Ya siento dársela pero tiene razón Yolanda Barcina cuando dice en la Comisión de Investigación que el llamado Caso Goicoechea no es un caso de corrupción. Oída la declaración de Idoia Nieves, de cuatro altos cargos de Hacienda, de la Consejera Goicoechea y de la Presidenta Barcina no queda más remedio que concluir que en el Hacienda Navarra no ha habido corrupción… La cosa es muchísimo peor…
Un caso de corrupción aislado, o reincidente, se pude sustanciar con la dimisión de los afectados y su posterior remisión a los Tribunales de Justicia, incluso con la caída del Gobierno de turno, pero lo que hemos visto en estos días de Comisión de Investigación es el panorama desolador en que una manera de entender lo público ha convertido a la Administración de Navarra.
Una manera en que lo público y lo privado no tienen líneas rojas de separación, donde las incompatibilidades no son más que molestos escollos para hacer lo que al político de turno le de la real gana, donde la Ley y las garantías inherentes a cualquier Administración pública no son más que obstáculos a esquivar en la carrera hacia el clientelismo, el amiguismo y el mamoneo descontrolado, donde hay ciudadanos de primera, de segunda y hasta de regional…