En estos días, donde ya se huele el inicio de la campaña electoral en Nafarroa, es probable que veamos posicionamientos rocambolescos, funambulismos políticos y extraños compañeros de viaje y hasta de cama. Nuestra capacidad de sorpresa deberá estar blindada a no ser que queramos ir de sobresalto en sobresalto.
Y yo creía estar curado de espanto y ser inmune a la sorpresa cuando ayer un cruce de opiniones en prensa y redes sociales acabó en un reto a debate lanzado por el candidato de EH Bildu, Adolfo Araiz, y la aceptación del de UPN, José Javier Esparza. Y lo confieso mi sorpresa fue mayúscula.
No seré yo quien no apueste por la normalización entre las distintas siglas que componen la realidad política de Navarra, tiempo llevamos algunos clamando por el fin de la exclusión y el comienzo del dialogo entre navarros, pero… ¿Se ha normalizado hasta tal punto la política navarra como para que los líderes de dos fuerzas antagónicas como EH Bildu y UPN puedan debatir civilizadamente sobre economía, sanidad o identidad? La respuesta desgraciadamente es no.
Así pues ¿Qué es lo que ha cambiado en la política navarra para que algo que hace unos meses era absolutamente inviable, hartos estamos de oír las negativas de UPN y PSN a compartir no ya el debate sino hasta la propia presencia con la IA, sea hoy un hecho normal? ¿Cuáles son los motivos que han llevado a unos y a otros a cambiar tan radicalmente su estrategia?