El viernes asistí a una de las sesiones especiales en versión original que el cine Golem prepara para esta película, y así va a ser hasta el 8 de noviembre. Como anécdota, deciros que el actor Rami Malek guarda bañadas en oro las prótesis dentales que usó durante el rodaje y que le hizo hablar y pronunciar de una manera un tanto peculiar. Por muy profesionales que sean los actores de doblaje, no veo al doblador poniéndose una prótesis para su trabajo.
Dicho hecho, necesito contaros que la película es una barbaridad técnica y una preciosidad en todos los sentidos. Escuchar Queen en un cine, con los altavoces Atmos a tope es una experiencia única e irrepetible. Os guste o no la V.O. las canciones van a sonar espectacular y si eres fan de esta banda, debes ir al cine a disfrutar.
Cada canción suponía un baile emocional para mí, un cúmulo de sensaciones difíciles de explicar. Os tengo que decir que soy un gran entendido en Queen. Conozco perfectamente su obra, he interpretado su obra, y me sé de memoria todos los recovecos, punteos, cambios de acordes y sobre todo los matices vocales de cada canción. Creo que por eso lo disfruté tanto, porque el trabajo musical detrás de lo que se ve es de quitarse el sombrero.
Para empezar, Rami Malek canta, y de hecho tuvo que ir a clases de canto. Hay escenas que no están sacadas de disco, como cuando Freddy interpreta un “cumpleaños feliz” a capela. Pero claro, el señor Malek no tiene la capacidad de Freddy, y para eso acudieron a uno de los pocos seres humanos que sí tiene esa capacidad, que se llama Marc Martel (os aconsejo buscar cosas suyas en la red). Junto con la voz grabada de Freddy, la aportación de Martel y el énfasis y la intensidad de Rami Malek consiguieron juntar un amalgama sobrecogedor que es lo que hace grande esta película.
Musicalmente aparte, de destacar es el tratamiento que hacen de la personalidad de Freddy, de lo más respetuoso que se ha visto y se ha dicho sobre el mejor cantante de todos los tiempos. Sabemos qué vida llevó, los excesos que cometió, pero yo me quedo con esa persona encendiendo una lámpara mientras mira la oscuridad de la ventana esperando que otra lámpara se encendiera. Ese era el Freddy que nunca hemos visto, el humano, que lamentablemente estuvo siempre mal aconsejado y acompañado.
Me hubiera gustado una película diferente, no lo voy a negar, porque con ese título esperaba que se centrara más en el proceso de elaboración de la canción, que fue espectacular y lo vemos, pero como de pasada. Da la sensación de que quiere contar más de lo que puede, con el tiempo que tiene. Me hubiera encantado una película centrada únicamente en sus orígenes y en lo que les costó convertir Bohemian Rhapsody en un single que alguna discográfica apoyara. Pero como querían contar toda la historia, vemos las cosas como de pasada, y eso, para mí, ha sido una pena.
Y lo comprendo, porque el final es espectacular, lo mejor de la película, y si quieres llegar hasta ahí, tienes que avanzar rápido, y no se puede tener todo.
Yo salí emocionado, y espero que leyendo esto os animéis a ir, porque verdaderamente merece la pena.
Un saludo, y gracias por leerme