La verdad es que resultó bastante decepcionante. Tampoco hacía falta que fuera el Circo de Sol, pero entre lo del caballo, la reconquista y la pipa en el bolsillo, lo mínimo que cabía esperar de la visita de Santiago Abascal era una exhibición ultra mínimamente seria. Pero aquello no pasó de una misa dominical llena de banderas españolas al ritmo de Manolo Escobar. Y como en España la ultraderecha ya ni fusila ni tiene a mano la pena capital, han acabado dando más gracia que miedo.
Un cuadro tragicómico con un montón de fachas cantando Soy el Novioooo de la Muerteeee que en realidad no aportó nada nuevo a lo que ya venimos oyendo últimamente por aquí. Porque en Navarra hace tiempo que se desbordaron los limites de la razonabilidad política y entramos en un todo vale que ha ido desbarrando cada día un poco más. Y no nos vamos a asustar ahora porque de Madrid venga un señor con cara de enfado a decirnos que “Navarra está en manos de los nacionalistas, los comunistas y los filoterroristas”. Si aquí está ya todo inventado y hasta María Chivite es una “traidora a España” en los mundos de Ana Beltrán.
Así, que salga el baranda de Vox en Navarra a tocar el himno de España con el violín y a decir que “Iruña podrá ser un apelativo cariñoso, pero como nombre oficial no es más que una imposición del nacionalismo vasco”, o que Skolae es “un panfleto comunista” por “sus blasfemias, sus gestos procaces, su lenguaje soez y las burlas al clero en horario escolar” sabe como un pan sin sal. Porque a fin de cuentas, lo de la dictadura de género, el odio al euskera, centralizar el país, eliminar funcionarios y hacernos a todos españoles de bien ya lo vienen proponiendo en Navarra UPN, PP y Ciudadanos hace bastante tiempo.
La vanguardia nacionalEn cierto modo Navarra sido un poco la avanzadilla de la sobreactuación histérica en la que andan las derechas por España desde que ha aparecido Vox. Hasta se han montado su txistorrada en Madrid, con sus autobuses gratis y todo, al grito de Sánchez “traidor”, “mediocre”, “okupa”, “desleal” y unos cuantos piropos más. Con la única diferencia que por allí no han aparecido los del PSN, los únicos que no han repetido respecto a las dos fotos anteriores en Navarra.
La cosa es que se han enfadado mucho porque esta vez las banderas se las han tirado a la cara de su Gobierno y no al Gobierno de Navarra, y eso pues ya no les parece tan bien. Así que unos cuantos de sus dirigentes han salido a decir que “yo no voy con el fascismo” y que “dime con quien vas y te diré quien eres”. Como si la de ayer fuera la única manifestación a la que han ido estos últimos años los de ultras sin fronteras.
Los que sí han repetido son los de UPN, que tan cegados como andan por no perder votos por la derecha se han echado al monte y ya ni se les ve. Al principio se sumaron muy entusiastas. Hasta saltó Sergio Sayas a preguntar “en qué artículo de la Constitución se recoge que el derecho de manifestación es exclusivo para la izquierda y los separatistas”. Y tiene razón, la derecha tiene todo el derecho del mundo a salir a la calle a manifestarse, que al menos mientras protesta no roba.
Pero luego se lo pensaron mejor y decidieron que iban, pero solo un poquito y sin ofender. “Por la unidad y no contra nadie”, según dijo Javier Esparza. Porque todo el mundo sabe que el akelarre de ayer no era contra Pedro Sánchez. Así que por si acaso optó por mandar a sus teleñecos y pegar la espantada para no salir cara al sol en la foto, a ver si los del PSN se lo iban a tomar mal que en mayo hay elecciones.
Y por mucho que los socialistas salieran ayer a decir que, ojo, que os hemos cogido la matrícula, mucho miedo tampoco parece que les tengan. Que en 2007 por estas fechas ya le hicieron la misma a Zapatero y a los tres meses les acabaron regalando el Gobierno. Así que han pensado que a lo mejor esta vez el PSOE se vuelve a hacer kakitas y acaba pasando lo mismo. Y si de paso amarramos el voto facha de Navarra, pues dos pájaros de un tiro.
Además, para evitar suspicacias, la secretaria general ya aclaró a su vuelta de Madrid que bueno, que tampoco es para tanto, que “pedir que se vaya Pedro Sánchez no impide pactar con el PSN en Navarra”. Que tampoco se van a ofender si los socialistas al final les vuelven a regalar el Gobierno, que tienen claras cuáles son las prioridades.
EL PROBLEMA DE FONDO
Porque parece mentira que el PSOE todavía no se haya dado cuenta de que el problema con Sánchez no es cómo gobierna, sino que gobierna, y que para tener contentas a las fieras hay que darles de comer, y eso en España pasa porque la derecha gobierne allí donde le corresponde, que es en todos los sitios. Empezando por La Moncloa.
Así que no van a parar. Aunque por el camino Rivera tenga que envolverse en dos banderas arco iris para que no parezca lo que parece, Casado se tenga que inventar un nuevo exabrupto cada día, Abascal siga paseando en caballo atizando al personal con la rojigualda y Esparza se tenga que esconder entre las víctimas de ETA para recordar a los socialistas que cualquier tiempo pasado fue mejor. Porque la derecha cuando no gobierna patalea. O algo peor. Y al menos por ahora no pasan de las txistorradas.