De vez en cuando nos encontramos en el camino de las series pequeñas rarezas que marcan la diferencia más por su falta de pretensiones, que por la grandeza de sus episodios. Y es que tenemos un problema, o más bien lo tienen los productores yanquis, pues están obligados a la grandilocuencia, al siguiente Juego de Tronos, esa gallina de los huevos de oro que les va a dar cinco temporadas y millones de suscriptores. El trono de las espadas lleva tiempo vacante, y todos los intentos de ocuparlo resultan vanos pues se pierden en buenas intenciones (no siempre), grandes planteamientos y pésimos desarrollos.
Comprendo que mantener el interés de una serie los 8 o los 10 episodios que obliga la productora no siempre es posible, y nos encontramos ejemplos a borbotones de series que empiezan bien, caen en picado y al final pretenden dar el campanazo con el último episodio o sin más se tiran por la borda porque no dan para más. A eso contribuye la memoria del espectador, que parece que solo se queda con esa última media hora y es capaz de alabar una serie solo porque “termina bien” o “deja la puerta abierta a otra temporada” y olvida el arduo camino que se ha sufrido hasta ese momento.
No voy a entrar en discusiones, ni en ejemplos. Os recomiendo visitar canales de Telegram especializados en series como “Grupo Salvaje” o “Series Reality Podcast” donde sus integrantes son tan diversos que puedes conseguir información y opiniones de prácticamente cualquier serie, e incluso puedes discutir argumentos, siempre desde el buen rollo. Además, en la variedad está el gusto y se agradece opiniones y puntos de vista diferentes a los tuyos.
Pero he empezado hablando de la pequeña rareza, y es que The Tourist lo es. Primero por sus 6 episodios para contar una historia que parece que ya nos la han contado. Un coche se ve de repente perseguido por un camión por las desérticas carreteras de Australia. Un accidente, una pérdida de memoria, y a partir de ahí se construye una historia de engaños, asesinatos, mafiosos que te atrapa hasta el final.
Por cierto, ese inicio, con similitud a Duel de Spielberg, ha hecho que las redes sociales ardan con sesudas mentes criticando el comienzo de la serie y cuestionando todo el trabajo posterior. Como he comentado, no nos cuentan nada nuevo, el tema de la amnesia es recurrente en muchas películas y series, pero la diferencia es cómo nos lo cuentan.
Para ello, los responsables de la añorada Fleabag se juntan de nuevo y cuentan con actores de la talla de Jamie Dornan, al que conocí en la magnífica The Fall, haciendo de psicópata perseguido por Gillian Anderson en sus tres temporadas.
Junto al actor norirlandés nos encontramos Danielle MacDonald a la que recuerdo de haber visto en Unbelievable y que aquí se convierte en una roba escenas en toda regla. Junto a ellos, el siempre temible Ólafur Darri Ólafsson, que ya nos hizo pasar mucho miedo en la fallida Nos4a2 (claro ejemplo de serie que se precipitó al abismo, fue renovada, y lo único que hizo fue ahondar en su sufrimiento).
La serie, además de a Duel, recuerda por momentos a Fargo, a cualquier road movie bien hecha. La serie merece la pena desde el principio hasta el final y sus 6 episodios se pueden hacer incluso cortos.
Se estrenará seguro en HBO Max, aunque de momento su estreno «mundial» se hace en determinados países y determinadas cadenas. Llegará el día en que se den cuenta de que el streaming debería hacer que se replantearan estos estrenos y hacerlos globales de verdad, no de boquilla.
Pero para eso está el Agente Pendergast, para contaros estas cosas, invitaros al canal de telegram de Grupo Salvaje, escuchar el programa en Itunes, Ivoox o incluso en directo los martes a las 18:00 en eguzki.eus
Gracias por leerme!!!