Se acercan las elecciones forales y a la derecha no le acaban de salir las cuentas. Así que empieza a presionar al PSOE a base de estridencias y extravagancias
Se acercan las elecciones de mayo y a la derecha española le ha entrado el canguelo. Más o menos como cuando a Guti le tocaba jugar en El Sadar. Ven que UPN no tira, que el PP se hunde y que la película de Ciudadanos no cuela, y se huelen que en el mejor de los casos para recuperar el poder van a tener que suplicarle a Pedro Sánchez, el malo malísimo que les ha levantado La Moncloa, y al que ya han empezado a presionar a ver si le tiemblan las garrillas como a Zapatero.
La veda la abrió ya hace unos días Emilia Landaluce en El Mundo, donde apuntaba que “El PSOE de Pedro Sánchez aleja a Navarra del constitucionalismo” porque “aquel PSOE de Zapatero ya no es este PSOE de garrafón”. Un revelador reportaje a cuenta de la transferencia de Tráfico, en el que viene a concluir que por aquí vivimos en una “paz de plomo” similar a la de la Francia de Vichy. “Lo acontecido en Alsasua simboliza bien el dilema al que se enfrenta Navarra”, apunta Landaluze, que relata que a Rivera se le recibió allí “con montones de estiércol, pedradas y la inquietante presencia del Carnicero de Mondragón”. Porque en la Navarra del cambio si vas a pasar el fin de semana al pueblo lo normal es que te encuentres por allí al protagonista de la Matanza de Texas descuartizando abuelas.
El reportaje recoge testimonios desgarradores de la Navarra real que reflejan en primera persona el drama que se vive aquí desde hace más de tres años. Gente como Julio Pomés, héroe anónimo de la resistencia que avisa que “si no hay un cambio en el Gobierno, Navarra seguirá la senda de Cataluña”. El problema, claro, es que “el PSN está muy condicionado por el apoyo del nacionalismo al Gobierno socialista de Madrid”. “Navarra se juega su existencia”, proclama entre sollozos Pomés. Y no está bien hacer llorar a la gente mayor.
También Javier Esparza da sus razones en el diario madrileño, donde explica la situación en la que malviven todos aquellos que no saben euskera, recluidos en campos de concentración donde les ponen música de Pirritx eta Porrotx y les hacen comer talos de txistorra. “En Navarra el vascuence es obligatorio si se trabaja de cara al público, y el comedor es gratis para los niños que eligen el euskera”, describe Esparza. O eso es al menos lo que dice la periodista que dice Esparza, que se le olvida mencionar los azotes que la Policía Foral va dando por la calle a aquellos herejes que osan hablar en castellano.
AGITAR FANTASMAS Porque a la derecha siempre le ha resultado más fácil asustar a la gente que convencerla. No hay más que ver las elecciones andaluzas, donde como argumento central el PP ha acabado diciendo que no votarles a ellos “es facilitar que sigan gobernando en Madrid los aliados de los independentistas que quieren destruir España, de los viejos amigos de la ETA, y asociados a los comunistas bolivarianos de Podemos”. Así que tampoco es raro que el presidente de UPN salga ahora a decir que “votar al PSN es votar a Barkos”, entendiendo Barkos como el demonio personificado. Hasta han desempolvado a Carlos Solchaga para que le pida al PSN “que espabile” y que “no ponga líneas rojas” a la hora de hablar de pactos. Porque para qué vas a decir de este agua no beberé si luego igual te trincas la botella de trago.
Sabias palabras del exministro socialista en la sede de la patronal navarra, donde siempre han sido muy partidarios de gobiernos de izquierdas y progresistas comandados por UPN. Y desde donde invita al PSN a no tener “miedo” a pactar con UPN, PP y Ciudadanos si hace falta, que serán de derechas pero en el fondo son buena gente. “Los pactos son decisiones que hay que tomarlas pensando en qué es lo que le conviene al país”, defiende Solchaga, que como asesor socialista no tiene precio. Lo mismo te propone recortar las pensiones que te monta una coalición como en Alemania, donde los socialistas van camino de ser la cuarta fuerza del país.
Es lo que tiene ser exministro, que puedes opinar de cualquier cosa sin tener ni idea de lo que hablas. Ahí está por ejemplo Marcelino Oreja, que además de exministro de UCD es marqués, y que el otro día se fue a Jerez a decir lo mal que están las cosas por Navarra. “No sé exactamente qué está pasando en Navarra, pero no me está gustando”, decía el tío de Jaime Mayor, que en alguna comida familiar le habrá contado algo y lo ha dejado todo preocupado por nuestro futuro. “Hay que estar alerta. Espero que haya una unión de partidos que evite esa dirección malhadada”, confía.
EUSKERA EN LA RIOJA El premio gordo sin embargo es para el ABC, que a cuenta de la transferencia de Tráfico ha concluido que Sánchez “retira a más guardias civiles de Navarra para contentar al independentismo” y que “acepta acelerar el repliegue del Estado con la salida de los agentes de tráfico de la Comunidad Foral”. Así, con letras bien gordas en su portada, para que se entere todo el mundo de quién gobierna España. Incluso en su particular obsesión por frenar el avance separatista en Navarra los del ABC se han cruzado el Ebro para alertar de que el PSOE quiere euskaldunizar… ¡La Rioja!
Y todo porque los socialistas quieren poner en el estatuto riojano que son “una tierra fértil de vidas y lenguas” y hacen referencia al monasterio de San Millán de la Cogolla como “lugar donde emerge la lengua castellana y también el vascuence”. Algo que el diario madrileño interpreta como una “imposición del vasco”. “No vamos a permitir que euskaldunice La Rioja igual que está haciendo en Navarra”, responde tajante el PP en La Rioja, que ha olido sangre y se ha lanzado al cuello.
El argumento, claro, lo podría haber soltado cualquier dirigente del PSN, que llevan toda la legislatura picando piedra con la política lingüística y sacudiendo al gobierno cuatripartito en la misma pancarta que UPN y PP. Y que ahora no acaba de comprender por qué en Madrid todos temen su traición a la patria y en Navarra casi nadie se cree que al final no vayan a acabar dando el Gobierno a UPN. Si en Navarra tu decides y el PSOE siempre ha sido de fiar. Seguro que nos sacan de dudas en la próxima campaña.
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