetera. “Después de 20 años… ¿ahora hablamos de valentía? Valentía es llamar a las cosas por su nombre. Parné. No Money No Party”, escribía ayer el secretario de Organización de UPN, Jorge Esparza. Emotivas palabras de cariño que dan una idea de cómo interpretan algunos esto de la política.
Pero como en el fútbol, los fichajes de invierno generalmente tampoco suelen funcionar en la política. A lo sumo, sirven para dar una idea de cómo va el equipo si se tiene que reforzar con descartes del rival o de clubes descendidos. Eso si hay suerte y no te acaban revolviendo el vestuario, que también puede pasar. Pero bueno, nunca se sabe. Igual acaban echando al entrenador y hay que buscar uno nuevo para la próxima temporada. Candidatos no van a faltar, eso seguro.