Sabíamos que en esta tierra hay buenos y malos navarros, pero gracias al PP sabemos que también hay navarros que no son españoles
Ya lo dijo Rajoy con su habitual soltura. “España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles”. Y eso, que no está claro qué significa, es así en todos los sitios menos en Navarra. Porque si el carné de navarro lo reparte UPN, para decidir quién es buen español ya están el PP y María Dolores de Cospedal, que ayer nos explicaba que hay navarros que no son españoles. “El PP da su apoyo a todos los españoles de Navarra”, afirmó la secretaria general del PP en Toledo, donde sin duda se conoce bien la realidad de Navarra. Que para eso es la ministra de Defensa y a españolidad no le gana nadie.
Tampoco es que en esta tierra la gente se vaya a molestar mucho porque les digan que no son españoles. Pero al menos tranquiliza saber que hay alguien que se preocupa por nosotros. Y si encima es quien maneja la Acorazada Brunete, el alivio es mucho mayor. Que por lo visto, Navarra ya casi es una “dictadura” y eso pues no puede ser. “Se llama dictadura aquel sistema donde el que manda se cree que está por encima de la ley y quiere imponer el pensamiento único”, afirma la del partido de la Ley Mordaza y la Caja B.
Suerte que la ministra es generosa, y garantiza el apoyo del PP “a todos los españoles de Navarra” y “no sólo a los que votan al PP”. No vaya a ser que la próxima legislatura no tengan a quien defender. Que las encuestas no son ETA pero cada vez se le parecen más.
El calentón venía a cuenta de la manifestación que el sábado congregó a miles de navarros en las calles de Pamplona. Y claro, ha sido ver las fotos y en Madrid a más de uno casi le da un tabardillo. Porque o lo de Alsasua no es terrorismo, o Navarra está llena de filoterroristas. Y ahí cualquier salida es mala, que no hay cárcel para tanto infiel.
Al menos quedan buenos navarros como Sergio Sayas, que lo mismo escupe improperios a la presidenta de Comptos que exige respeto a la independencia judicial. Y héroes de la talla de Carlos Salvador. Que tendrá su Sicav en Madrid y que se le habrá perdido un máster con el lío de Cifuentes, pero se preocupa por lo importante. “Uxue Barkos al servicio del matonismo batasuno, acompañando al mundo proetarra en la defensa de los agresores de Alsasua. Cinismo es poco”, apuntaba tras la manifestación. Con semejante claridad, qué más dará dónde pague sus impuestos.
Estando como están las cosas por Navarra, es gratificante escuchar a personas con sentido de Estado como Albert Rivera, otro español de bien indignado con la convocatoria. “Siento vergüenza como demócrata al ver a nacionalistas y populistas defendiendo a los agresores de dos guardias civiles y sus parejas. Siempre estaremos con las víctimas y la tolerancia, nunca con los totalitarios y la violencia”, argumenta el líder de Ciudadanos, que querrá laminarse el régimen foral, pero es un buen patriota y eso es más importante.
La verdad es que entre separatistas, bolivarianos y sanchistas ya no quedan muchos españoles de verdad. No al menos de la talla de Carlos Herrera, siempre preocupado por Navarra, y que ha aprovechado estos intensos días para conectar con su corresponsal de guerra en la zona, Javier Esparza, que periódicamente se asoma a la Cope para ofrecer de primera mano un análisis mesurado y objetivo de la comunidad.
Esta vez lo hizo en una breve entrevista en la que soltó las perlas habituales, que a base de repetirías seguro que alguno se las acaba creyendo. Cuál sería el tono que la emisora acabó titulando que en Navarra hay una mayoría parlamentaria que “justifica los asesinatos de ETA”. Ahí, sin vaselina. Que no es lo que en realidad dijo Esparza, pero la cosa ha llegado a tal punto que en su partido creyeron que sí, y le dieron carrete por las redes sociales hasta que alguien les dijo que con estas cosas tonterías las justas.
Porque una cosa es profetizar el Apocalipsis y otra llamar terrorista a la mitad de la comunidad. Que es lo que más o menos han venido a decir algunos medios de Madrid estos días. “Barkos agarra la pancarta de los proetarras”, arrancaba el ABC. “El Gobierno de nacionalistas y proetarras coacciona al poder judicial”, resolvía La Razón acusando al Ejecutivo autonómico de “imponer su ley” en favor “de los cobardes y los miserables”. “El Gobierno arropa a los agresores”, concluía El Mundo. Como para explicarles que lo del sábado solo iba de pedir una Justicia proporcional.
Con estos mimbres, y con Ana Beltrán corriendo por los pasillos de la convención del PP al grito de Navarra se batasuniza que dolor que dolor que pena, es normal que la cosa se acabe confundiendo en hasta el punto de que el ABC salga al kiosko con una portada en la que una gran ikurriña aparece adornada con el escudo de Navarra. Años pleiteando para sacar las cadenas del escudo del Gobierno Vasco para que venga el ABC y las meta en la bandera prohibida. Tienen tanto empeño que a veces les pueden las ganas. Nos queda un año glorioso.