La belleza de la cotidianeidad
No, no os preocupéis, no me ha dado una subida de gafapastismo, pero es que no hay mejor modo de poder definir esta serie sencilla, amable y sin pretensiones que nos presenta a Sam, el personaje interpretado por Bridgett Everett (una cómica muy conocida por su personalidad y extravagancias en el escenario), y que aquí encontramos en un papel mucho más comedido y en parte autobriográfico.
Sam vuelve a Kansas para cuidar de su hermana enferma, que fallece, lo que la deja sumida en un vacío importante que no puede rellenar su otra hermana, ni sus padres. Se siente encerrada en un lugar en el que no encaja y no sabe cómo salir. En ese momento se encuentra con Joel, interpretado por el carismático Jeff Hiller, con el que coincidió en el coro del colegio y que introduce a Sam en un nuevo mundo donde todas las personas son diferentes, y donde la música tiene un protagonismo especial. Entre esas nuevas personas está Fred (Murray Hill), un personaje muy peculiar y que acepta a Sam desde el principio.
Bridgett (Sam) y Murray (Fred) han trabajado juntos desde hace varios años, han hecho muchos shows juntos, y eso también se nota en pantalla.
Dejad que aparque un momento el tema musical para centrarme en los magníficos personajes principales y cómo te encariñas con los dos desde el principio. Sam es una mujer grande, muy grande, que no se arregla, cuarentaymuchos, harta de que le pregunten qué va a hacer con su vida y con un carácter fuerte, que mira de modo inquisitivo y que produce incomodidad entre quienes la rodean. Joel es peculiar en sí mismo, muy alto y muy flaco, con una personalidad muy especial, casi servil, pero se nota que ha sufrido mucho, probablemente por su condición sexual, y que ha construido un personaje como coraza para protegerse.
Joel introduce a Sam en estos ensayos del coro que se hacen en las instalaciones de la iglesia, un poco como a escondidas, lo que les da esa sensación de clandestinidad, de peligro inocente, que tanto lo disfrutan.
Cuando ves el primer episodio parece que los creadores de la serie quieren que la música sea una constante, pues hay una escena maravillosa en la que Sam, luchando contra sus miedos, se atreve a cantar delante del público por primera vez en muchos años. Esa escena, tremendamente emotiva, hace que el episodio piloto sea una obra maestra. Pero no, la música siempre está ahí, pero su importancia va variando.
Y es que la serie es mucho más ambiciosa y quiere contar más cosas. En principio se centra en la necesidad de asumir el pasado, de mirar adelante y ser consciente de dónde vives. Pero además trata de cómo sacar partido de lo que tienes, que probablemente es mucho más de lo que crees, que los demás pueden ver cosas de ti que ni siquiera sabías que existían, y por supuesto, trata de la amistad, algo tan sencillo como la amistad entre personas tan dispares.
En otro orden de cosas
Están siendo semanas muy interesantes de estrenos. Os sigo recomendando Grupo Salvaje. En tan solo una hora te pones al día de las series y te escuchas un especial de cine. Esta semana hablamos de «escenas en cocinas», pero escenas especiales, luchas, asesinatos, enfrentamientos varios, y sí, en ocasiones se cocina.
Además, tenemos un grupo en Telegram con el mismo nombre donde puedes enterarte de lo que se va a hablar en el programa, puedes hablar con otros usuarios. Se está creando una comunidad muy maja.